"Muerto y resucitado": Netflix se mete en la AFA

No todo lo que abunda en Netflix es bueno. Qué va. En tiempos pandémicos, los usuarios que más productos consumen de la plataforma suelen angustiarse por las noches: "¿Y ahora qué miro?", se preguntan a veces, entregados al vacío. Pasan pantalla y nada, lo mejor ya lo vieron y lo nuevo no seduce. Vaya desde aquí, entonces, una atrevida sugerencia a los productores: métanse en la AFA, señores, y verán lo que es bueno en serio. Las ideas de nuevos proyectos saldrán solas.

Cualquiera de las notables firmas de LA NACION dedicadas a auscultar el arte escénico podría ayudarlos a determinar el género. Tal vez podrían inclinarse por una comedia. Es que el día a día alrededor del fútbol argentino ofrece giros que contienen dramas, sonrisas, sorpresas. Escenas de ricos y pobres, también, para darle un touché más. Ahí andan los clubes poderosos, después de la autorización correspondiente, entrenándose en sus burbujas ad hoc, después de cinco meses de nada. ¿Los otros? Bueno, tienen que arreglarse como pueden: Aldosivi, por caso, empezó cinco días más tarde porque reunir las condiciones sanitarias necesarias no estaba tan al alcance de su chequera. Esas (des)ventajas sí se pueden ver, si el director hace un fundido a negro.

Para una Asociación que lleva más de diez años sin darle previsibilidad a su torneo principal (nunca la nueva temporada tiene el mismo formato que la anterior), superarse en el guión no es sencillo. Pero cuando uno cree que no hay más lugar para nuevos trucos, ¡zas!, ahí viene Claudio Tapia con una línea de diálogo que captura la ansiedad de la audiencia hasta el estreno del nuevo episodio.

El último, el que se empezó a rodar el martes a la tarde con cámaras en decenas de locaciones (ventajas del Zoom) se llama como este artículo: "Muerto y resucitado". Trata sobre un torneo, el de la Primera Nacional (la B, usted me entiende más fácil así), que la AFA había dado por finalizado en los albores de la pandemia. Largo parate, desintegración de planteles, nuevos planes, esperanzas de volver a la cancha después, vino el zarpazo: resulta que no, que el certificado de defunción del muerto era falso y entonces, con un mecanismo que un Grupo de Notables inventará y nadie comprenderá, el torneo va a resucitar. Tendrán que seguir jugando, aunque ya nada sea como fue.

Último momento: entró un llamado a LA NACION sobre el cierre de esta edición. Son los de Netflix: dicen que rechazan la serie. Por inverosímil.