Yahoo Noticias La oportunidad que el Real Madrid no puede perder con Gareth Bale
Gareth Bale ha empezado el año de forma muy positiva en el Real Madrid. Tras decidir no dejar el club este verano, el galés se ha ganado el puesto a base de esfuerzo y buenas actuaciones. Sus problemas con las lesiones parecen alejarse, se le nota más integrado al grupo y dispuesto a sacrificarse, y la afición ya no le ve como un ente extraño dentro del campo.
La situación ha dado un giro de 180 grados, pero el extremo no está feliz. Tanto así que el reputado periodista español, residente en Inglaterra, Guillem Balagué, ha publicado en As que Bale está muy enfadado con Zinedine Zidane y planea —finalmente— dejar el club blanco. El detonante de esta situación se dio la semana pasada cuando el francés dejó en la grada al galés para el partido ante el Brujas en la Champions League, algo que extrañó y molestó al 11 merengue sobre manera.
Según la información destapada por Balagué, Bale estaría ya buscando opciones para encontrar un destino el año que viene, cuando tendrá 32 años y habrá cumplido ocho temporadas en el Real Madrid. Con más de 100 goles portando la camiseta merengue, algunos tan importantes como los de la final de la Champions League en 2014 o la de 2018, o el que dio el título de Copa del Rey en 2014 ante el FC Barcelona, el galés intentaría encontrar acomodo en un gran club de Europa que sea capaz de afrontar los 15 millones de euros anuales que cobra de ficha.
En el Real Madrid no deberían tomarse esta situación a la ligera, y honestamente, deberían aprovecharla.
Los blancos ya dejaron pasar una oportunidad de oro tras la final de Kiev, en junio de 2018, cuando Gareth Bale se revalorizó tremendamente tras salir del banquillo ante el Liverpool y anotar uno de los mejores goles de la historia de la Champions League. En aquel momento, fueron muchos de los grandes clubes europeos los que llamaron a la puerta del Real Madrid interesados en hacerse con los servicios del galés, y con 29 años, el traspaso hubiera rondado los 100 millones de euros —más o menos lo que le costó a los blancos sacarlo del Tottenham en 2013.
Fue aquella la ocasión idónea para haber cortado la relación con un jugador que, a pesar de sus estadísticas, siempre ha dejado mucho que desear en el Real Madrid. Sus continuos problemas con las lesiones, su falta de adaptación a España y al equipo (lleva ocho temporadas en Madrid y no habla español), sus habituales desconexiones a lo largo de la temporada, y esa sensación de que es un ente como ausente del cual se debería esperar mucho más, han sido algunos de los motivos por los que la afición ha desconfiado y sigue desconfiando de este jugador.
Hace dos veranos, sin embargo, la cabezonería de Cristiano Ronaldo en dejar el club de sus amores tiró por los suelos todo plan de poder deshacerse positivamente de Bale. Que se fuera la gran estrella era difícil de asimilar, pero que también saliera después el reciente héroe de la última Champions, el hombre en el que Florentino Pérez vio a su último galáctico, era demasiado sacrificio. Como además el mercado puso imposible la llegada de Kylian Mbappé, que prefirió marcharse al PSG que recalar en Chamartín con el 7 a la espalda, el club reculó en su idea de vender a Bale, quien sabe si a la vez forzando la salida de un desilusionado Zinedine Zidane.
Por eso este supuesto giro de guión, según el cual dentro de nueve meses será el propio Bale quien busque una salida del club, debería ser atendido con máxima cautela desde el club. A su edad, con su historial de lesiones y su ficha, sería interesante que el club intentara buscar un traspaso económicamente favorable para que el galés dijera adiós por la puerta grande y dejara una buena cantidad de euros en casa.
Si este año el atacante logra mantener el tipo frente a los percances físicos y hacer una temporada a un nivel decente, su cartel sigue siendo lo suficientemente bueno en Inglaterra para el Real Madrid pueda recibir una cantidad interesante por el traspaso, con la que luego intentar atar a ese delantero del futuro, a la estrella diferencial, que necesita el club desde que se marchó Cristiano Ronaldo y que Gareth Bale, simplemente, no es.
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