Los escenarios del fútbol mexicano con el 'descenso' del Veracruz

El arquero Sebastián Jurado, de los Tiburones Rojos del Veracruz. / Foto: Getty Images
El arquero Sebastián Jurado, de los Tiburones Rojos del Veracruz. / Foto: Getty Images

No quedó lugar para el drama y la tristeza, aunque así lo manifestara el notable arquero de los Tiburones, Sebastián Jurado. Y no porque se perdiera la categoría, al fin quedan seis fechas por jugar de este Clausura 2019 y si Veracruz junta los 120 millones de pesos (seis millones de dólares aproximadamente), lo veremos de nuevo en el ‘máximo circuito’.

Desde 2018 el fútbol mexicano implementó esta regla que puede parecer absurda y que simple vista sólo obedece intereses económicos, pero la misma tiene muchas aristas que demuestran el afán de hacer complejo al fútbol mexicano.

En aquel entonces se anunció que la competencia tendrá un máximo de 20 equipos por lo que escuadras de la Liga de Ascenso MX que cuenten con la certificación que brinda la Liga Bancomer, pueden aspirar a jugar en el máximo circuito.

El primer equipo que vivió esta nueva regla fue Lobos BUAP. Los poblanos tuvieron que desembolsar los 120 millones de pesos para mantenerse en la Primera División. Cafetaleros, campeones del Ascenso MX, no pudieron cumplir el sueño porque no cubrían el primer requisito, un estadio con 20 mil butacas, que cabe decir, son más exigentes que en otras ligas, como la Premier de Inglaterra o la Liga de España.

Para el Apertura 2019, Veracruz será el equipo que deberá pagar esos casi 6 millones de dólares. Además, y aquí viene una de las aristas, en caso que se efectúe el pago, la Liga MX podría tener de 18 a 19 equipos, porque si Atlético San Luis, campeón del Ascenso MX en el Apertura 2018, logra ganarle al campeón del Clausura 2019, ascenderá de manera automática a la Primera División al ser uno de los equipos que están certificados (ya jugaron en la Primera Divisón hace años). Pero si Veracruz no paga la cuota, los Tiburones jugarán en el Ascenso.

Otro escenario que podríamos presenciar es que los escualos jarochos no paguen los 120 millones de pesos y que un equipo que no cumpla los requisitos para ascender se proclame campeón, como sucedió la temporada pasada, por lo que un club de la Liga de Ascenso, que cuente con la certificación, puede comprar la plaza. Otra compleja arista.

Robert Dante Siboldi. / Foto: Getty Images
Robert Dante Siboldi. / Foto: Getty Images

Y, en caso de que ningún club se interese por adquirir el lugar en Primera División, la temporada siguiente del fútbol mexicano se disputará con sólo 17 equipos. Una fecha menos por temporada corta, igual a menos ingresos para los equipos. Aquí no se ve el beneficio económico.

Pero es un hecho que Veracruz pagará esos millones, que no son muchos si vemos las cifras que generalmente se manejan en el fútbol mexicano. La seguridad radica en las palabras de Robert Dante Siboldi, técnico del Veracruz, que firmó contrato hasta que finalice el Apertura 2019.

Fidel tiene el dinero para pagar, pero la idea era salvarlo del descenso deportivamente. Conmigo viene el proyecto al siguiente torneo, yo firmé hasta diciembre”, comentó el uruguayo en conferencia de prensa. El estratega, que fuera campeón con Santos, señaló que “gran parte de la tristeza es porque no le dimos alegría a la afición, a pesar de que Fidel Juri Grajales tenga el dinero para pagar la continuidad en Primera División. Yo no descendí al equipo, me toca vivir este momento, pero asumo mi parte”.

Y es que no se trata sólo de dinero, sino de la ética y la calidad de los reglamentos. ¿A quién se le ocurre todo esto? Veracruz no ha ganado ningún partido en esta temporada y desde que Fidel Kuri lo adquirió en 2013, el equipo ha navegado entre obscuros casos de contratos, malos manejos y lo que está más a la vista, pésimos resultados.

El caso Veracruz es único en el fútbol mexicano y tras todo el problema que trajo la relación de Kuri con el exgobernador Javier Duarte y problemas con administraciones posteriores, no es descabellado pensar que el equipo cambie de sede para el Apertura 2019.

Los gobiernos que sucedieron al de Duarte negaron todo apoyo al fútbol. Quizá la crisis de los Tiburones sigua más una línea política que deportiva, pues Miguel Ángel Yunes en mayo de 2016, cuando era candidato de la alianza PAN-PRD, declaró que, de ganar la gubernatura, el estado no iba a pagar a equipos profesionales. Kuri Grajales, en su carácter de diputado federal del PRI y dueño del Veracruz, señaló que el equipo corría el riesgo de mudarse de plaza si el candidato tricolor no ganaba. El equipo se mantuvo en el puerto.

Hablar sobre la venta de jugadores del Veracruz, como Jurado y Menéndez, es una falta de respeto para ellos y para los que tengan la misma posición en otros equipos, cuando aún faltan varias jornadas para que termine el torneo. Muchos medios especulan sobre la salida además, de Bryan Carrasco y Adrián Luna.

La historia de uno de los equipos más antiguos del fútbol mexicano aún no termina, los enredos entre dueños y directivos del balompié nacional seguirán inexorablemente mientras el dinero sea quien haga rodar el balón.