La tristeza y desidia de Coutinho sólo tiene un antídoto: Messi
Autor: Pedro Galván
Los líderes están hechos para que las personas que les rodeen sean mejores. Así de sencillo y así de fácil.
Lo demuestras en el campo, corriendo y defendiendo como el que más (como Michael Jordan), lo ejemplificas en el fair play, demuestras cuando sabes perder y cuando sabes ganar, compartes los valores del deporte como superación y esfuerzo, pero también tienes que ponerte al lado de tus compañeros y preguntarles, de vez en cuando, ¿qué cómo te va?
Esa es la idea Messi. Que no ves que Coutinho no está. Lo del partido contra el Girona del fin de semana pasado fue, en una palabra, patético.
Y fue horrible no solo porque fallo ocasiones cantadas de gol o porque cuando chuta, el 90% de veces lo hace con el mismo movimiento de: “Escoro a la derecha y chuto con el interior del pie y a ver si me entra una rosca espectacular”, sino que fue espeluznante su actitud, su tristeza, su desidia. Hace tiempo que le han leído la matrícula los jugadores rivales.
Es cierto que lo sigue intentando, pero no es la maquina impertérrita que otros jugadores demuestran cada fin de semana.
Por eso, lo que no entiendo es cuando están en el vestuario, en el descanso por ejemplo, y ves que no le sale nada al brasileño, pues Messi, te sientas con él y le muestras cariño, le escuchas y sobretodo le dices cómo jugar y lo que se le espera de él.
Eres un ejemplo de goles y de no amedrentarte frente a las adversidades. Sin embargo, ahora, lo que deberías postular es en crear diez jugadores que jueguen solo como tú les dirijas. Y dentro de muy poco, no serán diez sino once, porque a todos nos llega el tiempo de dedicarnos a otras cosas.
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