¿Los niños necesitan volver al colegio en septiembre, o lo necesitamos los padres?

¿Son los niños los que necesitan volver al colegio en septiembre, o lo necesitamos los padres? Lo pregunto totalmente en serio. ¿Es tan urgente regresar a las aulas o lo necesitan las familias para reorganizar sus vidas? ¿Sabemos de verdad que es tremendamente perjudicial para los niños estar unos meses más sin sus profesores y compañeros o queremos convencernos de ello?

¿Estamos proyectando en nuestros hijos nuestras propias frustraciones y necesidades?

Nadie como los niños y la gente mayor han obedecido el encierro. Nadie como ellos se han quedado confinados en casa asumiendo la situación de la manera más natural posible. Unos, por su infinita capacidad de adaptación, los otros, porque se sabían lo que nos jugábamos, ellos y todo el país.

Nuestros hijos tienen una capacidad de resiliencia brutal. Ya entendieron perfectamente que había que quedarse en casa y por qué había que hacerlo. Muchos incluso les dijeron a sus padres que les encantaba pasar tanto tiempo con ellos, disfrutarlos por fin sin el agobio de horarios estresantes.

¿Que les encantaría volver a clase, ver a sus amigos, jugar y contarse cosas? Claro.

¿Que tienen que salir, socializar y aprender? También.

¿Que lo mejor para ellos es volver a combinar clases y familia? Evidentemente.

 (Photo by Felix Kästle/picture alliance via Getty Images)
(Photo by Felix Kästle/picture alliance via Getty Images)

Pero, ya sabéis dónde estamos ahora mismo. Y no os equivoquéis. Los niños no son como esos grupos de adolescentes que hacen botellón chupando todos de la misma botella o llenan discotecas abarrotadas intercambiando sudores y otros fluidos. Los niños no son como esos grupos de adultos que se agolpan día tras día en grupos enormes, bien cerquita unos de otros, sin mascarilla, escupiendo y respirando gotas invisibles de saliva -que viaja casi 5 metros y medio en 5 segundos-, o los que dicen que cómo van ellos a controlar a sus hijos porque están en edad de salir y tienen derecho a hacerlo, o los que después de eso los mandan a pasar el verano con los abuelos.

Los niños no se han vuelto los nuevos contagiadores de estos rebrotes. Los niños no han traído de vuelta el virus a las casas.

Los niños muchas veces demuestran ser más responsables y tener más cabeza y sentido común que nosotros. Si se les explican las cosas y les contamos el por qué hay que hacerlas, lo asumirán con naturalidad.

Y sí, somos un país que ha abierto antes los bares que los colegios, antes las discotecas que las aulas, antes los hoteles que las escuelas. No es para estar orgullosos. Somos un país que ha decidido intentar salvar la economía porque entre el turismo y la restauración sumamos casi el 20% del PIB. Uno de cada cinco trabajos en España dependen de esos dos sectores. Y, fíjense, lo estamos haciendo tan mal que en algunos lugares están teniendo que volver a cerrar.

Sería maravilloso no tenerles que pedir más sacrificios a nuestros hijos, pero estad convencidos de que si se los pedimos, los harán. Y que superarán eso de ser la “generación covid”. Lo que será más difícil de superar es que siga muriendo gente. Y de hambre también. Incluidos los niños.