Así le ganó la partida Guardiola a Zidane en su competición favorita

(L-R) Benjamin Mendy of Manchester City, Kyle Walker of Manchester City, Kevin De Bruyne of Manchester City, Sergio Ramos of Real Madrid during the UEFA Champions League round of 16 first leg match between Real Madrid and Manchester City FC at the Santiago Bernabeu stadium on February 26, 2020 in Madrid, Spain(Photo by ANP Sport via Getty Images)
Kevin de Bruyne celebra el 1-2 tras convertir el penalti ante Thibaut Courtois. (Foto ANP Sport via Getty Images)

El Manchester City de Pep Guardiola más camaleónico saltó al césped del Santiago Bernbéu sin ‘9’, renunciando a una salida de balón radical y apostando por el repliegue y el contragolpe con Gabriel Jesús en un costado, Riyad Mahrez en el otro y Bernardo Silva más Kevin De Bruyne como falsos puntas. Así, tras una primera parte de tanteo, el conjunto citizen apostó decididamente por la victoria en la competición fetiche de Zinedine Zidane, la Copa de Europa, en su propia casa.

En el primer tiempo, el Manchester City fue conservador, minimizó riesgos y desnaturalizó su propuesta más agresiva consciente de los golpes demoledores que se ha llevado en los últimos años. Adaptarse o morir, debió pensar Pep. Probablemente, cuesta encontrar una primera parte donde un equipo de Guardiola haya cedido tan claramente el dominio territorial.

Con un repliegue en 4-4-2, el City desarrolló un esqueleto táctico sólido, compacto y que obligaba al Madrid a atacar por los flancos donde, ante la anarquía de Isco por dentro y la falta de profundidad de Carvajal por fuera, toda al responsabilidad quedaba en manos de Vinícius Júnior. Con ello, los ingleses aprovechaban cada pérdida del Madrid para cobrar una factura en forma de contraataque cada vez que se producía una pérdida en la circulación blanca.

A la vuelta de los vestuarios, Guardiola detectó las debilidades defensivas del Real Madrid concentradas en la espalda de los interiores, la espalda de Sergio Ramos y el lateral derecho defendido por Daniel Carvajal, Guardiola ya sabía cómo sacar tajada. Con Bernardo Silva y Kevin de Bruyne a los lados de Casemiro y a la retaguardia de Luka Modric, fue el belga quien giró completamente el partido hasta otorgar la victoria al Manchester City.

En una de las mayores exhibiciones individuales en lo que llevamos de Copa de Europa, de Bruyne se encargó de castigar una y otra vez cada pequeña duda del Madrid. Por ello, el jugador más decisivo para Guardiola condenó al Real Madrid en transición ofensiva y neutralizó la modificación táctica de Zidane al descanso, donde el francés intercambió los perfiles de Federico Valverde (derecha) y Luka Modric (izquierda) para que el uruguayo ayudase a Carvajal.

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Kevin de Bruyne se sitúa a la espalda de Luka Modric y Casemiro para dividir al Real Madrid.
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De nuevo, el belga separa las dos líneas defensivas blancas para causar graves problemas al sistema defensivo.
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Al contragolpe o atrayendo para después soltar, el City siempre encuentra al belga en posiciones cómodas y liberado para marcar la diferencia.

Curiosamente y por casualidades futbolísticas, el gol de Isco llegó en el momento más inesperado gracias a una genialidad de Vinícius Júnior. Algo que, en principio, debería haberle otorgado al Real Madrid una enorme posibilidad de cambiar el rumbo del partido, controlar el ritmo del encuentro y frenar las dañinas transiciones ofensivas del City. No obstante, Zidane no dio con la tecla y en cambio, Guardiola puso toda la carne en el asador.

Así, Zidane se equivocó en el fondo y la forma. Al retirar a Vinícius Júnior perdió el elemento más desequilibrante para dar entrada a un futbolista en el que no se puede confiar (Gareth Bale) y optó por cabalgar al contragolpe en lugar de asentarse desde el circuito de pases mientras Toni Kroos se quedó en el banquillo. Una decisión que Guardiola contrarrestó con la entrada de Sterling para insistir en la posición de Carvajal con un 2vs1, colocar a Gabriel Jesús con Sergio Ramos y desestabilizar al Real Madrid.

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El belga dirige el contragolpe citizen por la izquierda, donde Carvajal llega tarde para cerrar su banda.
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Kevin de Bruyne se junta en la zona izquierda junto a Raheem Sterling para masacrar el espacio de Carvajal.

El gol es la energía de los equipos, pero cuando más afectado emocionalmente debería haber estado el Manchester City por la diana merengue, Guardiola decidió ir a por el partido. En este sentido, el Madrid decidió correr en lugar de tranquilizar el encuentro y se topó con la presión alta, los centrales avanzados, la amplitud ofensiva y un diablo con pasaporte belga entre líneas para, quién sabe, si decidir la eliminatoria. Nadie corrió mejor en el jardín del Bernabéu cuando se abrió el partido que De Bruyne.

En resumen, el primer asalto en el Santiago Bernabéu nos dejó un sorprendente choque entre dos equipos que no están al 100%, pero cuyos técnicos les pueden elevar hasta cotas competitivas mayores de lo que sus plantillas y jugadores más destacados podrían hacer. Pep Guardiola azotó las dudas del Real Madrid y decidió el partido a través de la dirección de campo. A Zidane le faltó cintura para saber qué demandaba el partido en el momento adecuado. Todo queda abierto para la vuelta.

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