Para ellas no hay dinero: no podrán representar a España en el Europeo

Jugadoras del equipo español de fútbol americano en un entrenamiento. Foto: FEFA.
Jugadoras del equipo español de fútbol americano en un entrenamiento. Foto: FEFA.

Minoría dentro de una minoría. Así dicen que se sienten las mujeres que juegan en España al fútbol americano. Ya de por sí esta disciplina no es demasiado popular en nuestro país, donde casi todo lo monopoliza el otro fútbol, el de origen británico y pelota redonda; si a eso le sumamos la escasa atención que, en general, se le presta al deporte femenino, era de esperar que muy pocas, apenas 200 en todo el país, se dedicaran a ello (por supuesto, nada de profesionalismo).

La carencia de medios y personal les lleva a buscar soluciones imaginativas. De hecho, normalmente los partidos son de once contra once, pero en las ligas nacionales ellas juegan nueve contra nueve o siete contra siete. La falta de equipos hace que solo puedan disputar campeonatos con tan solo ocho o diez partidos en todo el año. Por supuesto, corriendo las propias jugadoras con la mayoría de los gastos.

Y aun así, la selección nacional ha conseguido éxitos notables. Las chicas han logrado participar en un Mundial (2013, por invitación) y un Europeo (2015, en el que sirvieron de anfitrionas), que ya es más de lo que pueden decir los compañeros del equipo masculino. Además, fueron las primeras representantes del fútbol americano español capaces de ganar un partido internacional oficial. Sin embargo, nada de esto sirve para garantizar su presencia en el próximo campeonato de Europa, que se disputará en agosto en Leeds (Inglaterra).

El motivo por el que, si no hay un cambio muy improbable a lo largo del día de hoy (que es cuando acaba la prórroga del plazo de inscripción), las españolas van a ausentarse no es otro que la falta de dinero. Según dice el colectivo de jugadoras, los gastos totales que implicaría la participación ascenderían a algo más de 90.000 euros. De ellos, el coste de inscripción es la partida más baja (1.500 euros); otros 18.000 se destinan a los vuelos a Gran Bretaña para los 62 miembros de la expedición (45 jugadoras, dos árbitros y 15 técnicos y asistentes) y algo más de 37.000 libras (43.000 euros al cambio actual) son para el alojamiento allí. El resto, unos 30.000, corresponden a otros gastos como la organización de los tryouts (pruebas de selección de jugadoras), la ropa y el desplazamiento de material.

Esa cantidad, por sí misma, se come ella sola casi toda la subvención que otorga el Consejo Superior de Deportes (CSD) a la Federación Española (FEFA), que en 2018 fue de 108.000 euros, si bien habría que añadir otros 11.000 euros del programa “Mujer y Deporte” del CSD que se computan aparte. Es más: el presupuesto anual que la FEFA muestra en su web dice que el año pasado el gasto total conjunto en la categoría “actividades de alta competición”, que abarca selecciones tanto masculinas como femeninas y modalidad tackle (la más habitual) y flag (sin contacto), fue de 116.000 euros. En este sentido sí parece un gasto inasumible.

Pero las jugadoras no se quedaron paradas. Después de enterarse de la situación, según afirman, no de forma directa sino a través de una publicación en Facebook, plantearon varias iniciativas para recaudar fondos. Entre ellas se incluía la creación de una campaña de micromecenazgo, la organización de fiestas privadas o la venta de camisetas, así como la difusión de la situación en redes sociales a través de un hashtag específico o la participación en el proyecto promocional Ellas son de aquí. Todo, aseguran, lo rechazó la FEFA. “Nos dijo que le parecían muy bien todas las propuestas, pero que no nos daban el visto bueno para llevarlas a cabo”, asegura el comunicado que están difundiendo.

Las deportistas protestan por esta negativa y, sobre todo, por la falta de información recibida durante el proceso. Se quejan de que les llegaban noticias “de manera cortada, difusa o incluso contradictoria en ocasiones”. Han hecho saber que se les convocó a una reunión, el pasado sábado, para la que les avisaron con apenas dos días de antelación (con los costes y ajustes laborales que eso supone para las que viven fuera de Barcelona, donde tiene su sede la FEFA), en la que les reiteraron que el único motivo para no participar en el campeonato europeo es económico “pero no se va a hacer nada para recaudar dinero ya que la cantidad es muy elevada, ni se nos permite a nosotras intentarlo”.

Además, las chicas protestan por agravios con respecto a las selecciones masculinas absoluta y junior, que “siguen disfrutando de este deporte: al parecer las subvenciones que les facilitan a ellos sí que dan para todo y más”. De hecho, la juvenil (hasta 19 años) tiene opciones de clasificarse para otro campeonato de Europa que también tendrá lugar este verano en Bolonia (Italia); para lograrlo deberá superar a Holanda el próximo 27 de abril. La absoluta no logró meterse en el torneo de Finlandia 2018: cayó eliminada en las rondas previas.

La versión de la Federación

Ante la dureza de las acusaciones, Yahoo se ha puesto en contacto con Javier Carrasco, director deportivo de la FEFA, quien ha querido matizar la situación. Admite que, en efecto, el único motivo para no acudir al torneo es económico: la Federación Internacional y la de Gran Bretaña, organizadoras del torneo, han incrementado los costes en un 30 % en conceptos como árbitros u hoteles. Indica también que, ante la situación política que vive España, están funcionando con presupuestos prorrogados del año pasado, por lo que conseguir una subvención mayor es imposible. No obstante, reconoce que cabe la posibilidad de aumentarlo, contando con parte del dinero que aportan los clubes de fútbol (soccer) de la LFP, pero que como muchísimo se podría llegar a 180.000 euros si es que la burocracia lo permite. “Hay lo que hay, no lo podemos inventar, la culpa no es nuestra”, insiste.

Así las cosas, Carrasco cree que no es razonable recurrir a iniciativas como las propuestas por las jugadoras. “Esas vías de financiación son todas lícitas siempre y cuando se decida ir al Europeo, pero no se puede basar la decisión de ir o no ir en unas iniciativas que no sabemos si van a funcionar o no; sería irresponsable”, y más teniendo en cuenta que “si te apuntas y luego no vas, son 25.000 euros de multa que impone la Federación Internacional”. “Si tuviéramos un presupuesto que se pudiera asumir, aceptaríamos esas medidas y cualesquiera otra que hicieran falta, porque la FEFA intenta que el coste para las jugadoras no supere el 30 o 40 %”.

Sobre la falta de información, lo niega: sostiene que se estableció un canal de comunicación a través del Messenger de Facebook, abierto por el entrenador del equipo, en el que había más de 80 jugadoras (“al resto no tenemos acceso por la ley de protección de datos”); añade que, en rigor, no se puede informar a las jugadoras de la selección porque por ahora el equipo como tal no existe, sino que está en proceso de creación y elección de las jugadoras. “Decir que no se las ha informado es tergiversar la realidad y sacar las cosas de contexto”.

Por otra parte, Carrasco es pesimista con respecto a este Campeonato de Europa, ya que las exigencias desmesuradas de los organizadores han llevado a otros países a renunciar. “A día de hoy solo tengo constancia de tres federaciones inscritas de siete posibles: Reino Unido, Finlandia y Suecia. Italia ha dicho que no, Austria (actual campeona de Europa) todavía no ha dicho que sí, de Rusia no se sabe nada. El torneo está devaluado”.

Con respecto a posibles discriminaciones ante equipos masculinos, el directivo las niega por completo. “Se les explicó que iban a tener el mismo dinero que el equipo masculino, que el flag (que es mixto) y algo menos que el junior, porque el junior sí que está apuntado y porque para la FEFA los junior son el futuro; además, tienen unos años concretos para jugar, entre los 17 y los 19, mientras que para la absoluta no hay límite de edad”. Recuerda además que faltan otras categorías femeninas por las que luchar: “junior femenino no hay, no porque no tengamos nosotros, sino porque no existe en Europa. Intentamos poner categoría cadete, hasta 17 años, que es mixta en España, pero de momento la Federación Internacional no tiene esa inquietud”.

Dejamos a criterio del lector determinar cómo se podría resolver el problema. De aquí a agosto todavía pueden pasar muchas cosas, pero tal como está la situación, parece difícil que se encuentre una solución satisfactoria. Y al final, el único perjudicado va a ser el de siempre: el deporte. Todo, como dicen las jugadoras en su comunicado, “por algo tan efímero como el dinero”.

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