Mikel Landa no tiene la culpa de tener siempre mala suerte

CATTOLICA, ITALY - MAY 12: Mikel Landa Meana of Spain and Team Bahrain Victorious are involved in an accident and is assisted by the medical team during the 104th Giro d'Italia 2021, Stage 5 a 177km stage from Modena to Cattolica / Crash / Injury / Abandon / @girodiitalia / #Giro / on May 12, 2021 in Cattolica, Italy. (Photo by Tim de Waele/Getty Images)
Photo by Tim de Waele/Getty Images

Cuanto más grande es una desgracia, más necesidad tenemos de comprenderla, buscarle una razón y así, de alguna manera, categorizarla y alejarla de nosotros. Eso pasa en todos los ámbitos de la vida y quien no se lo crea, que lea "El secreto" o algún libro "new-age" del estilo. Si algo te va mal, piensan muchos, es que algo has hecho. De alguna manera mágica, atraes las desgracias y eso no puede ser casualidad, es imposible, aunque no haya explicación alternativa. Eso mismo le pasó ayer a Mikel Landa, quien, al poco de dar con sus huesos en el suelo a cuatro kilómetros de la línea de meta en el Giro de Italia pasó de víctima a casi culpable sin mediar razón alguna.

El argumento contra Landa viene a decir "si le pasa todo el rato, no puede ser mala suerte". Lo primero que cabría precisar es que, obviamente, no le pasa todo el rato. Mikel Landa ha acabado seis grandes vueltas (4 Tours y 2 Giros) entre los siete primeros y algo de mérito tendrá en ello. Es cierto que en alguna de ellas -como la famosa enganchada con Simon Yates del Giro 2019- ha tenido percances serios que le han hecho perder tiempo, pero digamos que la fama de "pupas" tiene algo de exagerado. Le pasan cosas, sí, pero tampoco es un juguete del destino.

Lo segundo sería cuestionar por qué el hecho de que algo se repita constantemente ha de deberse a una razón ajena. Creo que todos hemos visto ya todos los ángulos posibles de la caída de ayer que arrastra a Landa al abandono y no hay manera de saber qué hizo mal el alavés y cómo podría haber evitado que se lo llevaran por delante. No basta con generalidades del tipo "eso le pasa por algo" sino que hay que explicar por qué. No es Landa el que tropieza con el que está señalizando la rotonda, no es Landa el que empuja a su vez a un compañero y no es Landa el que provoca en ningún sentido la caída. De hecho, Landa va por delante, en un puesto razonable dentro del pelotón.

Tampoco puede ser culpa de Mikel Landa que una moto de la organización se pare en medio de la ascensión al Blockhaus, enganche a un corredor del Sunweb y a su vez dicho corredor se lleve por delante a medio Sky, como sucedió en el Giro 2017. O que Warren Barguil se desequilibre y se apoye en un corredor, le tire al suelo y ese corredor resulte ser de nuevo Landa. O que SImon Yates tome mal una rotonda y se lo lleve por delante. Ninguna de esas caídas se produce con Landa descolocado, en la parte trasera del pelotón, despistado por cualquier razón... En ninguna de ellas es él el que pierde el control de la bicicleta ni el que provoca la montonera.

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Para racionalizar esto, para poder dormir tranquilos pensando que, en fin, es culpa suya y no le puede pasar a nadie más, solo a él, habría que dar una explicación alternativa. Habría que contar exactamente qué hace mal Landa para sumar seis caídas con fracturas en sus once años como profesional, varias de ellas cuando partía de favorito. ¿Le protegen mal sus equipos? No da esa sensación. Ayer iba rodeado de varios compañeros de Bahrein y de hecho hay otros dos que también besan el suelo. Cuando le tiran en el Giro 2017, va en perfecta fila de Sky subiendo a las primeras posiciones. ¿Se coloca mal en el pelotón? Todo el mundo puede tener despistes, pero no es Landa de los que corren demasiado atrás y no se han producido estas caídas marchando atrás precisamente.

La última explicación posible es que Landa no maneje bien la bicicleta, que sea torpe, que se desequilibre con facilidad. Bueno, esto es posible, pero en ese caso habría más caídas de las que fuera él el responsable y no al revés. A Landa, sistemáticamente, lo tiran. ¿Quiere eso decir que no es un Peter Sagan, es decir, que no es un funambulista de la bicicleta capaz de mantener el equilibrio casi en cualquier circunstancia? Puede ser, pero a Sagan también se lo llevó por delante una moto cuando iba a ganar una etapa de la Vuelta y a nadie se le ocurrió culparle a él del incidente. Cuando te toca, te tocó.

Supongo que lo que desespera es la acumulación y el momento. Justo en un día absurdo en medio de dos de media montaña. Lo que realmente fastidia es que tiene 31 años y se van pasando las oportunidades y esta no era mala, ni mucho menos. Ahora bien, para ver a un tío con múltiples fracturas y tirado en el suelo gritando de dolor y dar por hecho que en realidad es culpa suya necesitas algo más que basarte en una supuesta ley de las probabilidades. Sí, uno puede jugar a la ruleta y que salga negro quince veces seguidas. No hay nada en el universo que lo impida. Tampoco impide que un deportista tenga mala suerte quince veces seguidas, como si la mala suerte se debiera repartir por alguna razón mágica de justicia cósmica.

Dejemos esos argumentos para los libros de autoayuda y contemos las cosas como son. Mostremos un mínimo de empatía y no queramos analizarlo todo. Un tipo se desequilibra, desequilibra a otros, se van cayendo a 60-70 kilómetros por hora y el efecto dominó se lleva por delante a uno de los favoritos. Tan simple como eso. Podría haber sido Nicola Venchiarutti y ahora estaríamos hablando de otra cosa. De hecho, ninguno sabemos si Nicola Venchiarutti tiene buena o mala suerte con las caídas. Lo sabemos de Landa porque cuando no se cae es muy bueno. Y es difícil ser muy bueno y a la vez un torpe que no sabe colocarse en el pelotón, así que igual es otra cosa.

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