Marquinhos es el futbolista más contaminante del mundo

Marquinhos durante un partido del PSG.
Marquinhos jugando con el PSG. Foto: Quality Sport Images/Getty Images.

Por increíble que parezca, hay un listado futbolístico que no dominan ni Messi, ni Cristiano Ronaldo, ni Oblak, ni siquiera Griezmann o Neymar. Es otro brasileño, Marquinhos, el que lidera una clasificación de lo más peculiar. Pero estamos seguros de que al defensa central del París Saint-Germain no le hace especial ilusión.

Marcos Aoás Corrêa tiene, a sus 25 años, el dudoso honor de ser el jugador más contaminante del planeta. Así lo ha determinado un estudio de la Universidad de Manchester liderado por Andrew Welfle, un investigador del departamento de Bioenergía, Sostenibilidad y Cambio Climático de esta institución académica, para la web FootballPredictions.

En defensa de Marquinhos hay que decir que la culpa no es estrictamente suya, sino que se debe a los compromisos a los que le obligan a acudir. Porque la forma de medir su nivel de contaminación son los desplazamientos que hace anualmente en avión para jugar tanto con su club como con la selección brasileña, ya que el aeroplano es el vehículo que más dióxido de carbono emite. El defensor, entre unas cosas y otras, ha recorrido 110.787 kilómetros, lo que equivale a 53,5 toneladas de CO2.

En lo que va de campaña, aparte de los viajes ligueros dentro de Francia (de los cuales, por ahora, el más largo ha sido a Niza, 686 kilómetros en línea recta desde París, aunque pronto tendrá que visitar al Mónaco, aproximadamente a la misma distancia), en Champions League le ha tocado venir a Madrid (1050 kilómetros), ir a Brujas (bastante corto: 269 kilómetros) y marcharse hasta Estambul (2254 kilómetros). Se le suman los 634 kilómetros de la eliminatoria contra el Manchester United de la temporada pasada, pero ya en enero de este año. Y eso que en los partidos de pretemporada, en Alemania o en destinos exóticos como Macao, no estuvo... porque le pillaron de vacaciones tras su participación en la Copa América en su país de origen. Con la Canarinha también ha disputado amistosos en lugares remotos y variopintos como Chequia, Miami, Los Ángeles, Singapur, Arabia Saudí o Abu Dabi.

En general, son los futbolistas sudamericanos que militan en Europa los que más contribuyen a llenar la atmósfera de gases de efecto invernadero, debido a que cada vez que les reclama su país deben afrontar recorridos larguísimos, de decenas de miles de kilómetros entre ida y vuelta. De hecho, el segundo de la lista es su compatriota Roberto Firmino, del Liverpool, que ha hecho 97.907 kilómetros. Por el mismo motivo los asiáticos y los africanos también están muy arriba, aunque como en Europa hay menos jugadores orientales su efecto no se nota tanto; el tercero es el coreano Son Heung-min, del Tottenham, con algo más de 88.000 kilómetros, y el cuarto el senegalés Saido Mané, compañero de Firmino, que se queda cerca de los 83.000.

Sorprendentemente, Messi y Cristiano están relativamente abajo en este listado. El argentino es noveno, con poco menos de 46.000 kilómetros, que equivalen a casi veintiuna toneladas de gases, mientras que el portugués, favorecido por el hecho de que muy raramente debe salir de Europa, se queda 20º con 25.300 kilómetros, es decir, 12,6 toneladas.

El estudio, para no hacerse interminable, solo ha tenido en cuenta a los futbolistas candidatos al Balón de Oro de 2019. Se ha basado en vuelos de ida y vuelta en primera clase a todos los destinos en los que han jugado como visitantes en este año. Y ha establecido comparaciones que ayudan a entender la magnitud de las cifras de las que hablamos; estima, por ejemplo, que los gases emitidos por los viajes de Marquinhos equivalen a la cantidad que absorberían 835 árboles... durante diez años.

Los 10 futbolistas más contaminantes

Puesto

Jugador

Km recorridos

CO2 emitido (toneladas)

1

Marquinhos (PSG - Brasil)

110.787

53,5

2

Firmino (Liverpool - Brasil)

97.907

49,5

3

Son (Tottenham - Corea del Sur)

88.829

45,1

4

Mané (Liverpool - Senegal)

82.936

40,3

5

Neymar (PSG - Brasil)

82.963

38

6

Koulibaly (Nápoles - Senegal)

63.908

27,4

7

Agüero (Man. City - Argentina)

54.668

26,5

8

Salah (Liverpool - Egipto)

47.257

22,7

9

Messi (Barcelona - Argentina)

45.845

20,9

10

Hazard (Real Madrid - Bélgica)

45.752

20,6

Más allá de la curiosidad estadística que contribuirá a las filias y fobias de cada uno, y aun teniendo en cuenta detalles que condicionan las cifras totales (por ejemplo, los jugadores no suelen viajar ellos solos en aviones privados, sino que normalmente va todo el equipo junto; así, por ejemplo, los vuelos que habrán tomado Marquinhos y Neymar serán prácticamente los mismos, por lo que en un cálculo global no habría que sumar sus datos) la investigación pone de manifiesto la dudosa sostenibilidad del fútbol actual, una de las mayores industrias de entretenimiento que existen, en un contexto en el que el cambio climático, pese al negacionismo obstinado de algunos sectores, es un problema real del que la comunidad científica lleva tiempo advirtiendo. Cambiar el modelo vigente es una tarea ardua, ya que requeriría, entre otras cosas, una restructuración radical del calendario de competiciones. La FIFA, la UEFA, la CONMEBOL y las distintas federaciones y ligas nacionales tendrían que ponerse de acuerdo.

Pero la misión es necesaria por el futuro del planeta. No solo por el propio hecho de que la contaminación que genera el fútbol actualmente es insostenible, sino porque, guste o no, los deportistas de élite se han convertido en referentes para la sociedad y sus acciones pueden servir como modelo para que grandes capas de población copien su ejemplo. A fin de cuentas, es también una cuestión de imagen, y como dice el propio Welfle, “si se pusiera el foco sobre estas instituciones seguro que harían algo más, y más rápido, para reducir su impacto; a nadie le gusta estar en la parte baja de una clasificación, especialmente si es sobre impacto medioambiental”.

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