La meditación y el mindfulness pueden empeorar la depresión

La meditación y el mindfulness pueden empeorar la depresión

Un problema cada vez más común en los países desarrollados es la ansiedad que sufrimos los ciudadanos, que muchas veces deriva en depresión. Pero el uso, y abuso, de psicofármacos también es un problema, así que muchos médicos especialistas han comenzado a recomendar soluciones como la meditación para atajar el problema.

Pero no a todo el mundo le funciona. De hecho, según un artículo reciente – aceptado en la revista Acta Psychiatrica Scandinavica pero aún no publicada, lo que en ciencia se denomina “en prensa” – este tipo de prácticas puede empeorar la situación de ciertos pacientes. En concreto, en el artículo se da la cifra del 8%, una de cada doce personas.

El motivo por el que los investigadores pusieron en marcha el estudio es sencillo de entender: es cierto que cada vez es más común recomendar a pacientes este tipo de prácticas, pero también cada vez aparecen más críticas a estas soluciones. Así que hace falta tener datos, evidencias, estudios, que decanten la balanza hacia un lado o hacia otro. O que dejen clara la necesidad de realizar más estudios.

Con este objetivo en mente, los investigadores diseñaron su estudio empleando una técnica de investigación conocida como “revisión sistemática y meta-análisis”: han buscado cuidadosamente entre la literatura científica, valorado los estudios, eliminado los que pudiesen generar sesgos, y con los que quedan han realizado un análisis estadístico.

Pero, ¿qué sesgos han evitado? Este punto es importante cuando se realizan estudios de meta-análisis. Y en este caso, especialmente, ya que muchas de las publicaciones que analizaron los investigadores trataban de demostrar que la meditación generaba problemas en los pacientes con depresión. Eliminar este tipo de artículos ayuda a que los datos sean más objetivos, aunque se pierde detalle. O dicho de manera más sencilla: la cifra de un ocho por ciento de pacientes que empeoran es fiable, aunque casi con toda seguridad demasiado baja.

Y con este resultado, quedan dos preguntas en el aire. La primera es si un ocho por ciento es mucho o poco. La respuesta más sencilla sería “depende”; pero en realidad lo que queda claro es que a un grupo de pacientes estas prácticas no sólo no les resultan beneficiosas, si no que incluso les perjudican. Harían falta más estudios para afinar el dato y la precisión.

La segunda es por qué pasa esto. Y eso sí que no se puede responder con un estudio diseñado de esta manera. La sospecha es clara, y tiene que ver con cómo son estas técnicas: dejar que la mente vague libremente puede generar un efecto rebote, y esforzarse por relajarse resulta estresante. Tal vez la solución pase por enseñar a la gente a aprovechar estas prácticas, pero para saber eso también harían falta más estudios.

Me enteré leyendo aquí

Más historias que te pueden interesar: