La increíble historia de Ja Morant: el Rookie del año que fue descubierto gracias a un paquete de patatas fritas

Atrevido, descarado, fresco y con movimientos que dejan con la boca abierta a todo el planeta NBA. Cuando uno piensa que, con tan solo 21 años este joven puede hacer lo que hace, no queda otra que sorprenderse y continuar disfrutando de toda su magia, la que demostró en su primera temporada en el mejor baloncesto del mundo y con un nivel superlativo. Quien ofrece todo eso es Ja Morant, el base que viste la camiseta número 12 de Memphis Grizzlies y que fue elegido como el Rookie del año en la NBA.

La esencia de su juego la aprendió en el patio de su casa, en Dalzell, un pequeño pueblo de Carolina del Sur con poco más de 3.000 habitantes. El máximo responsable de crear todo su potencial fue su padre Tee Morant, un ex jugador que compartió equipo con Ray Allen, ex estrella de la NBA. Pero Tee dio por finalizada su carrera justamente cuando nació su hijo Ja, es por eso que el Rookie del año busca completar lo que su padre comenzó alguna vez: "Él es el que me ayuda porque entiende perfectamente lo que necesito", manifestó alguna vez con respecto a su progenitor. Pero la maravillosa aventura que acompaña a este chico para llegar donde llegó tiene un fabuloso detrás de escena.

En el mes de julio de 2016, James Kane se desempeñaba como asistente técnico en el equipo de básquet de la Universidad de Murray State. Por aquellos días viajó hacia Carlonina del Sur en busca de un jugador para el equipo en el que trabajaba. En una pausa que hubo entre los partidos de un torneo en el que fue a espiar a un posible talento llamado Tevin Brown, a Kane le dio algo de hambre. Es por eso que se dirigió a hacia una máquina expendedora de snacks en busca de un paquete de patatas fritas que pueda calmar su apetito. En ese momento escuchó que desde otra cancha provenían los típicos ruidos de un partido de baloncesto.

El rechinar de las zapatillas y la pelota picando en el parquet llamaron su atención, se acercó a esa cancha y allí pudo ver a un jugador que, en un partido de 3 contra 3, lo asombró de manera inmediata: condiciones atléticas maravillosas, movimientos de pies deslumbrantes, capacidad de salto asombroso y una efectividad increíble en cada uno de sus lanzamiento. Kane quedó encantado de inmediato con lo que vio de este joven: ese era nada más y nada menos que Temetrius Jamel Morant que así, de casualidad, terminó siendo reclutado para la Universidad de Murray State, equipo de la División 1 de la NCAA.

Gracias al azar, este talentoso base pudo llegar al baloncesto universitario, aunque ya en el instituto era un jugador donde demostraba un gran potencial con excelentes promedios individuales de hasta 27 puntos, ocho rebotes y ocho asistencias por partido, pero en los perfiles de los rankings de reclutamiento estaba completamente fuera del radar de cualquier buscador de talentos y menos todavía en el de las universidades.

Algo similar pasó en su primer año en el baloncesto universitario: Morant seguía siendo un desconocido, aunque allí tuvo muy buenos números para tratarse de su primer experiencia. Finalmente su explosión iba a llegar y eso sucedió en su segundo año: con 24 puntos, 10 asistencias de promedio por partido y por su impacto en el juego, se convirtió en en el primer jugador en la historia de la competencia en alcanzar esos números brillantes.

A partir de ese año y siendo Sophomore (jugador que atraviesa el segundo año universitario) todo cambió en la vida baloncestística de Morant. Ya se hablaba de este joven como uno de los candidatos a posicionarse en el top 3 del Draft junto a, por ejemplo Zion Williamson, y en 2018 decidió declararse elegible para el Draft de 2019. Allí fue seleccionado en el puesto dos por Memphis Grizzlies y la historia de Morant empezó a ser escrita. Comenzó a demostrar con creces en cada partido de la temporada que podía quedarse, sin ninguna duda, con el premio que finalmente alcanzó, el del Rookie del año.

La poca participación de Williamson en la actual temporada quien no pudo demostrar por completo todo su potencial, fue aprovechado por el base número 12 de Memphis de 1,91 de estatura que con una personalidad de estrella le brindó a los exigentes fanáticos de la NBA todo el show time posible siendo un gran anotador, convirtiendo mates increíbles con acrobáticos saltos, encestando bandejas casi imposibles entre los brazos de los gigantes y siendo determinante para que su franquicia, sin figuras rutilantes, quede a poco de conseguir un puesto en los playoffs en la durisima conferencia oeste, lugar que perdió en la burbuja de Orlando.

Además, sus números finales en su primera estadía en la mejor liga de baloncesto del mundo dejan marcado por qué su selección es la correcta con un promedio de 17,6 puntos, 6,9 asistencias y 3,5 rebotes, todo en 59 partidos. Vale destacar que, la votación al Rookie consiste en un panel de 100 periodistas, de los cuales 99 votaron por Morant en primer lugar. Además, eligen tres opciones: el primer lugar da 5 puntos, el segundo 3 puntos y el tercero 1 punto. Morant recibió un total de 498 puntos para quedarse con el premio algo que destaca que este joven llegó para convertirse en uno de los grandes de la próxima generación de jugadores de la NBA.

Vídeo | Lo mejor de Ja Morant