Messi y el regalo del póster que les faltaba a los pibes

Los festejos de la selección argentina, con Messi adelante.
CARL DE SOUZA

En ese instante en el que uno es el mejor, el campeón, el cuerpo pierde autonomía y nadie es capaz de dominar sus emociones. Es un trance corto pero profundo, incluso muchos veces olvidado en la locura del festejo. En ese momento sublime, no menos de media docena de compañeros, colegas que hacen su mismo trabajo pero en otra dimensión, fueron a buscarlo para darle un abrazo. Esa imagen del final fue absolutamente elocuente. En el apretón había admiración y sobre todo un enorme agradecimiento, mezclado con cierta sensación de justicia.

Lionel Messi recibió el cobijo de sus compañeros y el fútbol comenzó a devolverle, cuando se viste de celeste y blanco, algo de todo lo que le debía desde hace tiempo. Esa sensación de reparación estaba instalada en el Maracaná y el título en esta Copa América tiene un sabor virgen, e insólitamente inédito.

Messi en el Colectivo del seleccionado Argentino llegando al predio deportivo de la AFA en Ezeiza.
Messi en el Colectivo del seleccionado Argentino llegando al predio deportivo de la AFA en Ezeiza.


Messi en el Colectivo del seleccionado Argentino llegando al predio deportivo de la AFA en Ezeiza.

Jugó un partido serio el seleccionado argentino. De Paul se matriculó con un partido consagratorio. Di María también tuvo su redención con un gol que nos transportó a la consagración olímpica ante Nigeria en 2008 y el resto acompañó con gran carácter. Por fin el equipo se mostró corto entre líneas, intenso y disciplinado para desbaratar cada intento amenazante de Neymar. Habitualmente tiene mala prensa la tarea defensiva, pero en un equipo como el argentino era la llave para abrir la puerta de la victoria.

Quedan 18 meses hasta el Mundial de Qatar. Es un tiempo respetable para tratar de consolidar una idea de juego, que hasta ahora se mostró inestable y poco duradera dentro de un mismo partido. El aprendizaje de Scaloni, seguramente más aplomado con el título en la espalda, deberá incluir una mirada superadora sabiendo de las grandes potencias que aparecerán en el futuro. Logró formar un grupo que se aprecia sólido y en el que el mejor de todos se siente líder y cómodo. Se gana o se aprende, aunque en su caso una opción no deberá excluir a la otra.

Las cámaras se quedaron con Messi porque no había forma de buscar otra imagen. Incluso cuando bajó la adrenalina y se sentó en las escaleras de los vestuarios con Neymar durante un buen rato. Eran dos amigos que al final del partido, compartiendo la Coca de vidrio, se quedan a recordar las mejores jugadas entre anécdotas y humoradas. Sin saberlo, construyeron un momento de una ternura tan inmensa como su talento.

Neymar y Messi tras el partido
Ricardo Moraes / Reuters


Neymar y Messi tras el partido (Ricardo Moraes / Reuters/)

Estaba extasiado Leo. Nunca tuvo miedo de desear en grande, sabiendo que alguna vez ese sueño se iba a cumplir. Se abrazó con todos. Lloró con los suyos a través del teléfono y se cargó de premios como un equeco. Fue el que más goles hizo, el que mejor jugó y el que más asistencias brindó. Ésta vez no podía haber un final distinto. Su recompensa es el fruto del talento, pero también de su obstinación por siempre creer que además de poseer un don, el esfuerzo paga.

Los sub 28 acumularon siete mundiales y diez Copa América. Crecieron con el final de Diego. Observaron como se frustraban generaciones enteras: desde Ortega y Verón, pasando por Samuel y Riquelme, hasta llegar a Mascherano e Higuaín. Vieron equipos desde Basile hasta Sampaoli.

La espera se terminó para todos. También para ellos. En el Maracaná y frente a Brasil, Messi levantó la Copa América y al fin es campeón con la Selección Argentina. Hagan lugar en la pared para el póster que faltaba en el cuarto.

Arribo de Messi y sus compañeros Lo celso y Di Maria al Aeropuerto de Rosario, messi fue recibido por su familia y se fundio en un abrazo con su pareja Antonella Roccuzzo.
Arribo de Messi y sus compañeros Lo celso y Di Maria al Aeropuerto de Rosario, messi fue recibido por su familia y se fundio en un abrazo con su pareja Antonella Roccuzzo.


La llegada de Messi a Rosario y otro momento inolvidable: el abrazo con Antonela.