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Lautaro Martínez, en la ruta de los históricos 9 de la selección argentina: las llamadas de papá Mario y una idea fija

A Lautaro Martínez lo acompaña desde muy chico el aura de ser un futbolista destinado a trascender. A los 15 años debutó con gol en Liniers de Bahía Blanca, ante Puerto Comercial. Su estreno con Racing llegó un par de años después, con 17: reemplazó nada menos que a Diego Milito, el mayor ídolo moderno de la Academia. Fue el primer jugador de fútbol en ser expulsado por uso del VAR, ante Inglaterra, en el Mundial sub 20 de Corea 2017. La primera vez que marcó tres goles en un partido, ante Huracán, en febrero de 2018, coincidió con la visita de emisarios del Inter para ver a Lautaro en la cancha. En Italia eligió la camiseta número 10, pese a las recomendaciones de que a los 20 años era mejor comenzar con un perfil más bajo. En su primera convocatoria por Eliminatorias con la selección consiguió marcar, algo que un futbolista argentino que no fuera Lionel Messi no conseguía desde noviembre de 2016 en esa competencia, en el lejano ciclo de Edgardo Bauza. Pequeños hitos sobre los que el delantero bahiense construyó una carrera promisoria, un futuro grande que para él ya llegó: con 23 años se consolida como el 9 titular de Argentina. Suma 10 festejos en 19 partidos y es el goleador del ciclo de Lionel Scaloni.

Cómo quedó la tabla de las Eliminatorias y el programa de la próxima fecha

El gol en La Paz, además del valor por salir de la messidependencia en Eliminatorias, también tiene mucho de simbólico. Por la acción, ese gol de rebote, con algo de fortuna pero con mucho de perseverancia, una de las características de un goleador que se inició como defensor por admiración a su padre Mario, quien llegó a jugar en la B Nacional con Villa Mitre de Bahía Blanca. Además del gol calcado ante River en el Monumental en 2017, el Toro tiene varios tantos barriéndose desde el piso para disputar la pelota: al Barcelona y al Borussia Dortmund, en Inter, y a Rosario Central y Cruzeiro en Racing. Y también resulta icónica por el festejo, esa corrida alocada de Scaloni para ir en busca del abrazo con el artillero de su ciclo, que ya convirtió en amistosos, en Copa América y ahora en Eliminatorias. Entre las certezas a las que se aferró el entrenador de Pujato, y que le permitieron continuar en el cargo pese al cartel de interino, una es la de Martínez como el centrodelantero de su equipo, en sociedad con Messi.

Si estaba la incógnita a cómo se repondría Martínez después de la novela frustrada del pase a Barcelona y del flojo partido que tuvo ante el Sevilla en la final de la Europa League -la primera de su carrera-, el bahiense borró rápido esas dudas. La temporada en Inter la arrancó con tres goles en tres partidos (Fiorentina, Benevento y Lazio). El sábado buscará estirar la racha en el clásico ante Milan. Tras el flojo partido colectivo de Argentina ante Ecuador, el Toro mostró su bravura en la altura de La Paz: además del tanto entregó la asistencia para el tanto de Joaquín Correa, en una de las buenas asociaciones que tuvo con Messi durante el segundo tiempo.

Entre marzo y junio, durante los tres meses de parate europeo por la pandemia, Martínez fue la noticia repetida en casi todos los sitios deportivos del mundo por su posible salida al Barcelona. Entre los diarios catalanes Sport y Mundo Deportivo, hasta le pusieron un nombre a esa sociedad con Messi: "las dos LM". Saviola, Hernán Crespo, Mario Kempes, Diego Milito, Juan Antonio Pizzi -y la lista sigue- opinaron sobre cómo se podía llegar a adaptar al club catalán. Pero se quedó en Milano, como él llama a la ciudad italiana, donde junto a su pareja Agustina Gandolfo esperan la llegada de su primera hija, Nina.

La cabeza de un Toro

La mentalidad es lo que distingue a Lautaro desde que llegó a Casa Tita, la pensión de Racing, en 2014. Cuando le preguntan su secreto suele repetir que él nació y se crió en un vestuario, viendo a su padre. Cada vez que termina un partido, habla media hora por teléfono con Mario. "Soy muy rompe huevos conmigo, muy autocrítico", admite. Así se ganó el respeto en el vestuario de la Academia cuando apenas tenía 20 años. "No me sorprende en nada lo que le está pasando. Cuando compartimos equipo me imaginaba que podía llegar tan lejos porque tiene convicción. Va a ser el 9 de la Selección por muchos años", pronostica el ex Racing Neri Cardozo, hoy en Venados de México, campeón mundial sub 20 junto a Messi en 2005. Aunque aún use la 22 (el número de Milito), Martínez parece haberse ganado ese cartel de ser el delantero titular de Argentina rumbo a Qatar 2022. Con sólo 23 años, continuará la senda que en las últimas tres décadas escribieron Gabriel Batistuta, Hernán Crespo, Gonzalo Higuaín y Sergio Agüero.

Cuando Bati tenía la edad actual del delantero de Inter, había sido campeón y goleador de la Copa América de Chile 91, con seis gritos en seis partidos. El santafesino debutó unos meses antes de aquel torneo, en un amistoso ante Brasil en Curitiba. En sus primeros 19 juegos convirtió 13 goles, tres más que Lautaro, con el agregado de que sirvieron para levantar los últimos tres títulos oficiales: Copa América 91, Copa América 93 y la Copa Rey Fahd. Luego construyó una leyenda a puro grito con la camiseta Argentina: 56 goles en 78 partidos.

Hernán Crespo se estrenó con la Selección en 1995, con apenas 19 años. Pero durante dos ciclos mundialistas quedó a la sombra de Batistuta. Con 23 años acumulaba 14 partidos (7 de titular) y tres goles, todos en Eliminatorias. Ya había dado vueltas olímpicas con River (Apertura 93 y 94, Libertadores 96) y errado un penal en la serie ante Inglaterra, por los octavos de final del Mundial de Francia 98. Cuando llegó a los 19 juegos acumulaba siete gritos. Sus números finales con la albiceleste fueron 35 goles en 64 encuentros.

Para el Kun Agüero la historia con la selección aún no terminó, aunque arrancó hace 14 años, cuando tenía 18. El delantero del Manchester City acumula 42 gritos en 97 partidos contando amistosos, Eliminatorias, cuatro Copa América y tres Mundiales. Cuando acumulaba 19 presentaciones con la selección sumaba siete tantos. A la edad de Lautaro ya había disputado 31 juegos y marcado 13 goles, aunque no se había consolidado como titular: en 15 arrancó desde el banco. Para esa altura de su carrera, tras el mundial de Sudáfrica, ya había pasado del Atlético de Madrid al Manchester City por 40 millones de euros. Más allá de sus buenos números, Agüero corría detrás de Higuaín, que se ganó su lugar a pura efectividad. Con 23 años, el Pipita sumaba siete goles en sus primeros trece juegos en la selección. Cuando llegó a los 19 partidos, había gritado doce veces con la Argentina.

Los números de Lautaro Martínez están a la altura de los últimos símbolos que tuvo la Argentina como número 9. Aunque el bahiense cuenta con una ventaja: aún queda un largo recorrido por escribirse. El próximo capítulo será en apenas un mes, el 12 de noviembre, cuando la selección reciba a Paraguay para dar otro paso hacia Qatar.