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NBA. Jimmy Butler: aquel chico abandonado por su madre que ilusionó a Miami Heat y frustró a Los Angeles Lakers

No se da por vencido. No sabe de qué se trata eso para él. Su vida no permite un paso hacia atrás. Cuero curtido, experiencia de vida. Jimmy Butler, el chico "desalineado" que terminó en la calle a los 13 años, fue familia de los Leslie que lo cuidaron como uno más de sus siete hijos, volvió a dejar sin aliento a LeBron James y despejó cualquier atisbo de duda que alguien pudiera tener. Ni los jerseys de Black Mamba con los que Los Angeles Lakers eran invencibles hasta el quinto juego de la serie final de la NBA, lo pudieron intimidar a Jimmy. No hubo festejo porque él no lo permitió, porque para ganarle a su Miami Heat hace falta mucho más que ceños fruncidos, show de festejos y gritos desmedidos. Ahora la historia está 4-2 y el espectáculo continúa, después del triunfo de anoche de Miami por 111-108.

Se enoja cuando es necesario. Parece malo si la situación lo pide. Apura un café antes de cada juego. Es un experto barista. Todo eso puede resultar para Butler. No hay punto final. Nada de eso. Sólo así se explica que haya podido, con la enorme ayuda de Duncan Robinson (26 puntos y 5 rebotes), controlar la furia de Lebron (40 puntos y 13 rebotes), desactivar el talento de Anthony Davis y dejar sin aire a Rondo, Kuzma o Morris. Esa personalidad que se forjó cuando su madre a los 13 años lo echó a las calles de Texas tras mirarlo y decirle que "no le gustaba cómo lucía", es la misma que se pulió cuando Michelle Leslie lo aceptó en su familia, después que Jordan, su hijo, conectase en la escuela con Jimmy, se convirtiese en su amigo y lo sintiese casi como un hermano.

NBA: la refriega Jimmy Butler vs. Dwight Howard y el alley-oop de LeBron James a Anthony Davis en el quinto partido de la final Miami Heat-Los Angeles Lakers

En las redes sociales Magic Johnson pedía fotos de celebración como en los viejos tiempos, no había demasiada esperanza para Miami Heat porque sin Goran Dragic y con una versión disminuida de Bam Adebayo la suerte en el quinto juego parecía casi sentenciada a un 4-1. Pero Butler le da la espalda a las estadísticas y a todo lo que muchos puedan decir. Se colocó el traje y su planilla marcó: 35 puntos, 12 rebotes, 11 asistencias y 5 robos de balón, en 47 minutos. Una bestialidad.

Los surcos de vida en su rostro saben de qué se trata luchar contra la mirada del otro: "Por favor, sé que vas a escribir algo sobre mí. Solo te estoy pidiendo que no lo escribas de una manera que haga que la gente sienta lástima por mí... Odio eso. No hay nada de qué sentir pena. Amo lo que me pasó. Me hizo quien soy. Estoy agradecido por los desafíos que he enfrentado. Por favor, no les hagas sentir lástima por mí", le dijo Butler a ESPN cuando le contó la historia que su madre, Londa, lo dejó a la deriva en Tomball, Texas.

El momento nuevamente lo desafiaba, porque el Heat está ubicado en esta historia como el invitado a la final. "Siempre han dudado de mí. Mi madre, en el colegio me decían que era bajito y después me decían que no iba a ser elegido en el Draft. A mí me han enseñado que todo es posible y lo que más me motiva es que alguien dude de mí", dijo Butler en una charla con ESPN en 2011. Y en la noche en la que el trofeo Larry O'Brien salió a escena porque los Lakers estaban a un paso de llevarlo al Staples Center el chico que buscó una cama para no quedarse en la calle, se encargó de mandar a guardar el trofeo nuevamente en su caja.

Es duro, no le teme a los golpes. Desafiante, por eso en el cierre del partido tomó la bola una y otra vez y chocó contra todos. No le tembló el pulso en cada tiro libre y volvió a la carga nuevamente. Contra Davis, contra Lebron, contra Morris, contra las estadísticas que dicen que el equipo que está 3-1 en una serie final no pierde el anillo. Butler, quizá, se encargue de hacer, al menos, temblar a más de uno.

La estrella de los Heat, siempre toma el control, por eso él en Orlando en un "viaje de trabajo" como le dijo a su familia tras armar las valijas para ir a la burbuja de la NBA en Disney. Por eso pasó solo su cumpleaños número 31, no aceptó que su familia viajase a estar con él porque quería cuidarla de posible contagios y celebró a la distancia el primer año de Rylee, su hija.

Rompe con el formato tradicional del jugador de la NBA. Amante de la música country, de los viajes, amigo del actor Mark Wahlberg, a quien conoció en 2013, cuando rodaba en Chicago, la película "Transformers: Age of Extinction" y con una gran relación con Neymar y Paul Pogba: "Soy fanático de Neymar hasta la muerte y soy fanático de Paul Pogba hasta la muerte", dijo Butler en una charla con New York Times.

Dueño de la idea "Big Face Coffe", una marca que ya registró y que se extenderá como un negocio para Butler, ya que en la habitación que tiene en Disney montó su cafetera francesa y les vende a los jugadores una taza de café a 20 dólares.

Fue elegido por los Bulls en el puesto 30 del Draft, una selección para jugadores "poco relevantes", terminó por desembarcar en los Heat con un contrato de 142 millones de dólares por cuatro temporadas. Anoche demostró que vale cada uno de esos centavos.

Jimmy Butler el chico que "no lucía bien", la amarga la fiesta a LeBron, no le tiene miedo a la Mamba Mentality y quiere que la final de la NBA tenga una nueva función. Ya dejó claro que no es bueno desafiar a Jimmy.