Moller Nielsen, artífice del milagro danés

Madrid, 26 jun (EFE).- Si Dinamarca tiene una Eurocopa, la que ganó en Suecia 1992, es gracias a Richard Moller Nielsen, un entrenador que no fue la primera opción cuando accedió al cargo y que consiguió pasar de villano a héroe en apenas unos meses en los que ganó el título pese a no conseguir clasificarse sobre el césped.

El caso de aquella Dinamarca campeona el 26 de junio de 1992 tras derrotar en la final a Alemania, es único en la historia de la Eurocopa. Todo estaba en contra para una selección que pasó de ser una jaula de grillos a convertirse en la mejor de Europa en apenas unos meses.

Moller Nielsen llegó al banquillo de Dinamarca como segundo plato. Después de una década de gran fútbol pero pocos resultados con el germano Sepp Piontek en el cargo, el elegido para sustituirle en 1989 fue su compatriota Horst Wohlers. Moller Nielsen era el segundo de Piontek, pero no entró en las quinielas para dirigir a Dinamarca.

Wohlers hasta llegó a ser presentado oficialmente, pero finalmente la federación danesa no consiguió llegar a un acuerdo con su club, el Bayer 05 Uerdingen, y sus planes se vinieron abajo. Entonces, ofrecieron el cargo a Moller Nielsen, que aceptó pese a no ser la primera opción.

El primer objetivo de Moller Nielsen y de Dinamarca era clasificarse para la Eurocopa de Suecia 1992. Encuadrada en el grupo 4 con Islas Feroe, Austria, Irlanda del Norte y Yugoslavia, tenía como máximo rival al cuadro balcánico. Y, para dar un giro a los pocos resultados de su selección, Moller Nielsen apostó por cambiar el estilo y hacerlo más rocoso con mayor implicación de sus figuras, sobre todo de los hermanos Michael y Brian Laudrup.

Eso provocó la renuncia de ambos a la selección y Brian incluso llegó a decir que no respetaba a su seleccionador. Esas ausencias, junto a las de Morten Olsen y Han Heintze, minaron el poder danés, que acabó fuera de la Eurocopa tras quedar segunda de su grupo por detrás de Yugoslavia tras perder sólo un partido en toda la fase de clasificación.

Sin embargo, la suerte se aliaría con Dinamarca. La guerra de Yugoslavia dio una oportunidad al equipo de Moller Nielsen. El 30 de mayo de 1992, la UEFA cedió a las presiones de la ONU y Yugoslavia fue excluida del torneo cuando ya estaba entrenándose en Suecia. Automáticamente, Dinamarca fue invitada a jugar la Eurocopa en sustitución de Yugoslavia y Moller Nielsen tuvo que armar un equipo sobre la bocina.

La mitad de los jugadores seleccionables estaban de vacaciones. La otra mitad, aún disputaba las últimas jornadas de la Liga danesa, que ni siquiera fue detenida para favorecer una preparación "express" de Dinamarca. Además, Moller Nielsen intentó convencer a los hermanos Laudrup. Lo logró con uno. Brian acudió a la llamada y Michael se quedó en casa. Tal vez, fue uno de los mayores errores de su carrera.

En un grupo junto a Inglaterra, Suecia y Francia, toda la expedición danesa confiaba en volver pronto a sus casas para continuar las vacaciones. Especialmente, el centrocampista Kim Vilfort, cuya hija estaba enferma de leucemia. De hecho, regresó a a mitad del campeonato para estar con ella. Luego, volvería para la final.

El primer duelo, ante la Inglaterra de Lineker, acabó 0-0 y dio esperanzas a un equipo que se derrumbó después de caer 1-0 ante Suecia. Fue un mazazo, pero aún podía clasificarse para semifinales. En el último partido, a Francia le bastaba con empatar para clasificarse. Dinamarca, tenía que ganar y esperar que Suecia le hiciera un favor frente a Inglaterra.

El conjunto galo, con Papin, Ginola y Cantona al frente, cayó por sorpresa 2-1 con tantos de Henrik Larsen y de Lars Elstrup, que al final del partido sustituyó a Brian Laudrup en una decisión controvertida de Moller Nielsen que funcionó. En el primer balón que tocó, marcó. Suecia, a su vez, hizo su trabajo y ganó 2-1 a Inglaterra, y Dinamarca accedió a las semifinales.

En ellas, apareció la figura de Schmeichel. Ante el vigente campeón, con nombres como Van Basten, Bergkamp, Gullit o Rijkaard, todos dieron por muertos a Dinamarca. Sin embargo, planteó batalla y ganó pese a empatar 2-2 con un tanto de Rijkaard casi en el minuto 90. Después de una prórroga espectacular de Schmeichel, paró en la tanda de penaltis el lanzamiento de Van Basten y clasificó al conjunto escandinavo para la final.

Nadie dudaba de que la favorita para ganar la Eurocopa era Alemania. Pero aún había tiempo para una sorpresa más. La final, disputada en Gotemburgo, se la llevó Dinamarca con un tanto de Jensen y otro, el más emotivo, de Vilfort, que celebró su acierto pensando en su hija enferma que moriría diez días después.

Mientras, Schmeichel, de nuevo, se encargó de frenar los intentos de un rival desesperado que fue el último en caer en las garras de la sorprendente Dinamarca. La victoria final (2-0), silenció para siempre a los críticos de Moller Nielsen: "No teníamos las mejores superestrellas, pero juntos éramos un gran equipo", sentenció.

Continuó en el cargo y no consiguió clasificar a Dinamarca para el Mundial de Estados Unidos 1994. Dirigió a su equipo en la Eurocopa de 1996 y después se hizo cargo de las selecciones de Finlandia e Israel.

Se retiró en el Kolding, en 2003. Falleció en 2014, pero no lo hizo en el olvido. Todo un país lloró la muerte del artífice del único título importante de la historia de Dinamarca. Moller Nielsen creyó en su sistema feo pero efectivo hasta las últimas consecuencias, y triunfó.

Juan José Lahuerta

(c) Agencia EFE