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La realeza bajó del Olimpo

La política no es asunto nuestro, hablamos de deporte; pero cuando el hijo del Presidente baja de su posición de ‘realeza’ y se dedica a patear el balón, es noticia.

Juega en el Washington DC

Barron Trump, el hijo del Presidente, tiene once años, juega en la academia del Washington DC, es aficionado al Arsenal y porta la camiseta número 81. Allí es donde las cosas empiezan a estar mal, por lo menos llaman la atención.

President Donald Trump’s son is known to be a fan of the sport, but he took it a step further by joining up with D.C. United’s Under-12 team.
President Donald Trump’s son is known to be a fan of the sport, but he took it a step further by joining up with D.C. United’s Under-12 team.

No puedes darle el número 81 al hijo de Donald Trump, el hijo de un ser supremo debería tener un número más cercano a su estatus, qué tal el número 1, qué tal el número 10. Algo acorde a sus calidades; aunque en la cancha no las tenga.

Pero antes del tema del número en su espalda, sorprende que Barron se dedique a un deporte mundano, uno pensaría que su padre tendría dentro de su ramillete de imposiciones para el bueno de Barron, la de jugar al golf o al polo. Algo acorde que su grandeza.

Seguidor del Arsenal

El otro detalle que se suma al ya complejo hecho de que Barron juegue al fútbol, y que tenga el 81 en su camiseta, es que sea aficionado del Arsenal. Si el niño es fanático de la Premier League, sería correcto pensar en un equipo más ‘sexy’, con más glamour, por ejemplo el Manchester United, incluso el City de Guardiola; pero el Arsenal? Algo acá no encaja en la foto.

Arsene Wenger is eager to discuss fresh terms with two men under contract until 2019, but acknowledges that more players will choose to run down deals.
Arsene Wenger is eager to discuss fresh terms with two men under contract until 2019, but acknowledges that more players will choose to run down deals.

Esperamos que Barron encuentre su lugar en la cancha, analizar sus dotes futbolísticas no es menester en este blog; por lo pronto ya tenemos bastante con saber que el hijo de una ‘deidad’ ha decidido bajar del Olimpo para jugar al fútbol, que es seguidor de un equipo que no gana nada, y que para rematar tiene el 81 en la espalda. Más no se puede pedir.