La poca transparencia de la Conmebol

Foto: Getty Images
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Si hay un elemento, más allá de lo estrictamente futbolístico, que caracterizará a esta edición de la Copa Libertadores, es la poca transparencia con la que se manejó la Conmebol en el tema sanciones.

¿Cómo es posible que una entidad de semejante “categoría” cometa errores tan infantiles como inaceptables? ¿Cómo es posible que los encargados de transmitir justicia no tengan la más mínima idea de cómo manejarse?

Justicia es sinónimo de igualdad, de honestidad, de transparencia. ¿Se puede confiar entonces en una entidad que hace todo lo posible para generar conflictos y sospechas de todo tipo y color a través de su inaceptable accionar?

Bien es conocida la situación vivida por el uruguayo Carlos Sánchez, quien fuera mal incluido por Santos ante Independiente y que le costó perder la ida de esa llave al conjunto brasileño.

Pero lo más inadmisible fue el caso de Bruno Zuculini, jugador de River, también mal incluído por el club argentino desde el inicio mismo del torneo ya que arrastraba una suspensión desde que jugaba en Racing.

Claro que en este caso no se le puede achacar la culpa a River ya que sus dirigentes, con muy buen tino, antes de iniciar la competencia le enviaron a la Conmebol una carta solicitando la lista de jugadores inhabilitados y Zuculini NO APARECÍA. Increíble, pero real.

Podríamos estar horas comentando las incoherencias en el manejo de este tipo de situaciones. Pero lo que no podemos dejar pasar por alto es el nuevo disparate que acaba de suceder.

En la noche del lunes, a menos de 24 horas del partido entre Gremio y River, a la Conmebol se le ocurrió (¿o se acordó tarde?) suspender al técnico Marcelo Gallardo, quien no podrá dirigir a su equipo.

¿La razón? Que salió tarde al campo de juego en la reanudación del partido de ida en el Monumental, reiterando lo mismo que había hecho ante Racing.

¿Hay que esperar tanto para comunicar la sanción? ¿Por qué generar suspicacias?

Pero no conformes con eso, horas más tarde decidieron hacer lo mismo con Guillermo Barros Schelotto, técnico de Boca Juniors, al que acusan del mismo “grave delito” en el partido de ida ante Palmeiras. Por lo tanto el Mellizo no podrá estar en el duelo de vuelta este miércoles.

En ambos casos se aplicaron los artículos 12.6 y 76.1, respectivamente, del Reglamento Disciplinario de la Conmebol. (Hacer click aquí para leerlo).

Ambos fueron sancionados con un partido, más una multa personal y otra para cada club.

Ya nos hemos hecho muchas preguntas al respecto, pero nunca están de más. ¿Hasta cuándo vamos a seguir sufriendo las consecuencias de un manejo irresponsable y poco profesional? ¿Hasta cuándo vamos a soportar tanta ineptitud?

¿Era necesario esperar hasta último momento para dictar tan ridículas sentencias que sólo aportan más sospechas provenientes de una entidad salpicada en los últimos años por bochornosos casos de corrupción? ¿Tanto cuesta manejarse con sensatez y TRANSPARENCIA?

Parece que sí, que cuesta mucho. Mientras tanto la bola sigue rodando en el fango…

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