De un Nº 1 a un ex Nº 1: la admiración de Novak Djokovic por Gustavo Fernández

Alexandre François Etienne Jean Bouin fue un periodista y atleta que vivió el cambio del siglo XIX al XX. Medallista olímpico en Estocolmo 1912, murió en la primera guerra mundial, peleando por su Francia en el Marne. Marsellés de nacimiento, es honrado en la rival París con un estadio, el Jean Bouin, donde juega como local Stade Français (el club de rugby de Nicolás Sánchez, Pablo Matera, Marcos Kremer y el entrenador Gonzalo Quesada). Al lado de ese escenario está el célebre Parque de los Príncipes, casa de Paris Saint-Germain, y del otro costado, un conjunto de canchas de tenis, a algo más que un cruce de calle del complejo de Roland Garros.

En esos courts, los del club Jean Bouin, se conocieron en 2017 Gustavo Fernández y Novak Djokovic, en ocasión del Abierto de Francia. Estaban practicando, muy cerca entre sí. Y en un momento, el serbio detuvo su entrenamiento. Quería hablar con el argentino, de quien lo habían impresionado principalmente dos características: su golpe de revés y sus movimientos sobre la silla de ruedas. Djokovic llevaba varios años como uno de los tres cracks del tenis (había sido el mejor de 2011, 2012, 2014 y 2015); Fernández ya era uno de los top en lo suyo, y de hecho era el campeón vigente de Roland Garros (2016) y del último torneo de Grand Slam jugado hasta entonces (Australia 2017). Charlaron un rato. Y desde entonces quedó una buena sintonía entre el jugador de Belgrado, por esa época número 2 del ranking internacional, y el de Río Tercero, a quien le faltaba muy poco para llegar a la cima del suyo (la alcanzaría en al mes siguiente, en julio, antes de debutar en Wimbledon).

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Hoy Nole es el 1 del planeta y Lobito es el 2. Y se han cruzado en Flushing Meadows, donde este domingo Djokovic jugará un octavo de final del Abierto de Estados Unidos contra el español Pablo Carreño Busta -no antes de las 15 de Buenos Aires-, mientras Fernández se prepara para su estreno en el torneo de tenis adaptado, que se iniciará el jueves 10. "Gustavo y yo hablamos de tenis hoy", publicó el serbio en Instagram, con una foto de ambos en conversación en una pausa de sus prácticas del sábado. "Los jugadores en silla de ruedas son verdaderamente una inspiración para mí. Es impresionante cómo logran ejecutar sus tiros mientras tienen constantemente una mano en una rueda", continuó, antes de halagar específicamente al cordobés.

"@gustifernandez4 fue muy amable al responder todas las preguntas y me dio conocimientos profundos de sus hercúleos esfuerzos en la cancha. He probado varias veces jugar al tenis en silla de ruedas y es superdifícil. Gran admiración y respeto a Gustavo y a todos los jugadores en sillas de ruedas", escribió el mejor tenista del orbe, antes de cerrar su mensaje con un recado a la organización: "Felicitaciones al @USOpen por dar a estos muchachos la oportunidad de competir en esta clase de circunstancias".

En su momento, meses atrás, la organización del Abierto tuvo dudas acerca de llevar adelante la competencia de tenis en silla de ruedas. Es más: al principio, cuando la Asociación de Tenis de Estados Unidos (USTA) anunció la realización del certamen convencional mientras Occidente estaba desorientado y en shock en plena irrupción del coronavirus, no mencionó el torneo de tenis adaptado, que parecía estar fuera de los planes. Hubo quejas, con Fernández como una de las principales voces de reclamo, y finalmente la USTA accedió a programar esa prueba, que es mucho más breve y consta de ocho participantes (empieza en los cuartos de final).

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Vale recordar que Djokovic renunció la semana como presidente del Consejo de Jugadores de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) y de inmediato lanzó, hace siete días y con una foto de él con decenas de colegas en el estadio Grandstand, del propio Centro Nacional de Tenis (el complejo de Flushing Meadows), la Asociación de Jugadores Profesionales de Tenis (PTPA), una suerte de escisión de la ATP que pretende diferenciarse como realmente inclusiva del universo de deportistas rentados de esta actividad. A su vez, Fernández es uno de los más insistentes voceros en busca de equiparación de reconocimiento para los deportistas adaptados.

Por cierto, en lo estrictamente deportivo el de Nueva York es el único campeonato de los cuatro grandes que aún tiene pendiente de conquistar el argentino (bicampeón de Australia y de Francia y actual monarca de Wimbledon). En la final que protagonizó en Nueva York perdió contra el japonés Shingo Kunieda, el "Federer del tenis adaptado" en 2014, cuando tenía 20 años.

Ahora, en 2020, tuvo el gusto de cruzarse con Djokovic durante un ensayo. Como en Roland Garros 2017, cuando fue subcampeón. El momento fue fotografiado por el santafesino Ulises Badio, especialista en medicina china y fisioterapeuta del balcánico. ¿Llegará, Fernández, un paso más lejos esta vez en los Estados Unidos? Por lo pronto, ya tiene, y en público ante millones de seguidores de su admirador en las redes sociales (135.000 "me gusta" en Instagram más algunos en Twitter), los dulces halagos del número 1 del tenis. Como para que confianza no le falte.