Mi papá casi muere frente a mis ojos de un ataque al corazón; 11 años después ganamos el oro olímpico

POR: Rod Gilmour-. La llamada de socorro, o mayday, llegó cuando Mark Hunter, que en ese entonces era solo un adolescente, navegaba río arriba en el Támesis de Londres, y el futuro atleta olímpico era aprendiz de lanchero.

Se había informado que alguien había sufrido un ataque al corazón en un muelle cercano y Mark supo de inmediato que se trataba de su padre, Terry. "Es horrible ver a tu padre, que hizo todo por ti, sin vida", recuerda.

Terry fue resucitado cuatro veces con un desfibrilador, en 1997 y se salvó, pero a Mark le tomó "mucho tiempo retomar su camino" para perseguir una floreciente carrera en el remo, mientras transportaba pasajeros en un ferri por el río, cerca de la Isla de los Perros.

"El objetivo siempre estaba ahí, aunque yo sufriera", dijo Mark al equipo de noticias de Yahoo en el Reino Unido, la primera vez que habló en público sobre el traumático evento.

A diferencia de la mayoría de los remeros, Mark creció en el East End de Londres, era espabilado, sabía lo que pasaba a su alrededor y soñaba con jugar para el West Ham. Su padre era entrenador en Poplar, Blackwall & District Rowing Club en Millwall, pero aun así insistía en que sus hijos practicaran bádminton, judo y fútbol para que se desarrollaran a través del deporte.

Cuando tenía 11 años, a Mark le aterraba la idea de tener que mantener el equilibrio en un bote de remos. Sin embargo, tres años después, vio a Greg y a Jonny Searle ganar el oro en la competencia de parejas con timonel en Barcelona 1992. "Los Juegos Olímpicos me dejaron boquiabierto y a partir de entonces comencé a soñar con ganar una medalla. Tenía sueños descabellados cuando era niño y quería ser diferente", dice Mark.

"Mis amigos de la escuela y mis maestros no sabían nada del mundo del remo, pero para mí era único y especial. Demostrar que la gente estaba errada cuando decía que yo era demasiado pequeño o que venía del entorno equivocado fue lo que me motivó".

Luego, Mark le dijo a Terry que estaba haciendo una lista de objetivos. Terry, un entrenador con mucha experiencia, cuenta que él fue más pragmático. "Siempre les digo a los padres que las metas deben ser alcanzables. Eso es muy importante. No se trataba de ganar el oro olímpico. Así que lo descartamos y empezamos con la meta de convertirse en el mejor británico sub-16. Y logró su objetivo".

Mark celebra el oro olímpico de 2008 en Beijing con su mamá, su papá y su hermano Ross (Foto: Mark Hunter)
Mark celebra el oro olímpico de 2008 en Beijing con su mamá, su papá y su hermano Ross (Foto: Mark Hunter)

Desde ese momento, compitió bajo la bandera de Gran Bretaña durante 16 años consecutivos. Los Hunter no se tomaron vacaciones de verano durante todo ese periodo porque tenían la agenda completa con regatas locales e internacionales. Cuando Mark se retiró, después de Londres 2012, la señora Hunter dijo que pasaría todo el verano en el jardín.

"Muchos padres no lo saben cuando emprenden esta aventura", dice Terry sobre la vida como padre de un atleta olímpico. "Si quieres que tu hijo tenga éxito en esto, tu compromiso debe ser total. No todos lo asumen. Y es importante poder disfrutarlo".

Más aun si el padre es además el entrenador. Terry dejó que Mark siguiera su recorrido con otro entrenador en el momento justo. "Lo veo siempre en los deportes de iniciación, donde los padres no dejan ir a sus hijos", admite Mark. "Cuando tu padre es tu entrenador es difícil separar estos roles en casa. A veces, eso puede ser destructivo para la familia. Papá eligió el momento justo. Fue difícil, pero se lo agradezco enormemente".

Terry Hunter (izquierda) tras sobrevivir el ataque al corazón en el río en 1997 (Foto: Mark Hunter)
Terry Hunter (izquierda) tras sobrevivir el ataque al corazón en el río en 1997 (Foto: Mark Hunter)

En 2001, Mark se integró al equipo sénior de Gran Bretaña y pasó de un bote de ocho a uno de cuatro antes de los Juegos Olímpicos de Atenas. Terminaron últimos en los Juegos de 2004. Tres años después, se asoció con el campeón mundial de remo individual Zac Purchase. Remaron por primera vez juntos en una gélida mañana de enero con escarcha en el bote. Ambos supieron de inmediato que "algo especial se estaba gestando" antes del frenesí de los Juegos Olímpicos de Pekín.

Ningún bote de Gran Bretaña había ganado el oro olímpico en dobles de peso ligero, pero Mark tenía el conocimiento y Purchase era joven, intrépido y no cargaba con el peso de llegar último en otros Juegos Olímpicos.

"Con el tiempo aprendí que hay parejas que son el uno para el otro", agrega Terry. "Mark y Zac eran dos atletas que se complementaban. Fue algo maravilloso de ver".

Antes de los Juegos, debían probar que tenían lo necesario. Tenían que pasar del tercer puesto al primero a nivel mundial y mejorar su marca por tres segundos. Realizaron aproximadamente 800 sesiones de entrenamiento y, en cada una, la pareja y el entrenador, Darren Whiter, lograron mejorar sus marcas por fracciones de segundos.

Mark y su compañero de remo Zak Purchase (centro) participaron en varias batallas emocionantes con sus rivales daneses (Foto: Mark Hunter)
Mark y su compañero de remo Zak Purchase (centro) participaron en varias batallas emocionantes con sus rivales daneses (Foto: Mark Hunter)

En una regata de la Copa del Mundo se enfrentaron a los campeones en dobles de Dinamarca, invictos durante tres años, en una reñida batalla hasta la línea de llegada. La pareja miró a los daneses y supo que su "burbuja de invencibilidad" había explotado. Después de ganar la competencia, Purchase rompió a llorar y le dijo a su compañero de equipo que creía que el oro olímpico era posible. Los cazadores se habían convertido en la presa.

Seis semanas después, en Pekín, Terry admite que "las lágrimas aparecieron antes de que terminara la carrera" de la final olímpica. Su dominio era implacable. "Solo me he sentido así con mis hijos. He tenido éxitos y fracasos con otros atletas, pero solo tu propia sangre te hace llorar de esa manera". Su hijo, agotado, más tarde se sentó en su habitación y pensó: "¿Cómo hizo esto Steve Redgrave cinco veces?".

Mark pasó un año entrenando en California antes de volver a Londres en 2012 con Purchase. El joven del East End sentía la presión de competir en casa. A fin de cuentas Mark pudo experimentar tres experiencias contrastantes "algo bueno, algo malo y algo feo". "Lo malo es terminar último, lo bueno es ganar, y lo feo es Londres", dice Mark.

Mark Hunter, muy joven, con su ídolo del remo Sir Steve Redgrave (Foto: Mark Hunter)
Mark Hunter, muy joven, con su ídolo del remo Sir Steve Redgrave (Foto: Mark Hunter)

En teoría, con récords olímpicos y dos títulos mundiales, eran los favoritos, pero sus resultados antes de Londres no eran constantes. Con algunas dificultades, llegaron a la final. Sin embargo, a pesar del “rugido de Dorney” de los espectadores, no lograron superar a sus rivales daneses en una pelea épica de seis minutos hasta la meta. Mark cuenta que le llevó mucho tiempo ver el lado positivo y recuperarse después de perder por 0.61 segundos, recibir ayuda de Redgrave para salir del bote y admitir en una entrevista televisiva que había "defraudado a todos".

Echa un vistazo a la emotiva entrevista con Mark Hunter y Zak Purchase después de la plata en 2012:

Terry lo vivió de otra manera. "Al ganar el oro y la plata en los Juegos Olímpicos", dice, "esperaba que Mark tuviera dos motivos para seguir avanzando y abriendo puertas en su carrera".

Tenía miedo de que Mark no lo lograra y de que no fuera lo suficientemente bueno. Pero sucedió lo contrario y al final todos estaban asombrados con él. Intentamos ofrecerle oportunidades para practicar tantos deportes como fuera posible y apoyarlo, si se volvía excepcionalmente bueno en alguno, sería una felicidad extra".

Los estrechos lazos entre la familia Hunter también se han fortalecido a lo largo de los años. Su relación es más fuerte que nunca. "Cuando la gente habla de ídolos o modelos, yo siento que mamá y papá lo eran para mi de niño", agrega Mark. "Como padre, ahora lo entiendo. No sé cómo hicieron para que practicáramos tantas actividades. Dedicaban todo su tiempo a nosotros, por eso, mi familia es una parte muy importante de mi formación".

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