El misterio del faro escocés centenario donde sus guardianes desaparecieron sin dejar rastro

Hace más de cien años, poco antes de que el mundo entrase en el año 1900, un suceso tan extraño como difícilmente explicable convirtió a una de las siete islas que componen que el grupo de las Flannan escocesas en un lugar lleno de leyendas y misterio que algunos lugareños temen. Para entonces la isla de Eilean Mor ya gozaba fama de paranormal, pero la desaparición sin rastro de tres de sus fareros no hizo más que acrecentar su popularidad y las historias a su alrededor.

Son muy pocas las estructuras arquitectónicas en pie en una isla que básicamente sirvió para el pastoreo de ovejas y las leyendas. (Foto: Getty Images)
Son muy pocas las estructuras arquitectónicas en pie en una isla que básicamente sirvió para el pastoreo de ovejas y las leyendas. (Foto: Getty Images)

Cuentan en Mental Floss y The Scotsman que los hechos narrados en las crónicas de la época y cada cierto tiempo después como historia de misterio tuvieron lugar durante las dos últimas semanas de 1899. Ese año se había construido en Eilean Mor, a unos 30 kilómetros de la isla de Lewis y siendo ambas parte del archipiélago de las Hébridas, un faro. Hasta allí habían sido enviados tres hombres para cumplir con la tarea de fareros. Thomas Marshall, James Ducat y Donald MacArthur eran sus nombres.

A ellos acudían a dar el relevo desde el buque Hesperus, que llegó varios días después de lo previsto por el mal tiempo, cuando se encontraron con una escena inquietante desde el mismo puerto hasta el propio faro. Lo primero que llamó la atención al capitán James Harvey y su tripulación fue que nadie salió a recibirles ni se habían llevado a cabo ninguno de los preparativos habituales en casos así.

Desembarcaron y subieron hasta la construcción elevada. Se encontraron con la puerta cerrada y sin que ser humano alguno respondiese a sus llamados. A final entraron, cuentan las crónicas, por la puerta de la cocina. Lo que allí vieron les llamó aún más la atención. Platos en la mesa con la comida aún sobre ellos que indicaba que llevaban allí varios días, una silla tirada sobre el suelo y los impermeables de dos de los fareros en el lugar. Las preguntas se amontonaban. ¿Habían tenido que salir corriendo por algún tipo de emergencia? ¿Por qué solo uno de los hombres se había llevado la prenda de abrigo? ¿Dónde estaban?

Los turnos entre los equipos de fareros eran de seis semanas. Fue Joseph Moore, que debía darles el relevo, quien dio la voz de alarma y organizó un grupo para buscar a sus compañeros por toda la isla. No hallaron señales de ellos ni muchas pistas sobre lo que les podía haber sucedido. Las notas que encontraron en el libro de registro solo sirvieron para acrecentar aún más su incertidumbre.

La última entrada tenía fecha del 15 de diciembre y las anotaciones más recientes eran algo desconcertantes. “Vientos fuertes como nunca antes había visto en veinte años”, había escrito Marshall el día 12, quien hacía también referencia al estado de ánimo de sus compañeros: uno estuvo muy callado y el otro, llorando. El 13 de diciembre escribió más sobre la tormenta y que los tres juntos habían rezado.

Según recoge el sitio Mental Floss, una de los aspectos más llamativos de aquel libro de registro es que se hablaba de unas tormentas de las que nadie más tuvo conocimiento. Según sus propios registros, no fue hasta el 17 de diciembre que se produjo una que casi hizo naufragar a un barco que se encontró con la luz del faro de Eilean Mor apagada. Para entonces se cree que los hombres que allí habitaban ya habían desaparecido. La última entrada fue la del 15 de diciembre: “Tormenta terminó, mar en calma. Dios está en todo”.

A día de hoy el faro de la leyenda está automatizado. (Foto: Getty Images)
A día de hoy el faro de la leyenda está automatizado. (Foto: Getty Images)

La autoridades abrieron una investigación para intentar esclarecer qué les había ocurrido a Marshall, Ducat y MacArthur y la conclusión a la que llegaron es que su desaparición podría haberse producido mientras realizan algún tipo de arreglo el 15 de diciembre y que una gran ola arrastrase a los tres hombres.

Sin embargo, el hecho de que los cadáveres no apareciesen devueltos por el mar y que las pistas tampoco fuesen fiables al 100% acrecentó la leyenda del faro de esta pequeña isla sin habitantes. Teorías hay varias que los lugareños de las islas cercanas cuentan siguiendo sus propias creencias y supersticiones. Así, mientras algunos comulgan con la versión oficial del accidente, hay quien cree más la teoría de que uno de los tres hombres mató a los otros dos y luego se suicidó tirándose al mar.

Y, como no podía ser de otra forma en un lugar con fama de místico y paranormal, un poco de eso también hay en la historia. Los pastores que llevaban allí a sus objetas se referían a este trozo de tierra como “el otro país” y la capilla del siglo VII levantada durante la estancia de San Flannan ha alimentado tanto la curiosidad como los rituales en torno a ella.

En 2018 se estrenó una película llamada The Vanishing inspirada en lo allí ocurrido y que introducía una variable, el oro, no incluida en ninguno de los relatos sobre el hecho en sí. Rodada por el danés Kristoffer Nyholm, tenía en los tres papeles protagonistas, los de los fareros desaparecidos, a Peter Mullan, Gerard Butler y Connor Swindells.

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