Cómo lograr una buena fertilización del trigo

ARGENTINA, Los Condores Trigo en un campo cercano a Los Condores, Cordoba, el 10 de Noviembre de 2017. LA NACION  Diego Lima
DIEGO LIMA

Una buena fertilización del trigo es la base para transformar la oferta de recursos ambientales en materia seca inicialmente, y luego en grano. Los nutrientes más importantes son Nitrógeno (N), Fósforo (P) y Azufre (S).

En Okandú venimos trabajando en las últimas campañas en la evaluación de estrategias de manejo de nutrientes en trigo, para lograr altas producciones, sin descuidar la calidad.

Soja: casi US$1300 millones ya quedaron tirados en el lote

Para conocer la oferta de nutrientes que tendrá el cultivo se deben tomar muestras de suelos de manera representativa, siguiendo las recomendaciones regionales basadas en profundidad, época de muestreo, y frecuencia, entre otras.

Nitrógeno: en años en los cuales hay oferta ambiental para capturar altos rendimientos el correcto ajuste de la fertilización nitrogenada permite alcanzar niveles altos de rendimiento. El ajuste de la dosis de N condiciona el rendimiento y la calidad panadera, afectando también el valor comercial. A su vez, la combinación de fuente y forma de aplicación afectan la eficiencia de uso del N aplicado, dependiendo de las características propias del sitio de producción y de las condiciones meteorológicas pre y post aplicación. En el Sudeste de la Provincia de Córdoba la aplicación de N en forma sólida se realiza principalmente al voleo sobre la superficie y en menor proporción incorporado en las líneas a profundidades variables, generalmente con máquinas específicas para esta labor. En las últimas campañas se realizaron ensayos de respuesta a N comparando aplicación al voleo e incorporada, a la siembra. Se observó que el cultivo de trigo responde al agregado de N de forma diferencial según el ambiente de producción, siendo menor en los ambientes inferiores y mayor en los superiores. En los años de bajos potenciales, hubo menor respuesta a N y un umbral de respuesta más bajo (160 kg/ha de N en suelo + N fertilizante). En los años de rinde medio y alto la respuesta fue mayor y el umbral también es más alto (230-250 kg/ha N suelo + N fertilizante).

¿Incorporado o Voleo? Los ensayos muestran que con la incorporación de nitrógeno se logra capturar entre 7% y 10% más de rinde y la curva de respuesta hace su meseta en niveles inferiores de N ofrecido.

Fósforo: el uso de un arrancador es clave en un cultivo de invierno que tiene que crecer en una estación fría. El aporte de P al momento de la siembra de trigo es estratégico, ya que permite una mejor distribución espacial del fertilizante. Además, es un muy buen momento para hacer aportes de este nutriente en el sistema, ya que el trigo es uno de los que mejor responde al aporte de P, pensando en los requerimientos del doble cultivo (trigo/soja o trigo/maíz) y hasta para los planteos de reposición de nutrientes. Si los niveles de P en el suelo están por debajo de 18-20 ppm (P Bray), las probabilidades de respuesta a la fertilización con este nutriente se incrementan.

Azufre: dado que el S es un nutriente ligado a la materia orgánica del suelo, en aquellos ambientes en los que se ha producido una pérdida importante de la misma, asociada a intensificaciones con bajos aportes de fertilizantes azufrados, aumentan las probabilidades de respuesta a este nutriente. El aporte de S debe plantearse atendiendo el requerimiento del doble cultivo y es oportuno aportarlo a la siembra de trigo junto con el P.

El autor es director de Okandú