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Por qué las monedas están desapareciendo en Estados Unidos

West Reading, PA - July 9: The detail photo of the change drawer of the cash register at Symbiote Collectibles in West Reading Thursday afternoon July 9, 2020. There is currently a coin shortage in the United States. (Photo by Ben Hasty/MediaNews Group/Reading Eagle via Getty Images)
Total escasez de monedas en un negocio de West Reading, Pensilvania, el 9 de julio de 2020. Foto: Ben Hasty/Getty.

En las últimas semanas, las redes sociales se han hecho eco a través de imágenes de un peculiar aviso que encontramos en los restaurantes de comida rápida, en supermercados y hasta en establecimientos bancarios de Estados Unidos.

La información es llamativa: cada vez hay menos monedas en las cajas registradoras, por lo que se hace casi imposible entregarle el cambio (o el vuelto) al cliente, si paga en efectivo.

Así le ocurrió a Scott Talan, según un reporte de NBC News, cuando el fin de semana pasado acudió a un autoservicio de Starbucks en Virginia y se encontró con un cartel escrito a mano que decía: "Debido a la escasez de monedas nacionales, en estos momentos solo podemos aceptar pagos exactos o electrónicos”.

Talan pensó que se trataba de una broma.

“Iba a enviar un correo electrónico al gerente de la tienda o a la casa matriz de Starbucks porque aquello no parecía oficial”, contó este hombre, profesor asistente de la American University en Washington. “Todo esto es muy extraño y propio de los tiempos que vivimos".

Sin embargo, aquí no hay nada que las autoridades no conozcan. La ausencia de menudo en el mercado nacional ha alarmado tanto al gobierno federal que el mes pasado la Reserva Federal estableció una Grupo de Trabajo de Monedas de Estados Unidos para "mitigar los efectos de los bajos inventarios de monedas causados ​​por la pandemia COVID-19".

El viernes pasado fueron anunciados los 22 miembros de este grupo de trabajo que incluye a representantes de agencias gubernamentales, bancos y empresas, y que se reunirán con el objetivo de compartir recomendaciones para identificar los pasos “que los responsables de la cadena de suministro pueden llevar a cabo para abordar el actual problema de circulación de moneda”.

¿Por qué escasean las monedas?

De acuerdo con Daniel Soques, profesor asistente de economía en la Universidad de Carolina del Norte Wilmington, se está produciendo una “tormenta perfecta” a partir de circunstancias nacidas de la pandemia de coronavirus, durante la cual los negocios que manejan mucha moneda, como las lavanderías, pudieran estar cerrados, al tiempo que crece el miedo a contraer la enfermedad por el contacto directo con las monedas.

Esto último habría hecho que las personas eviten por completo cualquier tipo de transacciones con dinero contante y sonante.

Según los responsables de Coinstar, una compañía que opera alrededor de 22,000 quioscos de cambio de monedas en todo el país, el volumen se desaceleró en medio de cierres de los estados y de las ciudades como reacción a la extensión de la pandemia.

Además, entre marzo y abril, la fabricación de nuevas monedas también se vio obstaculizada en las instalaciones de producción de la Casa de la Moneda de EEUU.

Luego, cuando en plena primavera la economía nacional comenzó a hundirse con pérdidas récord, fue suficiente para algunas personas “comenzaran a acumular monedas y a acumular dinero en general”, dijo Soques.

En junio, como medida temporal, los bancos de la Reserva Federal comenzaron a asignar más dinero de los inventarios de monedas existentes a los bancos. El Departamento del Tesoro estima que a partir de abril ya había cerca de 48.000 millones de monedas en circulación en el país.

En busca de una solución

Mientras, en un comunicado, la FED aseguró que “confía en que los problemas del inventario de monedas se resuelvan una vez que la economía se abra más ampliamente y que la cadena de suministro de monedas vuelva a los patrones normales de circulación", aunque también reconoció “que estas medidas por sí solas no serán suficientes para resolver problemas a corto plazo”.

El presidente de esta entidad, Jerome Powell, reconoció en junio, en una audiencia del Comité de Servicios Financieros de la Cámara, que los bancos también están sufriendo por la falta de un “flujo de monedas”.

“Estamos trabajando con la Casa de la Moneda para aumentar el suministro, y con los bancos de reserva para llevar ese suministro a donde debe estar”, dijo Powell. “Creemos que es una situación temporal”.

Sin embargo, aunque la Fed no llegó a etiquetarlo como “escasez de monedas”, según Soques se trata exactamente de ese fenómeno.

Pero este fenómeno no es nuevo. Ya en 1999, una “sequía de centavos”, presumiblemente causada por personas que no estaban interesadas en usarlas o que las almacenaban en frascos obligó a algunas empresas a pedir ayuda a los clientes o a racionar las monedas.

En la actualidad, algunos comercios les notifican a los clientes que no tienen cambio, mientras otras están redondeando los precios a cantidades exactas para evitar tener que dar vuelto.

Y en otros casos solo permiten transacciones electrónicas.

“Aunque no es necesariamente algo malo dejar de usar efectivo, esto perjudica desproporcionadamente a las personas que se ubican en el extremo inferior del espectro financiero”, aclaró Soques.

“Estos son generalmente quienes no poseen cuentas bancarias, por lo que, si todo se paga con tarjeta, están en desventaja”, concluyó.

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