Leonardo Ponzio, el capitán de lujo de River que llevó la cinta del "mejor rival"

El 29 de enero de 2021, Leonardo Ponzio va a cumplir 39 años. Y -la verdad- está impecable. Se parece a un joven que da sus primeros pasos. Tiene la agresividad y la ingenuidad de un pibe cuando va a trabar la pelota por primera vez.

Leonardo Ponzio es un sentimiento. Siempre lo fue, porque así juega: con alma y vida. Y con visión estratégica y un rigor táctico asombroso. Antes era un número 5 de quite y distribución. De pelotazos largos, precisos. De algún tiro al arco de larga distancia. Hoy, luego de la interminable inactividad y con fútbol en continuado tras el regreso luego de meses, se siente cómodo como un volante central adelantado, suerte de Exequiel Palacios de la experiencia.

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La voz del corazón

Delante de Bruno Zuculini, por ejemplo, más libre, sólo haciendo sombra ante Emiliano Vecchio, el único atrevido de Rosario Central. Y Ponzio fue figura, inesperada figura en la victoria de River por 2 a 0 en Arroyito, en una noche de emociones fuertes, conmovido el mundo de la pelota entero por el adiós a Diego Maradona. "Es el sentimiento de todos. Tristeza, respeto por la familia. Como decíamos en el vestuario, fue el ícono del fútbol y del país, porque en algunos países nos conocían por él. Tratamos de imitar lo que el hacía, disfrutando", reflexionó.

El triunfo en Rosario

Corre, mete y, de vez en cuando, juega. Todo eso hace a los 38 años y acepta el rol secundario que le dio Marcelo Gallardo. Entiende el juego. Es clave detrás de escena. Y cuando vuelve, convence. Puede tener un desliz, como en el penal que ingenuamente concedió una semana atrás, pero se recupera y va hacia adelante. Y mostró con orgullo la cinta de capitán en honor a Diego, todo un símbolo en un brazo de un hombre bien de River. Ponzio no surgió en Núñez, pero se consagró de pequeño y volvió de Europa en la etapa más oscura de la historia del club. Eso no tiene precio en el valor del sentimiento.

Su vuelta oficial a River se produjo el 5 de febrero de 2012, por la 19ª fecha de la primera B Nacional 2011/2012: le hizo una asistencia a Fernando Cavenaghi para un 1-1 con Almirante Brown. El equipo millonario, puro sufrimiento, conquistó el ascenso, volvió a la elite y consiguió los mejores resultados internacionales de su historia. Ponzio jugaba bien, mal, no jugaba; sobre todo bajo el mando de Ramón Díaz, el León estaba a un costado, hasta que llegó el Muñeco. "¿Sabés lo que me decían en la calle? 'Sacalo a Ponzio, no lo pongas más'. Ahora la gente lo adora y él lo merece", decía el DT en junio de 2015.

Ganó todo. Fue un símbolo en los primeros choques contra Boca. Pero desde hace un par de largas temporadas, corre de atrás. Lo acepta con hidalguía. Y en este nuevo River, que se compromete en la Copa Diego Maradona y en la Copa Libertadores, tiene mas espacio. Abrió la puerta de par en par, flaco, jovial, a la moda. Vigente, como en las viejas tardes del Monumental, su morada. "El lugar donde estoy indica todo. Estoy donde quiero, es mi casa. Se siente el cariño que a uno le dan. Uno trabaja y se entrena. Pasan los años y se disfruta más. En el día a día es una armonía; uno viene contento, juegue o no. Queda poco y lo disfruto. Cuando ya no lo haga, daré un paso al costado", es su reflexión.

El mejor rival de la historia

Por ahora, disfruta. Un ejemplo de constancia y gratitud.

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