Las conclusiones de la Copa América

Brasil conquistó su novena Copa América con total merecimiento. (Photo by Kaz Photography/Getty Images)
Brasil conquistó su novena Copa América con total merecimiento. (Photo by Kaz Photography/Getty Images)

Pasaron dos días de la finalización de la Copa América 2019 y es hora de analizar que nos dejó de cara al futuro.

Opiniones, conclusiones, legados, críticas positivas y negativas, todo dentro de un cuadro genérico que merece ser desglosado.

Brasil fue un merecido campeón. Nadie puede poner en duda que más allá de las polémicas decisiones del tan mentado VAR, fue superior en el terreno de juego a todos los rivales que enfrentó, supo sacar adelante algunos momentos de zozobra y salió inmune de cada uno de ellos.

Bajo la conducción de Tite, el flamante campeón confirmó que tiene una base sólida, que tiene futuro y que sabe aprovechar de manera precisa a sus jugadores experimentados como sostén de aquellos que se preparan para hacer historia.

Desde Dani Alves, pasando por Thiago Silva hasta llegar a la juventud y atrevimiento de Gabriel Jesús y Everton, por nombrar a un par de aquellos que se van afianzando.

Entre las selecciones que prometían más pero que quedaron en el camino por esos imponderables del fútbol aparecen Uruguay y Colombia. Ambos con planteles ricos, con importantes nombres que prometen un futuro alentador. No se les dio en esta oportunidad por esos caprichos del destino, pero no por eso han defraudado.

Por el contrario han dejado en claro que serán huesos muy duros de roer para la próxima competencia de real valía como lo es la Eliminatoria al Mundial de Catar y también para la Copa América 2020.

Perú es un caso especial. No tuvo una gran actuación en general, alternó buenas y malas y con eso le alcanzó para llegar a la final. Perder 5 a 0 ante Brasil no fue un accidente sino una muestra de la gran diferencia que existe entre ambos y que se confirmó en el partido definitorio, no con tanta holgura en el resultado pero sí en el juego.

Venezuela sigue su crecimiento firme, aún si poder acceder a los puestos de jerarquía, pero con la firme convicción de transitar por el camino correcto, con el objetivo de coronar en algún momento el sueño de codearse con los mejores.

Chile no pudo defender con éxito sus dos últimas conquistas. La generación dorada no alcanzó. Lo más preocupante de La Roja es que no se percibe que haya un cambio generacional acorde al que está cerca del retiro y esa debe ser una preocupación de la que deberán ocuparse, valiéndonos del juego de palabras.

Tres selecciones deberán a su vez replantearse seriamente su futuro: Paraguay, Ecuador y Bolivia. Ninguna de las tres dejó una buena imagen. Tal vez los Guaraníes podrán estar una cabeza por encima, pero eso no implica tranquilidad.

Ecuador decepcionó y Bolivia sigue inmersa en una decadencia recurrente, sin claridad ni esperanzas.

El último párrafo está dedicado a Argentina. Fue de menor a mayor, pero volvió a ser insuficiente para alcanzar el éxito.

La sequía se extiende, son 26 años carentes de títulos en los que hubo procesos que comenzaban cargados de optimismo y finalizaban con la decepción de la derrota final.

Si bien hay un recambio generacional que despierta optimismo, las desafortunadas decisiones por parte de los dirigentes, manifestados en los constantes cambios de entrenadores, fallando de manera casi inaceptable a la hora de la elección de los mismos, ha llevado a los recurrentes fracasos.

Con Messi sólo quedó demostrado que no alcanza. El capitán necesita compañía, sentirse respaldado por un proyecto serio y capaz. Para eso se deberá barajar y dar de nuevo y, por sobre todas las cosas, saber elegir con sabiduría el nuevo rumbo que imperiosamente se exige y se necesita.