Qué es el linfoma de Hodgkin: los motivos que tiene Carla Suárez para ser optimista

La española Carla Suárez celebra su victoria sobre la rusa Maria Sharapova en octavos de final del Abierto de EEUU, el 3 de setiembre de 2018 en Flushing Meadows, Nueva York
La tenista española Carla Suárez celebra su victoria sobre la rusa Maria Sharapova en octavos de final del Abierto de EEUU en 2018. (Fuente: EFE)

Carla Suárez ha anunciado que padece linfoma de Hodgkin a raíz del resultado de sus últimas pruebas médicas en Barcelona. Lo ha hecho con una sonrisa y asegurando que se ha encontrado en una fase poco avanzada y que tiene seis meses de quimioterapia por delante.

¿Qué es a lo que se enfrenta la tenista canaria? Para empezar, los linfomas son cánceres que tienen su origen en los glóbulos blancos o linfocitos. Los hay de dos tipos: linfoma de Hodgkin y linfoma de no Hodgkin.

Al que se enfrenta Suárez, el de Hodgkin, comienza especialmente en los linfocitos B, que son las células que se encargan de producir los anticuerpos que nos permiten protegernos contra bacterias y virus, como es el caso de la deportista. El otro tipo de linfocitos es el T, que son las células que destruyen gérmenes anormales y estimulan o desaceleran la actividad de otras células del sistema inmunitario, según explica la American Cancer Society.

Hoy en día, a pesar de que se sepa dónde actúa, se desconoce la causa de su aparición. La enciclopedia médica online MedlinePlus, dependiente de la Biblioteca Nacional de Medicina de los EEUU, señala que este linfoma es más común entre personas de 15 a 35 y de 50 a 70 años de edad. Carla tiene 31 años.

– Propagación y síntomas –

Lo habitual es que se aprecie debido a una inflamación de los ganglios linfáticos sin una causa aparente. Suele transmitirse a los ganglios más cercanos. Puede darse prácticamente en cualquier parte del cuerpo, ya que esta clase de ganglios están extendidos por todo nuestro cuerpo y conectados entre sí por vasos linfáticos, por lo que la transmisión no encuentra obstáculos.

Así pues, el linfoma puede originarse en cualquier lugar de nuestro cuerpo, aunque las zonas más habituales son el tórax, el cuello o debajo de los brazos. A partir de ahí, pueden llegar a partes esenciales del sistema inmunitario como el bazo, el hígado, la médula ósea y otros órganos determinantes en este sentido.

Los síntomas son muy variados: desde sentirse muy cansado y con fiebre hasta una pérdida del apetito que desemboque en una pérdida de peso considerable. Quizás, la inflamación de los ganglios linfáticos del cuello, las axilas y las ingles sea el síntoma más característico y que se separe al de otro tipo de enfermedades. Otros aspectos preocupantes pueden ser problemas respiratorios, sudoración excesiva, presión o pesadez debajo de las costillas, piel enrojecida y caliente, y un indicador importante como dolor en los ganglios después de consumir alcohol.

– Pruebas, exámenes para su detección y tratamiento –

Lo primero de todo es comprobar si los ganglios linfáticos están inflamados mediante el tacto, palpándolos. Cada cual conoce su cuerpo y es consciente de si lo están o no.

La manera más común de dar con la enfermedad es mediante una biopsia de los ganglios linfáticos del tejido sospechoso, y lo normal es que se lleven a cabo cuatro procedimientos, según marca MedlinePlus: pruebas de química sanguínea, biopsia de médula ósea, tomografía de tórax, abdomen y pelvis, también un hemograma y, por último, una TEP (tomografía por emisión de positrones), que muestra cómo están funcionando los órganos y los tejidos.

En caso de detectarse linfoma de Hodgkin se realizan más exámenes para conocer el estado del mismo.

El tratamiento a seguir depende del tipo de linfoma de Hodgkin que presente el paciente. Depende del caso, no obstante, se recurrirá a la quimioterapia, a la radioterapia o a ambas.

Si no responde correctamente a estos tratamientos o el linfoma aparece de nuevo, se recurre a la quimioterapia en dosis altas seguida de un trasplante de células madre.

– Los motivos para ser optimista: espejos en los que mirarse –

Carla Suárez tiene varios ejemplos de deportistas para ser más que optimista, además de que el linfoma de de Hodgkin es uno de los tipos de cáncer con más posibilidades de curarse, sobre todo si se detecta en su etapa inicial, como ha asegurado la tenista que es su caso, aunque también es muy probable su cura en estados más avanzados.

Otras figuras del deporte han pasado por ello. La más icónica posiblemente sea la de la estrella de la NHL (Liga Nacional de Hockey de EEUU) Mario Lemieux, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos de hockey sobre hielo.

El legendario jugador de los Pittsburgh Penguins fue diagnosticado con linfoma de Hodgkin en el mejor momento de su carrera, en 1994, pero eso no le frenó en absoluto.

Es miembro del Salón de la Fama de la NHL, dos veces campeón de la Copa Stanley, medallista de oro olímpico, tricampeón del trofeo Hart Memorial otorgado al mejor jugador de la liga y seis veces ganador del trofeo Art Ross.

Debido a la radiación y su lucha, su tratamiento apenas duró dos meses. Tras volver, siguió metiendo goles como lo venía haciendo y agrandando su leyenda hasta el final de su carrera, en 2006.

Creó una fundación contra el cáncer, la Mario Lemieux Foundation, que financia proyectos de investigación médica y varias causas relacionadas con la enfermedad que superó.

Simboliza una razón de peso para Carla Suárez para ser optimista.

Otro espejo en el que mirarse es el gigante del snowboard, subcampeón olímpico, Max Parrot. El canadiense anunciaba en enero del año pasado que le había sido diagnosticada la enfermedad y en julio declaraba que su lucha había terminado, estaba recuperado en un plazo de siete meses, uno más de los que se le pronostica de tratamiento de quimioterapia a Carla.

De esta manera anunciaba que había ganado al cáncer.

El jugador de fútbol americano Andre Hal también logró superar el linfoma. En mayo de 2018 el exsafety de los Houston Texas anunciaba el diagnóstico. Logró volver a jugar y formar parte de su equipo en la temporada siguiente antes de tomar la decisión de retirarse, que nada tuvo que ver con su estado de salud.

Su entrenador dijo esto sobre él: “Andre Hal es epítome de lo que significa ser un jugador de los Houston Texans. Lo que superó la campaña pasada es increíble y sirve de inspiración para todas las personas en este edificio”.

En su comunicado de adiós al deporte dejaba claro que el cáncer había sido superado y que la decisión era meramente personal: “Mi salud no ha tenido nada que ver en mi decisión. Estoy completamente sano”.

Otra estrella del fútbol americano pasó por lo mismo. Se trata de Eric Berry, uno de las figuras que más impacto causaron en su aparición en la NFL, llegando a jugar el Pro Bowl (partido de las estrellas) en tres de sus primeras cuatro temporadas en la élite, en concreto, en los Kansas City Chiefs. Debutó en 2010 hy en 2014, tan sólo cuatro años después, fue diagnosticado con linfoma de Hodgkins.

También lo venció en un periodo corto de tiempo. La siguiente temporada ya estaba a las órdenes de su entrenador y llegó a conseguir dos nominaciones más para el Pro Bowl.

Constituye otro argumento de esperanza para Suárez.

KANSAS CITY, MO - JANUARY 20: Kansas City Chiefs defensive back Eric Berry (29) runs onto the field before the AFC Championship Game game between the New England Patriots and Kansas City Chiefs on January 20, 2019 at Arrowhead Stadium in Kansas City, MO. (Photo by Scott Winters/Icon Sportswire via Getty Images)
Eric Berry entrando al campo antes del partido de final de conferencia entre New England Patriots y Kansas City Chiefs en enero de este mismo año. (Foto: Scott Winters/Icon Sportswire vía Getty Images)

Otra célebre figura del deporte que ganó la lucha contra el linfoma de Hodgkin es Lawrence Brittain, medalla de plata en remo en los Juegos Olímpicos de Rio en 2016, los últimos celebrados. Esto es un caso todavía más esperanzador que los anteriores, ya que obtuvo el metal tras recuperarse del cáncer.

El ídolo sudafricano comunicó su enfermedad en octubre de 2014 y estuvo casi cinco meses recibiendo quimioterapia. No esconde que fueron momentos difíciles: “Fuero peor de lo que pensaba”. Comparó lo que pasó con “una resaca inmensa”.

Sin embargo, un años después de superar el linfoma y preparándose para las Olimpiadas comentaba que se encontraba “más fuerte de lo que jamás había estado”, descartando cualquier tipo de secuela.

Lawrence Brittain and Shaun Keeling, of South Africa, smile after winning silver in the men's pair final during the 2016 Summer Olympics in Rio de Janeiro, Brazil, Thursday, Aug. 11, 2016. (AP Photo/Luca Bruno)
Lawrence Brittain, a la izquierda, junto a su compañero Shaun Keelingen el podio después de ganar la medalla de plata en los Juegos de Río 2016. (AP Foto/Luca Bruno)

Incluso en su deporte Carla Suárez tiene razones para ser optimista. Tanto la rusa Alisa Kleybanova como la estadounidense Victoria Duval superaron el mismo cáncer diagnosticado a la española y volvieron a las pistas.

El camino en estos meses venideros no se presenta sencillo para la tenista canaria, pero tenemos todos estos motivos para creer y volver a disfrutar de su tenis más pronto que tarde.

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