Messi y el liderazgo

Nadie discute la grandeza futbolística de Lio Messi, para mí es uno de los tres mejores de todos los tiempos. Nadie puede poner en tela de juicio su posición en la historia del FC Barcelona como el más grande que ha vestido la casaca blaugrana; pero cuando hablamos de liderazgo y resultados con el seleccionado argentino, la discusión es válida.

Argentina’s Lionel Messi, seen during their FIFA 2018 World Cup qualifier match against Venezuela, in Buenos Aires, on September 5, 2017 (AFP Photo/Alejandro PAGNI)
Argentina’s Lionel Messi, seen during their FIFA 2018 World Cup qualifier match against Venezuela, in Buenos Aires, on September 5, 2017 (AFP Photo/Alejandro PAGNI)

Goleador albiceleste

En lo personal, vuelvo a hablar en primera persona, lo de Messi con Argentina, en cuanto a resultados, ha tenido mucho más que ver con la mala suerte que con el rendimiento. En un seleccionado en el cual han desfilado algunos de los mejores goleadores de la historia del fútbol, como Kempes y Batistuta, para citar solo dos ejemplos; ser el goleador histórico, sin ser atacante, refrenda mi tesis.

Además, de la mano de Messi, Argentina ha ganado el oro Olímpico y ha sido subcampeón de un mundial y dos Copas América. En las tres finales perdidas Argentina nunca fue inferior a su rival y tuvo opciones más que reales de llevarse los tres trofeos. El fútbol, como la vida, es caprichoso; si eso hubiera sucedido, hoy nadie diría nada de Messi con la camiseta albiceleste.

Pero la realidad es que Messi no ha podido ganar nada grande con su selección, y Messi tiene que cargar con esa cruz. Allí vienen los detalles que muchos le reclaman, y que yo también le reclamo.

Ser líder

En el fútbol es muy difícil entender a un líder silencioso, mucho más en Sudamérica, y más aún en la Argentina. Es imposible entender el lenguaje no verbal de un hombre que con la camiseta del Barcelona levita sobre la cancha, mientras que con la de Argentina se arrastra. Resulta complicado justificar a un hombre que no mete un grito, no ordena, no organiza, no pide cuentas a sus compañeros, sabiendo que es el líder y el mejor del planeta.

El jugador de la selección de Argentina, Lionel Messi, sostiene el balón en un partido contra Venezuela por las eliminatorias mundialistas el martes, 5 de septiembre de 2017, en Buenos Aires. (AP Foto/Victor R. Caivano)
El jugador de la selección de Argentina, Lionel Messi, sostiene el balón en un partido contra Venezuela por las eliminatorias mundialistas el martes, 5 de septiembre de 2017, en Buenos Aires. (AP Foto/Victor R. Caivano)

Eso le ha faltado a Messi, el rosarino no contagia cuando se pone la camiseta que vistió Maradona. Ahora se suma un debate más al interminable cuestionamiento sobre el liderazgo de Messi con la selección; en el momento más importante, en la semana definitiva, mientras el capitán y líder del seleccionado peruano, Paolo Guerrero, solicitó un permiso especial al Flamengo para llegar desde la semana anterior a Lima e incorporarse a la disciplina de Gareca, perdiéndose el partido del equipo de Reinaldo Rueda el fin de semana; Messi se quedó en Barcelona para jugar un partido que, en el papel, Barcelona podía afrontar sin la ‘Pulga’.

Nunca sabremos si el Barcelona le hubiera otorgado la licencia especial, jamás tendremos certeza si ese gesto hubiese servido de manera concreta para un posible triunfo de la Argentina en el partido que significa un mundial; pero lo que si sabemos es que Messi pudo haber intentado llegar antes y no lo hizo.