La historia del "Patón" Guzmán, el humilde arquero que Jorge Sampaoli había ignorado

Nahuel Guzmán, más conocido como el “Patón” Guzmán, está que no se cambia por nadie, pues en cuestión de días pasó de la tristeza a la alegría, cuando luego de ser excluido del seleccionado argentino que viajará a Rusia 2018, por asuntos del destino, más tarde fue convocado como el tercer arquero de la albiceleste junto a Wilfredo Caballero y Franco Armani.

El sencillo rosarino, quien milita en Tigres, se benefició de la salida del portero Romero, quien fue bajado del autobús de los 23 elegidos debido a una lesión, y aunque hoy todo es alegría para el Patón, su exclusión inicial había dejado un sabor a injusticia entre sus seguidores, ya que había sido llamado a casi todas las convocatorias desde el Mundial de Brasil.

Pablo Montero, presidente de Social Lux, era uno de los seguidores de Patón que había manifestado su molestia cuando el portero no había sido convocado en la lista de Sampaoli. “Considerábamos que era injusto que se quedara afuera del Mundial, no porque haya salido del club y que tenemos nuestro corazón con él, sino por sus actuaciones y que siempre tuvo rodaje”, dijo. “De los tres arqueros, él tenía que ser uno”.

El portero no solo encanta a los argentinos con sus atajadas sino con su personalidad, pues es un chico bastante humilde, al que no le gusta estar figurando todo el tiempo y quien no olvida sus raíces, desde que empezó en el club Social Lux, y donde lo apodan como “Mercadito”.

“A él le preguntás dónde quisiera hacer una entrevista y te dice acá, no se olvida de sus orígenes”, aseguró Enzo Scala, vicepresidente del club, en diálogo con Infobae.

El ejecutivo recordó que Guzmán se puso en mente desde muy joven llegar a primera división en la portería, pero sus entrenadores le veían más madera de jugador de cancha que para estar en el arco. Antes de ganarse la portería, el jugador, quien se caracterizaba siempre por ser “centrado y bien educado”, fue incluso defensa.

Su carrera hacia la gloria siguió jugando en Lepra, al lado de otros grandes como Cristian Ansaldi, Ezequiel Garay, Lautaro Formica y Hernán Bernardello y su gran debut en primera división le llegó en 2005. En el Independiente Rivadavia de Mendoza estuvo dos años y volvió a Parque Independencia en 2009 y 2012, donde despuntó más, de la mano del Tata Martino. En 2013 fue fundamental para el Newell’s que se llevó el Torneo Final 2013 y llegó a las semifinales de la Copa Libertadores, ganando más terreno con su estilo arriesgado y llamativo de salida por abajo con la pelota en los pies.

Pero fue en 2014 cuando su nombre comenzó a escribirse en mayúsculas, tras pasar a Tigres de México, donde se volvió ídolo y ha conquistado cinco títulos.

El portero argentino, quien espera poder mostrar su talento en Rusia en alguno de los juegos, no solo es un ejemplo de entereza y disciplina sino que es un hombre noble, generosos, con pasión por el fútbol pero con los pies en la tierra, amante de la literatura y activo en causas sociales, como el apoyo que siempre ha mostrado por las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo.

Su generosidad y buen corazón son tan grandes, que al club que le vio nacer en el fútbol le ha hecho aportes económicos y donaciones de implementos como guantes de arquero y pantalones deportivos, sin mencionar que pagó por la iluminación de la cancha grande y el sistema de riego artificial para el césped del club Social Lux.

Crédito fotos: Instagram

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