La gran mentira de la Copa del Rey.

MADRID, SPAIN - APRIL 21: Andres Iniesta of FC Barcelona shows the trophy to teammates and their children after beating Sevilla 5-0 in the Spanish Copa del Rey Final match between Barcelona and Sevilla at Wanda Metropolitano stadium on April 21, 2018 in Madrid, Spain. (Photo by Denis Doyle/Getty Images)
Andrés Iniesta levantando el trofeo tras la última final de la Copa del Rey (Foto de Denis Doyle/Getty Images)

Entramos de lleno en la semana de la Copa del Rey. Por definición, deberían ser siete días de atención mediática, emoción y como se dice ahora, hype alrededor de lo que suele ser una de las fiestas más bonitas del fútbol español, un encuentro mágico entre dos aficiones que iluminan una ciudad con su colorido y Bla, Bla Bla...

Pues no. Nada de eso. Miren a su alrededor.

¿Acaso no tienen la sensación de que el mundo del fútbol se ha ido ya de vacaciones?

¿Sienten ustedes una pasión especial por lo que tenga que suceder el próximo día 25 de mayo?¿Reconocen a Sevilla como la capital del fútbol y al Benito Villamarín como el centro neurálgico de un gran enfrentamiento?

Nosotros tampoco.

Cuando durante años defendemos, aún a riesgo de sonar clasistas, que la Copa es una competición maravillosa para los equipos de divisiones inferiores o para los de media tabla pero que no sirve para casi nada para los equipos grandes, solemos recibir miradas asesinas por respuesta. En el mes de enero, acostumbran a verse grandes duelos (Barça-Madrid sin ir más lejos) que se cobran víctimas en forma de lesionados, desgaste, rotaciones en Liga- o ausencia de ellas- y fracasos competitivos. ¿Para qué? Para sumar un nuevo título al palmarés y acabar de redondear una temporada, nos dicen. Bien. Si el Madrid hubiera ganado la Copa del Rey, la temporada sería igual de nefasta, la eliminación europea a manos del Ajax haría el mismo daño y el ridículo en Liga seguiría siendo insufrible para los blancos. Si la gana el Barça, no veremos hordas azulgrana inundando Canaletas ni grandes demostraciones de euforia. Liverpool seguirá pesando el triple en la balanza.

Lo mismo sucede al revés. Si ganas la Copa de Europa, como hizo el Madrid el año pasado, el recuerdo de una catastrófica eliminación copera a manos de un Segunda B se desvanece a una velocidad que rivaliza con el artefacto del que abusaba Will Smith en Men in Black. Todos flasheados.

Uno podría argumentar que el Valencia sí que va a muerte en esta Final pero hasta los chés tienen cosas más importantes que celebrar, como su reciente cuarto puesto que les abre las puertas de la mayor competición continental. Ya no necesitan la Copa.

Poco tiene que ver esta competición con las imágenes que recibimos, entre la envidia y la admiración, de tierras inglesas. Será el formato, la liturgia, que allí cuidan más de lo suyo o vaya usted a saber. Pero es otra cosa.

Si quieren un ejemplo de algo que jamás pasaría allí y que demuestra que todo lo dicho hasta ahora no es exagerado, échenle un vistazo a Luis Suárez. Su decisión de pasar por el quirófano habla más claramente de lo que significa la Copa para los equipos grandes que cualquier artículo que pueda escribir un periodistucho cualquiera como el abajo firmante.

LIVERPOOL, ENGLAND - MAY 07: Luis Suarez of Barcelona writhes around in agony during the UEFA Champions League Semi Final second leg match between Liverpool and FC Barcelona at Anfield on May 7, 2019 in Liverpool, England. (Photo by Simon Stacpoole/Offside/Getty Images)
Luis Suárez doliéndose durante el partido de la debacle en Anfield (Foto por Simon Stacpoole/Offside/Getty Images)

Si ni el delantero centro de tu equipo quiere la Copa, ¿qué intentas venderme? ¿Que cuando llegue el próximo mes de enero, habrá que volver a poner toda la carne en el asador y reírse de los que quieren priorizar otras competiciones? ¿Que no se puede tirar nada porque esto es el Barça - o el Madrid- y hay que ir a por todas? ¿Volveréis a cargar en los labios la palabra triplete y utilizarla nuevamente como arma arrojadiza?

Disfrutaremos de esta semana, admiraremos a las aficiones, celebraremos al vencedor y aplaudiremos al derrotado pero no nos olvidaremos de la conclusión final: los equipos que realmente disfrutan la Copa son los que no quiere Javier Tebas que lleguen a la Final. Para el resto es más una molestia que otra cosa.

El año que viene volveremos a darnos cuenta.

También te puede interesar:

Valverde siempre caminará solo.

Indiana Klopp y el Templo maldito

Hagamos que Johan siga estando orgulloso

Hemos vivido engañados durante mucho tiempo.