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Milinkovic-Savic, ese extraño elemento en la Serie A

Sergej Milinkovic-Savic supera a Vincent Koziello, del Niza durenta un partido en la fase de grupos de la presente Europa League en el estadio Olímpico de Roma. (Foto: AP Photo/Andrew Medichini)
Sergej Milinkovic-Savic supera a Vincent Koziello, del Niza durenta un partido en la fase de grupos de la presente Europa League en el estadio Olímpico de Roma. (Foto: AP Photo/Andrew Medichini)

Durante el Sampdoria-Lazio de la anterior jornada, el periodista español de Bein Sports que narraba el partido no dejó de llamar Milinko a Sergej Milinkovic-Savic cada vez que el serbio tocaba un balón. Como tocó tantos y tan bien la confusión entró poco a poco en el terreno de lo cómico pero a mi me generó una reflexión en el salón de mi casa. ¿Cómo no confundir el apellido de este centrocampista exuberante e inesperado si él es el elemento más extraño de la Serie A?

Anoche, en la derrota frente al Torino (1-3), Milinkovic-Savic no dio pie a tanta confusión. Como el resto del equipo, entró poco en juego y cuando lo hizo no encontró la precisión de otras tardes. Un maravilloso pase de tacón a Lucas Leiva fue lo poco que del Milinkovic-Savic habitual pudimos disfrutar en el Olímpico. Y es así, por contraste, como debemos valorar la realidad de este futbolista incontenible. Cuando no aparece ya es noticia.

Sergej nació en España, en Lérida. Su padre era el centrocampista del gol en aquel Lleida milagroso que consiguió competir en Primera división a mediados de los noventa. El hijo ha heredado el colmillo afilado en los últimos metros y espíritu de sacrificio. Pero hay más. A veces, Milinkovik-Savic es el bisonte en la medular de la Lazio y otras es el cisne. Su físico le permite abarcar mucho campo y llegar arriba con peligro; su técnica con la derecha le habilita para entregar pases como el de anoche o superar líneas con el regate.

Tras explotar en la Vojvodina y en el Genk, Lotito lo compró por 10 millones de euros hace dos años y todos pensamos que debía ser muy bueno para que el presidente más rácano en la historia reciente del club se rascase así el bolsillo. No nos equivocamos. En la Lazio, Milinkovic-Savic aporta goles, 15 en dos temporadas jugando en el medio, y calidad en cada acción. Es un centrocampista mestizo, con virtudes de aquí y allá. Es tan difícil no equivocarse con su apellido como etiquetar su juego.

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