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Marcelo puso la magia

El brasileño, autor de un golazo ante Eibar, defendió al delantero francés, cuestionado por sus últimas actuaciones.
El brasileño, autor de un golazo ante Eibar, defendió al delantero francés, cuestionado por sus últimas actuaciones.

Marcelo es un tipo especial y todo el mundo lo sabe. Pocas son las veces que no anda de buen humor sobre el campo, bailando con el balón en los pies, inventando jugadas inverosímiles. Es uno de esos jugadores que marcan la diferencia porque es atrevido, porque sus compañeros saben que cuando las cosas van mal, vale la pena buscarle.

Ante el Eibar, el lateral brasileño empezó en el banquillo para así dar minutos a Theo Hernández. El ex del Alavés tuvo un desempeño correcto en el encuentro: su potencia le hace destacar siempre, aunque no acaba de ser diferencial en lo que al juego del equipo se refiere. Marcelo es, quizás, el caso totalmente opuesto. Sin ser el mejor defensor, lo hace todo relativamente bien en la retaguardia, pero es que además tiene magia. En el partido contra el Eibar le bastaron 20 minutos para demostrar que es un crack de nivel mundial.

El Real Madrid tenía bien encarrilado el partido cuando saltó el brasileño al terreno de juego. 2-0 en el marcador ante un Eibar que no inquietaba para nada, con la defensa del Real Madrid –finalmente– mostrándose expeditiva y segura. El encuentro se hacía pesado, aburrido, como si todos esperaran el final desde casi el pitido inicial. Y en esas apareció Marcelo.

El brasileño fue como un chispazo en el juego alicaído del Real Madrid. Se plantó en el mediocampo, por delante de Theo en el segundo experimento de Zinedine Zidane para ubicar a ambos laterales sobre el campo. Esta vez la cosa funcionó, no como ante el Levante. Marcelo dio brio al medio sector y conectó a la perfección con Karim Benzema en ataque, mientras que Theo continuó siendo profundo por la banda izquierda y llegando hasta línea de fondo.

Benzema, que tenía mucho que probar tras los ataques de Gary Lineker y la defensa a ultranza de su entrenador en rueda de prensa, saltó también muy inspirado al campo en el segundo tiempo, ayudando a Marcelo a crear el golazo de la Liga para los blancos hasta el momento.

Benzema arrancó casi en su campo y conectó con Theo. El francés buscó a Marcelo en el borde del área, minutos después de haberse colado caracoleando hasta la cocina de Dimitrovic, y este descargó de tacón para Benzema, quien había continuado la jugada. El francés encontró un pequeño pasillo vertical para filtrar un gran pase a Marcelo, que sin pensárselo dos veces soltó un latigazo raso que se coló junto a la cepa del palo izquierdo del portero blaugrana.

El 3-0 sentenciaba un partido de tintes funcionariales, que sin duda nadie recordará en el Bernabéu. El único pero que dejó el encuentro fue el constante malestar de Ronaldo, alterado cada vez que fallaba una ocasión o que sus compañeros no le buscaban en las jugadas de ataque. El portugués debería tomar una hoja del libro de su amigo Marcelo, que con una sonrisa tatuada en la boca, suele siempre destacarse en el campo y además caer bien.

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