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La escasa asistencia en el béisbol tiene asustados a la MLB y a los dueños de los equipos

Texto original: 10 Degrees: Baseball’s attendance woes have MLB and owners rightfully spooked

En algún momento de los próximos diez días, la disminución año tras año de la asistencia en las Grandes Ligas de Béisbol (MLB) superará los 3 millones de hinchas. Al final de la temporada, salvo un aumento inesperado de la asistencia en septiembre, la MLB bajará del umbral de los 70 millones de hinchas por primera vez desde 2003.

Decir que en el entorno de este deporte cunde el pánico sería una exageración. Una mejor forma de describirlo tal vez sea que existe una gran preocupación.

Antes de que existieran los acuerdos multimillonarios de las televisiones locales y la multimillonaria MLB Advanced Media, los equipos dependían de las entradas, de la asistencia de espectadores. Junto a otros flujos de ingresos extra que han aumentado los ingresos anuales de este deporte a más de 10 000 millones de dólares, el nivel de la asistencia sigue siendo un buen medidor del estado de salud general del deporte. El béisbol es un deporte de sentidos. La vista y los sonidos se sienten con mayor intensidad en el estadio.

Después de ocho años con unos niveles de asistencia bastante estancados, el promedio del año pasado cayó por debajo de los 30 000 asistentes por partido, el de este año en los 1 947 partidos de la temporada es de 28 874 asistentes. Septiembre, habitualmente, no ayuda a mejorar esta cifra, ya que los niños vuelven a la escuela, pero la intriga de la carrera por el título de la Liga Nacional y los playoff de la Liga Americana podrían contribuir a una ligera recuperación.

Aun así, la mayor preocupación no son los equipos en la parte alta de la clasificación. Resulta que los hinchas de béisbol pueden ser consumidores más astutos de lo que los equipos creen o esperan. Siete equipos están teniendo cifras de más de 5 000 hinchas por partido esta temporada, y los siete están teniendo una temporada miserable, abrazando con toda rapidez la idea de que los equipos de las grandes ligas ya no necesitan gastar en jugadores independientes, o en algunos casos, tampoco en jugadores con cláusula de rescisión.

La asistencia a los partidos de los Miami Marlins ha descendido de 20 585 a 10 054.
La asistencia a los partidos de los Miami Marlins ha descendido de 20 585 a 10 054.

La asistencia promedio de los Miami Marlins ha descendido de 20 585 a 10 054, en parte debido a que bajo la gestión de Derek Jeter, la organización ahora informa de las cifras reales de asistencia, a diferencia de las cifras falseadas que acostumbraban a ofrecer Jeffrey Loria y David Samson. Detrás de ellos están los Toronto Blue Jays con una caída de 10 442 asistentes. Los Marlins garantizaron 3,25 millones a los agentes libres de las grandes ligas este invierno y han ingresado apenas la mitad con su única venta, Cameron Maybin, a Seattle. Los Blue Jays, que empezaron la temporada diciendo públicamente que querían competir por la victoria, pusieron todos sus 15 millones de dólares en fichar a Jaime García y Curtis Granderson.

Los Kansas City Royals y los Detroit Tigers son los siguientes en la lista, con una caída de más de 6 000 asistentes por partido y en el mercado de invierno desembolsaron 14 y 11,75 millones de dólares respectivamente. Los Baltimore Orioles esperaron hasta finales de marzo para gastar 57 millones de dólares en Alex Cobb, y ahora van camino de ser el tercer equipo de las 57 temporadas de 162 partidos en ganar menos de 50 partidos. Llevan un ritmo de 46 victorias y 116 derrotas. Los Royals no están mucho mejor, con 49 victorias y 113 derrotas.

Pittsburgh aseguró que gastaría cero dólares en agentes libres este verano. Los Pirates han perdido unos 500 esta temporada, jugando en el que posiblemente sea el estadio más bonito de la MLB y sigue teniendo la cuarta peor asistencia por partido en el béisbol, por delante de los desastrosos Miami y de dos equipos, Tampa Bay y Oakland, que juegan en estadios que deberían ser declarados en ruinas.

¿Sabes por qué? Porque los Pirates se han pasado el último cuarto de siglo tratando a sus hinchas con desánimo. Para bien o para mal, sea noble o innoble, intencional o accidental, las restricciones de la MLB sobre la capacidad de los equipos de gastar en jugadores ‒penalizaciones por superar un límite de aficionados nacionales e internacionales y la congelación de los jugadores liberados en el último invierno‒ tienen un efecto psicológico sobre los aficionados. Ven los sistemas con tope salarial de la NFL y la NBA como más justos, incluso si estos sistemas en realidad quitan poder a los jugadores.

Escribí sobre el desastre inminente de la asistencia a apenas tres semanas de comenzar la temporada, y varias personas sugirieron que yo estaba padeciendo el síndrome de Chicken Little. Que el clima era horrible, que eso cambiaría, que el deporte está en buena forma.

Y si bien en muchos aspectos el béisbol lo está, también hay problemas aparte de la falta de competitividad. La falta de pelotas. El tiempo que duran los partidos, un promedio de 3 horas y 4 minutos que es demasiado para muchos. El precio de las entradas, el aparcamiento, los hot dogs, las cervezas. Todo eso es real, y negar sus consecuencias sería ignorar una amenaza para el deporte. Por eso, la liga y los dueños de los equipos están discutiendo posibles soluciones.

¿Es esto lo que se necesita para estimular el mercado de agentes libres? ¿Reconocer que el retorno de las inversiones por los agentes libres no se manifiesta únicamente en las victorias sobre el reemplazo (WAR) sino en la mente intangible e inconmensurable del consumidor? ¿Los dueños de los 11 equipos con una asistencia de unas 100 000 personas dando el visto bueno a los ejecutivos para asumir los riesgos inherentes a la existencia de agentes libres?

Hubo una vez, que parecía como si…

  1. Cole Hamels iba a ser uno de los casi 200 agente libres disponibles en este mercado de invierno. Y aún puede. Hamels cumple 35 años este invierno y su salario la próxima temporada sería de 20 millones de dólares.

Por otro lado, lo que ha hecho desde que fichó por los Chicago Cubs cerca de la fecha límite hace que un acuerdo por un año y 20 millones de dólares parezca razonable, incluso cuando a él no le costaba nada rechazar la opción del club, dado que los Texas Rangers había acordado cubrir los 6 millones de dólares del coste una vez se firmara el acuerdo.

El lanzador de los Cubs, Cole Hamels, ha sido una incorporación tremenda para Chicago (AP).
El lanzador de los Cubs, Cole Hamels, ha sido una incorporación tremenda para Chicago (AP).

Lo más increíble en las cinco aperturas de Hamels con una efectividad de 0,79 carreras limpias es la cantidad de home runs que ha logrado: cero en 34 entradas. Con los Rangers, consiguió completar 23 de 114 entradas, el índice más alto de toda su carrera. En una época donde hacer hits de una sola base se ha convertido en expresión anacrónica, nada puede torpedear más la carrera de un lanzador que su tendencia a dejar de anotar home runs. Lo cual es una buena razón…

  1. Jacob deGrom puede haber superado a Max Scherzer en la carrera por el premio Cy Young de la Liga Nacional. A principios de esta semana, pregunté en Twitter qué lanzador merecía el premio en base a su rendimiento hasta la fecha. El primer lanzador fue Aaron Nola, que lo ha hecho increíble, el segundo es deGrom y el tercero, Scherzer.

El índice 0,41 de home runs por cada nueve entradas de deGrom es el mejor en el mundo del béisbol. El de 0,43 de Nola es el segundo. Trevor Bauer tiene el tercero, Patrick Corbin el cuarto y Chris Sale el quinto. Todos ellos aparecerán en la votación de los premios Cy Young de este otoño, porque en un deporte donde las carreras también se han convertido en lenguaje anacrónico, evitar home runs podría ser la mejor de las habilidades que un lanzador pueda tener.

Si esto se traduce en deGrom terminando en el primer puesto, es un tema aparte. Los votantes pueden penalizarlo por jugar en los Mets, lo cual parecería injusto, porque ya es suficiente penalización jugar en los Mets. Si jugara, digamos, con los Nationals o con los Phillies, el mejor registro de deGrom no sería 8-8. Pero es lo que hay.

Aquellos que crean que todo terminó en 2010 cuando Félix Fernández ganó el Cy Young de la Liga Americana con un registro de 13-12 deben recordar lo siguiente: fue sin lugar a dudas el mejor lanzador de la liga esa temporada. La competencia por deGrom es tan feroz que los votantes del Cy Young pueden tener difícil elegir entre…

  1. Ronald Acuña Jr. y su competencia. Recuerda que Juan Soto está haciendo cosas que no habíamos visto en jugadores de 19 años de las grandes ligas desde hace más de un siglo. Lo que hace Acuña es golpear mejor que nadie en las grandes ligas desde que despareció el All-Star.

Los dos últimos hits del domingo aumentaron su promedio de esta temporada a .290/.358/.570. Y en sus 36 partidos de la segunda parte de la temporada, Acuña está bateando a .341/.420/.732 con 14 home runs (segundo por detrás de Matt Carpenter), 31 carreras (segundo por detrás de Rougned Odor), 26 carreras impulsadas (octavo) y ocho bases robadas (quinto).

Tiene 20 años.

Esto es un recordatorio para aquellos que consideran exagerada la atención que rodea a Acuña en la pretemporada. No ha sido así. En este momento, es uno de los 50 mejores jugadores de béisbol, como mínimo, y puede estar entre los 25 primeros. El gran escaparate de competitividad de los Braves está ahí, y si bien una buena parte de este escaparate tiene que ver con un exceso absoluto de lanzadores jóvenes, las figuras centrales con Acuña, de 20 años, y Ozzie Albies, de 21 años. Atlanta está feliz de que los home runs de Acuña la estén llevando a conseguir el título de la NL East, todo lo contrario que…

  1. Kenley Jansen, quien está llevando a los Ángeles Dodgers a un pozo de desesperación por su predilección por permitir bolas largas. Jansen terminó el domingo con tres lanzamientos que habilitaron un home run. Son los primeros dos partidos perdidos para St. Louis. Los Dodgers se resarcieron en el tercer sábado contra San Diego, con una entrada extra que, sin embargo, no sirvió para calmar la preocupación por Jansen.

Ha recordado al principio de la temporada, cuando Jansen perdió su primer partido permitiendo un home run y desperdiciando un salvamento en el segundo. No está claro si hay alguna similitud más allá de eso, pero lo 10 home runs que Jansen ha conseguido esta temporada son el doble de los del año pasado, y la idea de que los Dodgers puedan seguir avanzando sin él después de esta temporada es dudosa.

El bullpen de los Dodgers ha sufrido durante su ausencia la irregularidad en el ritmo, y ahora están dos partidos y medio por detrás de Arizona y Colorado. Sin ser irremontable, es molesto, sobre todo porque también están por detrás de St. Louis, Milwaukee y Philadelphia para aspirar a la tarjeta de invitación. Sería un poco más fácil de digerir si el drama de los Dodgers fuera como el de…

  1. Cody Allen y los Cleveland Indians. Allen ha permitido 11 home runs, cinco desde que se jugara el partido de los All-Star, en el cual sus oponentes batearon .274/.348/.565 las pelotas lanzadas por él. Los dos home runs que permitió el sábado ‒a Ryan O’Hearn y Hunter Dozier‒ fueron especialmente brutales porque O’Hearn y Dozier son Royals, y no se supone que los Royals no deban pasar por encima de un equipo que está a 34 puntos y medio arriba de ellos en la clasificación.

A la izquierda, Yan Gomes de los Cleveland, y Cody Allen celebran la victoria frente a los New York Yankees el pasado mes de julio (AP).
A la izquierda, Yan Gomes de los Cleveland, y Cody Allen celebran la victoria frente a los New York Yankees el pasado mes de julio (AP).

El entrenador Terry Francona dijo que planea quedarse con Allen a pesar de tener a Brad Hand y Andrew Miller disponibles para terminar los partidos. Los Indians tienen una ventaja casi irremontable en la AL Central. Francona puede usar las cinco semanas que quedan de temporada para que Allen recupere la confianza o vuelva a evaluar cómo usarlo cuando haya situaciones de estancamiento en un partido.

Eso es lo que hacen los buenos entrenadores: no entran en pánico si no es necesario. Si los Indians se encontraran frente a una carrera ajustada, ¿volvería Allen a ser resolutivo? Probablemente no. Los Indians disponen del lujo del tiempo, algo que no le iría mal a…

  1. Aaron Judge y Gary Sánchez, pero no en el mismo sentido. Los New York Yankees no están en peligro de perder su clasificación para los playoff ‒Seattle va 8 puntos y medio por detrás‒, pero sus perspectivas de ganar dependerán mucho del estado de su bateador y de su indispensable receptor.

El pronóstico para Judge no es muy alentador. A finales de julio, se rompió la muñeca derecha con una bola rápida, y se esperaba que estuviera de vuelta en un mes, pero ni siguiera ha comenzado a tocar un bate por el momento. Y si tenemos en cuenta las dificultades de muchos jugadores para recuperar su nivel tras una lesión de muñeca, los temores de que Judge no sea como era antes cuando regrese en septiembre son bastante realistas.

Sánchez puede reincorporarse a los Yankees en una semana, y cuando comience a abanicar el bate por la Costa Oeste en Oakland y Seattle, eso podría ayudar a salvaguardar la ventaja de jugar como locales en el partido de clasificación. Aparte de los tres partidos que jugó antes de que se agravara su lesión en la ingle, Sánchez se perdió dos meses en los que dejó a los Yankees alternando entre Austin Romine y Kyle Higashioka. Concretamente, Romine lo ha hecho sobradamente bien, lo que demuestra la solidez de los New York, algo que…

  1. Matt Holliday ayudó a mostrar la temporada pasada. Recordemos que Holliday fue una revelación de la primera mitad del año en los Yankees, con un porcentaje de slugging de .877. Unos problemas que arrastraba le impidieron seguir así el resto de la temporada, y este invierno, no ha encontrado equipo, uno de las decenas de jugadores cuya edad asustaba a los equipos.

Con 38 años, el 29 de julio Holliday firmó un contrato con los Rockies, bateó la pelota en 66 apariciones entre la liga amateur Grand Junction y la Triple-A Albuquerque y llegó a Denver a lo grande, logrando un home run que rompió el empate el sábado y que mantuvo a los Rockies compartiendo la primera posición.

Con un Carlos González que está haciendo un buen año de regreso, un destacado David Dahl y un Charlie Blackmon haciendo cosas de Charlie Blackmon, es poco probable que Holliday tenga muchas oportunidades para batear más allá de lo necesario o quizás un eventual día en la primera base. Y eso para él es suficiente. Sigue siendo una gran historia: la estrella olvidada regresa al lugar que lo descubrió, hizo que se desarrollara, lo vio florecer y marcharse. Ahora ya es un veterano y cuenta con una gran carrera a sus espaldas ‒.299/.378/.511 con 315 home runs y 1 218 carreras impulsadas‒ y, quién sabe, si un poco más de magia por delante. Nunca se sabe, ya que…

  1. Kendrys Morales continúa enseñándome que hay que tener en cuenta a la vieja guardia. Morales tiene 35 años y el 1 de mayo, cuando parecía que no jugaría en ningún equipo de las grandes ligas, sugerí, con bastante contundencia, que los Toronto Blue Jays lo dejaran ir y dieran la oportunidad a Vladimir Guerrero Jr.

Los Blue Jays, no me sorprende, rechazaron la recomendación. Detrás de esto, la lógica era que Guerrero tendría más oportunidades para competir, que el contrato de Morales que continuaba hasta la temporada 2019 ya había sido amortizado. Desde hace tres meses, Morales ha registrado un porcentaje de sluggings de unos .950, y su último tramo fue el golpe de gracia.

El domingo, anotó un home run por séptimo partido consecutivo, empatando así con Barry Bonds, Jim Thome y Kevin Mench en la segunda racha más larga. Tres hombres comparten el récord: Ken Griffey Jr., Don Mattingly y Dale Long, los cuales anotaron home run en ocho partidos consecutivos.

Así que asumo mi error, Kendrys Morales, por haber dudado de ti, pero eso no quita que Vlad Jr. estaba y sigue estando en las grandes ligas, si bien resulta que también Morales. Aunque alcance el récord el lunes contra los Baltimore, su partido del martes no será el más importante para un Blue Jay, porque…

  1. Está programado que Josh Donaldson vaya a una cita de rehabilitación. Una vez lo haga, los Blue Jays pueden ponerlo en exención, lo cual abriría la posibilidad de negociar con él.

Josh Donaldson de los Toronto Blue Jays en el banquillo antes del partido de béisbol contra los Philadelphia Phillies del domingo 27 de mayo de 2018 jugado en Filadelfia (AP).
Josh Donaldson de los Toronto Blue Jays en el banquillo antes del partido de béisbol contra los Philadelphia Phillies del domingo 27 de mayo de 2018 jugado en Filadelfia (AP).

Ahora, algunas cosas a tener en cuenta. Lo primero, a Donaldson el equipo le debe 4,8 millones de dólares por el resto de temporada, y sin un buen rendimiento, no hay muchas posibilidades de que un equipo lo quiera. En caso de que Donaldson acepte la exención, entonces podría ser fichado por cualquier equipo.

Aunque puede que Toronto tampoco tenga muchos incentivos para negociar con él. Además del hecho de que seguramente tenga que pagar parte del salario de Donaldson, la posibilidad de que un equipo ofrezca algo decente para él también es baja. Si tenemos en cuenta que Toronto puede ofrecerle la posibilidad de una clasificación y de esa forma calificar alto en el draft para firmar con otro equipo, lo más improbable de todo es que Toronto supere el valor que pueda llegar a tener en el draft.

Cosas más extrañas han sucedido. Esto es béisbol. Es una carrera en toda regla. Los equipos pueden llegar a la desesperación. Cuando los Cubs negociaron por…

  1. Cole Hamels, no esperaban que cinco lanzamientos después estuvieran barajando la idea de traerlo de vuelta el próximo año. Pensaron que los Rangers no enviarían los 6 millones de dólares para ejecutar la opción de compra, les agradecerían su contribución y se lavarían las manos.

Y sin embargo, aquí están, agradecidos, especialmente con Yu Darvish en lo que va de temporada. La próxima apertura de Hamels es el martes contra deGrom y la miserable capacidad ofensiva de los Mets, y la siguiente es en Washington contra unos Nationals que vienen de perder tres partidos consecutivos. Esta racha suya, recordando su paso por los Phillies, puede que siga algún tiempo más.

Entonces, a pesar de que los Cubs no reciban los 6 millones de dólares, si eligen la opción de recuperarlo, según fuentes cercanas, es algo que sigue estando dentro del rango de posibilidades. Las opciones de lanzadores liberados disponibles en este mercado de invierno no son demasiado buenas. No existe tal cosa como un mal contrato de un año, reza el viejo dicho beisbolístico. Y si el resto del mundo del béisbol ve lo que ha ocurrido este año y lo toma como una señal para empezar a gastar, ese costo de 20 millones de dólares puede no verse como algo tan malo.

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