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La pelvis robótica que evita los embarazos precoces

Una estudiante inserta un dispositivo intrauterino en una pelvis robótica diseñada para el entrenamiento médico. (Captura de pantalla VirtaMed)
Una estudiante inserta un dispositivo intrauterino en una pelvis robótica diseñada para el entrenamiento médico. (Captura de pantalla VirtaMed)

La idea de tenderte en una cama de ginecología con las piernas abiertas mientras un estudiante de medicina aprende a insertar un dispositivo intrauterino dentro de tu cérvix no es nada atrayente.

Está claro que para un pichón de médico la práctica es esencial. Y que le sería inútil aprobar un examen teórico de anatomía si no coloca el aparato anticonceptivo. Pero aparte de la incomodidad, una equivocación en el procedimiento médico podría costarte un embarazo no deseado o hasta la vida.

La respuesta a ese dilema la tiene la tecnología de la simulación médica, en la que los hospitales universitarios utilizan videos, réplicas de goma y robots para desarrollar destrezas en los estudiantes sin causar daños a las pacientes.

La complejidad de la anatomía femenina resultó particularmente desafiante para los investigadores del Imperial College London cuando comenzaron hace nueve años el desarrollo de una pelvis robótica que permitiría a los estudiantes aprender a palpar la anatomía femenina, realizar procedimientos y detectar anomalías utilizando exclusivamente el sentido del tacto, debido a que la mayoría de los órganos son internos.

El ingeniero biomédico británico Fernando Bello creó una réplica de la parte baja del torso de una mujer para que facilitar el entrenamiento del examen pélvico. El modelo incluye imágenes en 3D y tecnología háptica o kinestésica, que simula el sentido del tacto.

Pero lograr que los estudiantes perciban sensaciones táctiles como presión, textura y temperatura similar la de un paciente al introducir sus manos en una vagina robótica conectada a un programa de realidad virtual aumentada no es cosa fácil. Equipos multidisciplinarios de ingenieros, programadores, diseñadores y médicos aún trabajan a diario para afinar la tecnología que permite, por ejemplo, que cuando un cirujano opera a distancia mediante pueda percibir la resistencia y la textura de la piel como si estuviera trabajando directamente sobre el paciente.

Antes del simulador cervical, Bello inició el desarrollo de un recto masculino para ayudar a los estudiantes a realizar el temido examen de próstata. Una de las mayores ventajas de ese modelo es que los jóvenes pueden aprender a distinguir la sensación dura y nudosa del cáncer de próstata del tejido de una próstata saludable.

La expansión de la tecnología de simulación ginecológica perfeccionada por Bello ahora es indetenible. Especialmente a la hora de entrenar al personal médico para insertar anticonceptivos reversibles de larga duración, o LARC, según sus siglas en inglés.

Investigaciones de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) señalan que los implantes y los dispositivos intrauterinos son mucho más efectivos en evitar el embarazo precoz que las pastillas anticonceptivas: 18 de casa 100 mujeres sexualmente activas que usan pastillas quedan embarazadas en un año. Pero menos de una de cada 100 mujeres quedará embarazada entre el grupo que usa dispositivos intrauterinos.

La tarea de evitar al menos un porcentaje de los 3 millones de embarazos no planificados que se registran anualmente en Estados Unidos es titánica. La posibilidad de que una mujer de bajos recursos se embarace sin desearlo es cinco veces mayor que la de las mujeres con mayores recursos.

Una de las soluciones la ofrece una alianza entre las organizaciones Upstream USA y Blue Meridian Partners, que invertirá 60 millones de dólares entre 2017 y 2024 para ofrecer asistencia técnica y entrenamiento a los pacientes y trabajadores de los centros de salud del estado de Delaware.

Entre esos proyectos se encuentra "Joan", la pelvis robótica usada para entrenar a las enfermeras y médicos en la inserción de los dispositivos contraconceptivos en las zonas menos favorecidas. El entrenamiento comienza con simuladores muy básicos, de bajo costo, y culminan con "Joan", quien se queja de dolor si el dispositivo intrauterino está mal colocado.

Efectividad de los métodos de planificación familiar. Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.
Efectividad de los métodos de planificación familiar. Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.

El uso de las pelvis robóticas está tan extendido que ya se usa en países menos desarrollados tecnológicamente como Brasil.

Científicos de la Universidad del Estado do Pará y del Hospital Maternidad Leonor Mendes de Barros, en São Paulo, desarrollaron un exitoso modelo de entrenamiento para insertar LARCs, indicó un artículo publicado en octubre de 2019 en la Revista Brasileña de Educación Médica.

Primero crearon un simulador compuesto de una base rectangular rígida y otra blanda de un polímero termoplástico fabricado a base de tapioca o caña de azúcar creado a imagen y semejanza de una mujer con un canal vaginal, cuello uterino y una región vulvar.

Luego seleccionaron quince residentes de ginecología y obstetricia para probar la eficacia del simulador en la formación de la colocación de dispositivos intrauterinos.

Al comienzo del entrenamiento, sólo el 40 por ciento de los DiU estaba bien colocado, frente a la tasa de éxito del 93,4% luego de la utilización del simulador.

Pese a los avances aún hay escepticismo sobre el uso de simuladores.

Un artículo sobre simulación en la educación médica en Hong Kong publicado en marzo del 2019 en la Revista del Colegio Médico Real de Edimburgo dudó de la factibilidad de usar este recurso a gran escala.

En la mayoría de los hospitales universitarios del mundo, los estudiantes de medicina y los residentes tienen una enorme carga laboral. Aprenden haciendo.

Mientras que la simulación médica involucra grupos pequeños de estudiantes y profesores que deben ser liberados de sus actividades médicas para dedicarse completamente a aprender antes de enfrentarse cara a cara con un paciente real.

Pese a su impacto en el costo educativo, el informe asegura que las réplicas humanas de polímeros serán cada vez más comunes y sofisticadas.

"La simulación ya es una parte integral de la educación sanitaria y médica y probablemente jugará un papel más grande e importante en el futuro cercano".