Liga de España. Luis Suárez ya mostró los dientes en Atlético de Madrid... y Diego Simeone también

El jueves pasado lloraba en la despedida de Barcelona, con Josep Maria Bartomeu a la derecha, el presidente que lo había invitado a marcharse. Luis Suárez se iba después de convertir 198 goles. El domingo debutó en Atlético de Madrid, y en esos 24 minutos anotó dos veces, sirvió una asistencia y hasta le cobraron un penal que luego el VAR anuló. Reconfiguró su mentalidad sin desenfocar su apetito. Ingresó por Diego Costa, a quien más temprano que tarde le arrebatará la titularidad. Y el hispano-brasileño, con inevitable destino de recambio, resumió: "¿Suárez? No sé cómo el Barça dejó escapar a un jugador así". Y lo dice el hombre más perjudicado por la incorporación del 'Pistolero' al rebaño de Diego Simeone. Un equipo carroñero sumó a un depredador del área.

¿Pero Costa y Suárez no podrían jugar juntos? En principio, sólo en emergencias con Simeone. Ayer fue uno por otro. De todos modos, Costa apostó por la sociedad con una imagen muy descriptiva del espíritu batallador que hace años inspira a los colchoneros: "Claro hombre, uno mordiendo y otro pegando". Y sonrió. Imposible no traer esas imágenes... En 2015, a Costa lo suspendieron tres fechas en la Premier League por conducta violenta. Al año siguiente, siempre como jugador de Chelsea, lo expulsaron tras simular pegar un cabezazo y, enseguida, intentar morder a Garreth Barry, rival del Everton. Del mordiscón de Suárez al italiano Giorgio Chiellini en los octavos de final de Brasil 2014 qué más decir..., ¿no? Voraces.

El cambio de Marcelo Bielsa "a lo Guly" que descolocó a los periodistas ingleses y la bromas sobre su gusto por la Premier League

No se demoró nada Suárez en mostrar los dientes en Madrid. Firmó su contrató el viernes, y después de haber marcado en su vida 12 goles en Nacional de Montevideo, 15 en Groningen (Holanda), 111 en Ajax, 82 en Liverpool y los mencionados 198 en Barcelona... ya tiene dos en Atlético de Madrid. Entró a los 69 minutos con el partido resuelto: Aleti ya goleaba 3-0 a Granada. A los 74 minutos, habilitó a Llorente para que convirtiera el 4-0; a los 84 minutos cabeceó al gol un centro del mismo Llorente para el 5-0, y ya en el tiempo adicionado, cerró el 6-1 final, luego de que su primer remate pegara en el palo, rebotara en la cabeza del arquero y volviera al uruguayo.

Pero el 'Pistolero' sabe que de nada sirve vivir de recuerdos. Ni de lamentos. "Para un jugador a veces es importante cambiar, vengo a un club que me ha dado una bienvenida espectacular. Se nota en el ambiente, te llevas una buena impresión desde el principio y eso se ve en el campo", expresó tras el estreno de Aleti en La Liga, ya con intenciones de no hablar más de Barcelona. Por entonces, las redes sociales explotaban contra la administración Bartomeu. Apenas horas después, Ansu Fati calmaría a los culé.

Simeone no se salió de un prolijo guión nunca. Nada de excesos, la temporada apenas empieza. Elogió a Suárez, desde ya, pero aprovechó para enviar mensajes internos. "Suárez entró para hacer lo que sabe hacer: jugar para el equipo. No me quedo con los dos goles, sino con las asistencias, sus desmarques y sus movimientos. Su llegada genera una competencia interna muy buena y si los 23 lo aceptamos, en los minutos que nos toquen, seguro competiremos bien", advirtió. Simeone siempre defiende la idea de que se puede ser valioso en cinco minutos e intrascendente en todo un partido. No importan la cantidad, sino la calidad de minutos jugados.

Suárez, el 'Lagarto' Costa, Marcos Llorente, Vitolo, Yanick Carrasco, Correa, João Félix, Thomas Lemar, Nikola Kalinic... todos jugadores de ataque. Interesante poder de fuego. Simeone es un especialista para encontrar retos a cada paso. Ni la tarde de un 6-1 eligió el confort. "Desde mi perspectiva, a la hora de formar un plantel hay que buscar hombres que sepan interpretar y aceptar cuándo toca jugar y cuándo no. Así se forman grandes equipos, es lo que te da la posibilidad de tener más opciones", redondeó. El mensaje fue claro: Suárez no estaba hace 72 horas, y llegó para jugar. ¿Menos oportunidades para los demás? No, menos minutos quizás, pero dependerá de cada uno hacerlos rentables. El entrenador se guardará esta carta como ejemplo: Suárez saltó del banco y en menos de media hora pateó el hormiguero.

Simeone quiere que sus jugadores lo pongan en apuros. Ese es Simeone, el que el viernes pasado -el primer día de Suárez en el club- volvió a dirigir la práctica tras superar el coronavirus, después de un par de hisopados PCR que seguían dándole positivo. "Negativo, sí..., es la primera vez en mi vida que disfruto de esa palabra", confió. Así de prepotente.

"Debut soñado, ganando y ayudando al equipo!", escribió Luis Suárez en su Instagram algunas horas después del partido. Todavía en el campo del Wanda Metropolitano, en el remate de sus declaraciones subió el listón y se propuso un desafío para su estada en Madrid: "Veremos si queda marcado o no". Atención, lo dice un hombre de colmillos afilados. Todos están advertidos.