Yahoo Noticias Menotti-Bilardo: una rivalidad que dividió al fútbol argentino
Estilos. Ideologías. Métodos. Características que identifican una manera de enfocar y ver el fútbol. Ofensivos o defensivos, clase o garra. Podemos dar miles de ejemplos.
Si bien el fútbol argentino cuenta con más de 100 años de rica historia y la lista de técnicos que aplicaron sus métodos personales se han sucedido a lo largo de las décadas, fueron César Luis Menotti y Carlos Salvador Bilardo, los dos campeones del mundo, quienes marcaron el inicio de un época de rivalidad, de polarización de estilos, de una guerra dialéctica que selló una era.
Menotti ganó el Mundial 1978 con estilo propio. “El fútbol que le gusta a la gente”, se decía por aquellos años. Una idea que marca una generalización algo controversial porque no a toda la gente le gusta el mismo.
Bilardo ganó el Mundial 1986 con una idea distinta, una forma de ver el fútbol diametralmente opuesta, pero tan honesta y respetable como la otra.
La década del ochenta marcó el inicio del Menottismo vs el Bilardismo. Los de “Paladar Negro” se identificaron con “El Flaco”. Los más rústicos, los amantes del fútbol pícaro, de carácter y disciplina por excelencia, lo hicieron con “El Narigón”.
Guerras dialécticas y ataques cruzados que convivieron con otros estilos similares pero que también fueron marcando épocas. Sin embargo ni los adeptos a Basile, a Bianchi, a Ramón Díaz o a Bielsa, por nombrar a los más representativos que fueron contemporáneos de los dos íconos, pudieron quebrar esa dicotomía que establecieron Menotti y Bilardo.
Pero, ¿cómo se inició ese “odio”? Cuenta la leyenda que cuando Menotti dejó al seleccionado argentino tras el Mundial 1982 y Bilardo asumió el cargo, ambos tuvieron una reunión “secreta”.
Allí Menotti le recomendó especialmente a Alberto Tarantini y a Hugo Gatti como fundamentales, más allá de los líderes Diego Maradona y Daniel Passarella. Por el contrario, no fue muy benevolente con Enzo Trossero, del que no dio buenas referencias.
Una vez finalizado el cónclave, un numeroso grupo de periodistas aguardaban el resultado. Eso encolerizó a Bilardo que tomó eso como una traición y actuó de manera opuesta: dejó de lado a Gatti y Tarantini y llamó a Trossero. Fue el inicio del fin de una relación que si bien no era de amistad, si lo era de cordialidad.
Casi 35 años después, con un Bilardo debilitado por su mal estado de salud, Menotti tuvo un gesto de grandeza al enviarle un mensaje de pronta recuperación.
“Las diferencias que pueda haber en los estilos de vida no tienen nada que ver. Ojalá que Dios lo proteja y lo ayude para que salga bien de esta circunstancia. Es un hombre del fútbol, ojalá que salga adelante, es mi profundo deseo”.
“Tenemos diferentes maneras de pensar las cosas, de sentir la representatividad del fútbol, pero de ahí a no pedir que su salud se recupere lo antes posible. Deseo con todo mi respeto por su familia que salga adelante”.
Dos grandes del fútbol argentino. Los dos campeones del mundo. Las diferencias ideológicas los separaron, creando una rivalidad histórica.
Hoy, ya en la madurez de la vida los une la fraternidad, esa misma que es más fuerte que cualquier controversia. Mientras tanto el fútbol se los agradece.
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