Nacho cambia de rol

Madrid, 8 jul (EFE).- La renovación del Real Madrid a Nacho Fernández es un paso esperado en la carrera del canterano madrisita, un nuevo escalafón ascendido dentro de la plantilla, asumiendo galones ante la salida de Sergio Ramos y el incierto presente de Raphael Varane.

A Nacho nadie le regaló nada. Es hombre de un solo club y todo lo que ha conseguido lo ha trabajado desde la base de la cantera madridista. De ser un buen complemento, el presente le convierte en pieza importante de la defensa blanca.

Con Zinedine Zidane respondió con firmeza ante las lesiones de Sergio Ramos del pasado curso y para Carlo Ancelotti aparece como valor seguro ante la falta de refuerzos. El Real Madrid, aunque traspasase a Varane si decide no renovar, no tiene pensado invertir en ningún central.

A David Alaba se le cerró cuando las negociaciones con Sergio Ramos no marchaban por el camino esperado. Las partes dejaron claras sus posturas, alejadas en lo económico y el número de años, y el futbolista que había decidido cerrar una etapa de éxito en el Bayern Múnich, era una oportunidad que no se podía dejar escapar.

Fue seleccionado como central, con el carril izquierdo bien cubierto por el francés Ferland Mendy, pero la polivalencia de Alaba asegura un futbolista para varias posiciones en función de las necesidades del equipo. Hasta de mediocentro tiene esperanzas de jugar el internacional austríaco, como nueva opción para la rotación con Casemiro.

La confianza en Nacho es ciega, el crecimiento de Militao despejó dudas. Pero a un jugador que viene de abajo, que ingresó en el club como alevín, siempre le cuesta el doble. Obligado a demostrar más que nadie para ser parte de la primera plantilla hasta convertirse en el jugador con más años en el club. En la nueva temporada dejará de ser un comodín para asentarse definitivamente como central.

Se lo ganó con su buen rendimiento de la pasada temporada. Emergiendo siempre ante la plaga de bajas defensivas y acabando como indiscutible formando pareja con Militao. El curso arrancaba con el dúo de los últimos éxitos, Ramos-Varane, y acababa con una nueva identidad que se mantendrá. Los 33 partidos de Nacho, la continuidad que necesitaba, fue a la par de un aumento de jerarquía. Llegará con brazalete si finalmente Varane expresa su deseo de ser traspasado.

Ancelotti ya conoce la fiabilidad de Nacho, la profesionalidad y el máximo cuidado que le convierte en el jugador con menos lesiones de la plantilla en las últimas temporadas. A su regreso supo nada más aterrizar que no había opción de continuidad de Ramos. La renovación de Nacho hasta los 33 años es el gesto que el jugador esperaba del club antes de ganarse el puesto en un nuevo rol.

(c) Agencia EFE