Lo que puedes hacer para desintoxicar las redes de odio y desinformación

Una de las imágenes de la galería de Reflexicons, que propone elevar el debate público con mensajes que eviten la intoxicación de las redes con noticias falsas y rumores. (Captura de pantalla Reflexicons)
Una de las imágenes de la galería de Reflexicons, que propone elevar el debate público con mensajes que eviten la intoxicación de las redes con noticias falsas y rumores. (Captura de pantalla Reflexicons)

Las redes sociales no sólo unen a la gente. También tienen el poder de distorsionar y destruir las relaciones humanas con una rapidez pasmosa.

No voy a negar que el chisme y los rumores maliciosos siempre han existido. Recuerdo lo que sufrí en la adolescencia por algún comentario dañino sobre mí. Aguantaba el trago amargo y las miradas de desaprobación por unos días. Luego el asunto quedaba olvidado.

Ahora la tecnología ofrece la posibilidad de insultar sin mirar a los ojos del agraviado ni a los interlocutores y eso aumenta la potencia de la saña y la magnitud del daño. Es como la brisa que necesita una chispa sobre la hierba seca para convertirse en un enorme incendio.

En una conversación entre jóvenes que leí en WhatsApp, bastó con que una niña "dejara en visto" (lo que significa leer el mensaje sin responder de inmediato) a otra por unos minutos para la que la que se sintió ignorada respondiera "tía, vete a la mierda".

La necesidad de gratificación de los chicos es inmediata. Y la capacidad de comprender, de esperar, de mediar es nula. Para pasar del amor al odio solo falta un clic.

El odio virtual como arma política

Pero la intoxicación de las redes no se limita a los adolescentes. Los fake news son otro tipo de veneno. Académicos y activistas han detectado que, en algunos casos, la producción de desinformación es un acto deliberado que usan oscuros actores políticos para destruir la democracia.

Para combatir ese clima de intolerancia y violencia en las redes nació la iniciativa Reflexicons, creada por la Plataforma Democrática que es una red que pretende fortalecer la cultura y las instituciones democráticas en Brasil y América Latina.

Imagen de REFLEXICONS, iniciativa de la Plataforma Democrática, un proyecto de la Fundación Fernando Henrique Cardoso y del Centro Edelstein, que tiene una asociación con Democracia en Red en Argentina.
Imagen de REFLEXICONS, iniciativa de la Plataforma Democrática, un proyecto de la Fundación Fernando Henrique Cardoso y del Centro Edelstein, que tiene una asociación con Democracia en Red en Argentina.

Sus señalamientos son preocupantes. Aseguran que muchos mensajes que circulan en las redes no son solo rumores malintencionados sino propagandas disfrazadas de noticias asombrosas o extraordinarias. Su diseño maquiavélico busca crear un estado mental de cercanía con un uso cotidiano del lenguaje que capte el afecto, los valores y los sentimientos de las personas.

El trabajo más formal de la Plataforma Democrática investiga los desafíos de los procesos de transformación social y promueve el aprendizaje ciudadano en el espacio público virtual "fomentando una cultura cívica que valora los argumentos basados ​​en información verificable y el respeto por el pluralismo de puntos de vista".

Los malos arrancaron con ventaja

La realidad es espeluznante. Los hallazgos de los académicos revelan que en la actualidad se libra una especie de Juego de Tronos virtual, en el que las redes sociales son el campo de batalla de los que desean acaparar el poder político. Se valen de herramientas y estrategias tecnológicas para lograr el reconocimiento del público e imponer su punto de vista.

Esa "nueva plaza pública" la llevamos en el bolsillo o en la cartera y accedemos a ella cuando miramos la pantalla del móvil.

Los actores políticos comprendieron que ya nadie cree sus mentiras y que cada vez es más difícil enamorar a sus simpatizantes con falsas promesas. Por eso lo que mejor funciona en las redes es el contenido que desmoraliza al adversario. Los usuarios de redes que se polarizan sólo perciben "imágenes negativas, simplificadas, inexactas y estereotipadas" de quienes consideran sus oponentes.

Reflexicons invita a verificar y contrastar las informaciones que se viralizan en las redes. (Imagen Reflexicons)
Reflexicons invita a verificar y contrastar las informaciones que se viralizan en las redes. (Imagen Reflexicons)

Así se justifica la descalificación y el desprecio por el contrario y es como el competidor se convierte en un enemigo a destruir mediante la viralización de contenido que alimenta el miedo o la rabia.

"Estas prácticas, lejos de ser inocuas o incidentales convierten al debate en una guerra de propaganda que destruye los principios de convivencia democrática. La polarización, al radicalizarse, no solo afecta al grupo al que se dirigen las agresiones; su espiral crea, en el “grupo propio”, identidades colectivas cerradas a lo contradictorio, impermeables a la confrontación de información", explica el equipo de Reflexicons en su web.

¿Cómo remontamos la cuesta antidemocrática?

Reflexicons desea que las personas reflexionen, saquen sus propias conclusiones y dialoguen con sus interlocutores de las redes como antídoto a consumir y creer información dirigida y noticias falsas.

En su página web, Reflexicons ofrece una serie de recomendaciones para evitar que los rumores y las noticias falsas intoxiquen el debate público y las relaciones interpersonales.

Imagen de Reflexicons
Imagen de Reflexicons

No seas radical y no trates al otro como un enemigo. Uno de los valores democráticos fundamentales es el de la convivencia.

Muestra que las identidades no tienen dueño. La pluralidad es una constante en las naciones, en la orientación de género, en las clases sociales.

Promueve y defiende lo que la desinformación quiere destruir. El respeto por las diferencias, la disposición a discutir y confrontar ideas desde la tolerancia es el camino a seguir.

Evita la polarización y demuestra que las identidades políticas son sólo una de las múltiples identidades que puede tener una persona. Los interlocutores enfrentados pueden tener más cosas en común que diferencias.

Reflexicons nos invita a comunicar lo que nos une, enfatizar lo positivo, usar un lenguaje respetuoso cuando usemos las redes. Construir con el lenguaje y nuestras relaciones virtuales el mundo en el que deseamos vivir.

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