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La vicepresidenta Calvo huye del Congreso para no verse salpicada por el 'caso Dina'

La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, se ha ausentado de la sesión de control al Gobierno pese a tener preguntas que contestar. (Photo by Eduardo Parra/Europa Press via Getty Images)
La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, se ha ausentado de la sesión de control al Gobierno pese a tener preguntas que contestar. (Photo by Eduardo Parra/Europa Press via Getty Images)

El conocido como ‘caso Dina’, que se refiere al robo de la tarjeta telefónica de Dina Bousselhamun, la exasesora de Pablo Iglesias, no es el típico culebrón de verano que se deshinchará en cuanto arranque septiembre. Para desgracia de Podemos, el lío de espionaje y destrucción de pruebas está enrevesándose cada día más dejando al vicepresidente económico de ‘sospechoso’ cuando inicialmente se presentó como ‘víctima’. Y, aunque la causa esté muy lejos de avanzar hasta el hipotético caso de que se acabara procesando al líder de Podemos por daños informáticos, obstrucción a la justicia y apoderamiento de datos reservados, ya empieza a lastrar a un Ejecutivo de coalición que ha decidido mantenerse al margen para centrarse en la necesidad fortalecer sus alianzas para intentar aprobar en otoño los Presupuestos Generales.

El caso es que la oposición ha olido sangre y se ha lanzado en tromba durante la sesión de control al Gobierno de este miércoles intentando acorralar al Ejecutivo. Tanto el PP como Vox han actuado conjuntamente para dirigir las miradas sobre el tema Dina utilizando las mismas expresiones en sus intervenciones.

Primero ha sido el diputado del PP, Teodoro García Egea, quien ha preguntado directamente a Iglesias aunque este se ha escabullido de la pregunta cargando contra los populares: "Se han convertido en el partido holandés. Querían que a España llegaran recortes y hombres de negro porque tendrían una oportunidad de recuperar el poder. Comprendo su frustración", contraatacaba Iglesias.

Acto seguido ha sido el turno de ha sido la diputada de Vox, Macarena Olona, quien ha intentado preguntar a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, si "considera que incumbe al Gobierno el llamado caso Dina". Calvo, sin embargo, ha huido del lugar del crimen para evitar verse salpicada en la última sesión antes del parón estival -los diputados no trabajan en agosto, aunque haya una pandemia y la crisis económica que se avecina sea histórica- y le ha endosado el marrón al ministro de Justicia, Juan Carlos Campo Moreno.

El cambio de interlocutor ha provocado las airadas quejas de la oposición. Más aún cuando el ministro ha tirado del artículo 66 de la Constitución escurrir el bulto recordando que la sesión de control está destinada a que "las Cortes controlen la acción del Gobierno" afeándole a Olona que en su pregunta no haya acción gubernamental alguna sobre la que pronunciarse.

En su réplica, Olona no se ha andado por las ramas: "¿Estamos ante un nuevo lío de faldas del señor Iglesias? Se trata de un lodazal del que Gobierno no puede evadirse. Las informaciones que me llegan apuntan a una bomba de relojería con tintes de culebrón venezolano. No se conviertan en cómplices de las cloacas que han decidido ascender a la Moncloa", acusaba la diputada de Vox, Macarena Olona.

La pinza que PP y Vox han intentado realizar hoy no queda ahí. Seguirán por la misma senda en los próximos días tratando de estrechar el cerco sobre temas personales en vistas del fracaso de su oposición política tras la consecución del acuerdo de reconstrucción de la UE. Lo que queda claro es que, de ahora en adelante, Iglesias ya no va a poder parapetarse fácilmente tras el escudo del Gobierno, porque el PSOE no lo va a permitir.

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