Mourinho, Zidane y el chivo

José Mourinho, durante su época como entrenador del Real Madrid. GETTY IMAGES.
José Mourinho, durante su época como entrenador del Real Madrid. GETTY IMAGES.

En la anterior columna comentábamos que, a diferencia de Telemadrid, ‘El País’ no había pedido disculpas por su información incorrecta sobre el nuevo entrenador del Real Madrid. Ha tenido que ser el nuevo defensor del lector del diario quien, tras las quejas del público, pase la mopa. O, dada la contundencia, la guadaña: “Pocas cosas dañan más la reputación de un periódico que tener en los quioscos una noticia impresa con un titular que los hechos desmienten el mismo día”, escribe Carlos Yárnoz. En ese reducido círculo dañino, adaptado a los nuevos tiempos, podríamos citar la captura que empezó a rular por redes sociales tras confirmarse el regreso de Zinedine Zidane: el titular de la noticia firmada por Diego Torres (“Zidane rechaza una propuesta para hacerse cargo del Madrid”) y, justo encima, un urgente diciendo lo contrario. Qué crueldad.

Como se hace en estos casos, Yárnoz —que, a diferencia de alguno de sus predecesores, parece poner interés en defender al lector y no al periódico— ha recabado la versión de Torres. Éste alega en su defensa que su informante —en singular— era “una persona del club implicada en la búsqueda de entrenadores” y que él escribió lo que le transmitió al final de la semana pero después “hubo novedades”.

Yárnoz sentencia que el texto incumplía “un principio elemental del Libro de estilo” del diario, que establece que las informaciones “solo” pueden ser obtenidas por la presencia en el lugar de los hechos, la narración por una tercera persona o el manejo de documentos. Torres también aduce que su fuente le informó bajo condición de anonimato, una práctica habitual en el oficio, como le concede Yárnoz, pero que “admite sin problemas fórmulas para respetar ese anonimato”. Y aquí viene el tirón de orejas: “Lo que no admite es no citar fuente alguna, un defecto que resta credibilidad a las informaciones”.

Yárnoz ha hecho algo más que afear un artículo. Lo que se censura es un ‘modus operandi’. De un plumazo, ha echado por tierra todos los ‘greatest hits’ de Diego Torres, la brumosa saga que tanto dio que hablar, especialmente, en el trienio madrileño de José Mourinho, entre 2010 y 2013. Un folletín muy celebrado por los detractores del entrenador portugués, que acogían cada entrega como una investigación con el sello ‘Spotlight’, y tachado de pura basura por sus defensores. Entre estos últimos podemos contar a Florentino Pérez. El propio Torres contó en la presentación de su libro ‘Prepárense para perder’ que en una ocasión el presidente del Real Madrid le dijo: ‘Vargas Llosa empezó como tú y acabó escribiendo ‘La fiesta del chivo”.

Ignoro si todo lo que ha contado Torres en ‘El País’ estos años sucedió como él escribe y no puedo ni pretendo llevarle la contraria en nada. Sí he pensado en todo este tiempo —y ahora el nuevo defensor del lector parece que también— que escribir biblias en verso sin poner nombre a una maldita fuente resta credibilidad a las informaciones, por mucho detalle que estas contengan o quizá precisamente por ello. Recordemos el episodio más sonado, allá por el verano de 2011: no había documentos, ni presencia del periodista ni narración de ninguna tercera persona en el famoso “baño de Red Bull”, cuando “presa de una emoción intensísima”, Mourinho cogió una lata de esa bebida energética -“con sabor a frutos del bosque, azúcar y cafeína”, para ser precisos- y la arrojó contra la pared: “Al estrellarse, el recipiente se partió y liberó el líquido gaseoso con un efecto de lluvia. Bañados con esta, algunos jugadores se quedaron perplejos”, escribió Torres. Más o menos como nosotros.

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