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La disfunción táctica de Benzema

Karim Benzema is getting better every day for Real Madrid, coach Zinedine Zidane said after his side’s draw with Tottenham –Omnisport
Karim Benzema is getting better every day for Real Madrid, coach Zinedine Zidane said after his side’s draw with Tottenham –Omnisport

El Real Madrid cosechó un nuevo empate en el Santiago Bernabéu, esta vez en Champions League ante el Tottenham, con lo que su estadística en casa esta temporada nos deja un paupérrimo bagaje de tres victorias (Barça, APOEL y Espanyol) tres empates (Valencia, Levante y Tottenham) y la sonada derrota ante el Betis. El contrapunto lo pone el propio equipo fuera de su feudo, donde acaba de batir el récord de la Liga con 13 triunfos consecutivos y donde este año cuenta todos sus partidos por victorias.

Las razones de este pobre arranque de temporada son múltiples y ninguna concluyente por sí misma. El equipo de Mauricio Pochettino puso en serios aprietos a los blancos, sobre todo en dos mano a mano de Kane y Erickssen en la segunda parte que desbarató con grandeza un Keylor Navas inspiradísimo. Pero un arbol no debería ocultar el bosque. Los de Zidane salieron al partido muy enchufados. Ronaldo reamtó al palo en el minuto siete y el rechze le quedó franco a un Benzema que, como ya ocurriera en el minuto 87 del partido ante el Valencia, hizo lo más difícil: tirar el balón fuera con la portería vacía.

Los blancos manejaron el encuentro con soltura en la primera parte, en la cual Ronaldo volvió a tener una gran ocasión que salió rozando el palo derecho de Lloris, pero fue Rafa Varane quien anotó el primero en su propia meta, en una jugada calcada a la del fin de semana anterior ante el Getafe. Harry Kane estaba en fuera de juego al conectar el balón con el tacón y forzar a que el central francés introdujera el cuero en su marco, pero el tanto subió al marcador.

No desesperó el Real Madrid, que se entregó a Modric e Isco. Los conductores del tren merengue dieron reposo y sentido a cada jugada de ataque y así se trenzó la combinación que acabó con penalti de Davinson Sánchez a Kroos para que empatara Ronaldo desde el punto de fatídico al filo del descanso

Tottenham fought well to earn a 1-1 draw with Real Madrid, a result goalkeeper Keylor Navas did not want to accept.
Tottenham fought well to earn a 1-1 draw with Real Madrid, a result goalkeeper Keylor Navas did not want to accept.

Tras el parón el Real Madrid volvió entonado, pero fallón arriba. Benzema no acertó en un cabezazo a quemarropa que salvó Lloris con el pie in extremis. Ronaldo se puso el mundo por montera y se deshizo de cuatro contrarios, incluido un espectacular autopase final ante el expeditivo Sánchez para perfilarse al disparo, pero una vez más fue Lloris quien salió victorioso del duelo. Un tiro desde dentro del área de Isco estuvo cerca de colarse en la meta del francés y otro cabezazo de Benzema no encontró nadie que lo remachara en el área pequeña, y a partir de ahí el Real Madrid (cosnciente o subconscientemente) se desinfló.

Los de Pochettino, amarrados atrás por su línea de cinco defensas pero rapídisimos en el contrataque, desarbolaron una defensa blanca que anda desconcertada. La paciencia se acaba cuando Ronaldo y Benzema no aciertan arriba, el equipo termina por descomponerse en el medio y los rivales (más aun sin son de categoría, como el Tottenham) son capaces de encontrarle las costuras a la retaguardia blanca.

Benzema como quinto medocampista rompe el esquema

Y es que quizás el mayor problema del Real Madrid en estos momentos sea su histórico desequilibrio, aunque en este caso con un matiz diferente. Si con la BBC el equipo jugaba al galope y confiaba su destino al acierto goleador de sus hombres de ataque, con el ingreso de Isco en el mediocampo el equipo sufre ahora un agobiante exceso de centrocampismo.

Nadie discute la necesidad de poblar el mediocampo en este momento. El 4-4-2 con el cual Zidane recompuso al equipo el año pasado tras la lesión de Gareth Bale brindó una Champions League ganada de forma brillante y por aplastamiento a equipos duros como el Bayern Munich, Atlético de Madrid y Juventus, pero ese equipo también contaba con la inspiración de un Ronaldo desatado que convertía en gol todo lo que tocaba.

Benzema también andaba mucho más suelto, pues se sentía agraciado de cara al gol. Eso significaba que los blancos ponían en escena un claro 4-4-2 que balanceaba al equipo en lo táctico y que le daba dosis equitativas de músculo, toque y remate arriba. Ahora las cosas han cambiado.

Ronaldo ha vuelto gripado de cara al gol. Más allá de los cinco tantos que lleva en Champions League, sus números en Liga tras su sanción dejan mucho que desear y, a juzgar por todas las claras ocasiones con las que ha contado, el luso debería estar cerca de la veintena de goles a estas alturas del campeonato. Benzema por su parte se siente peleado con el gol también y, como Ronaldo, no tanto por sus estadísticas (dos goles en cuatro partidos, en su línea histórica como jugador merengue) si no por la cantidad de ocasiones clamorosas que ha desperdiciado y que le podrían haber encumbrado como el gran triunfador del equipo en este arranque de campeonato.

Esta falta de gol del delantero galo le ha hecho retrasarse en el campo para intentar ser más efectivo, pero cuando en el terreno confluyen Isco, Modric, Kroos y el propio Benzema se retrasa, la conglomeración de tráfico hace que la circulación del balón sea excesivamente lenta, que la imaginación brille por su ausencia y que encima se pierda presencia en ataque.

No es sorprendente pués que el mejor partido hasta el momento de Benzema haya sido el de Getafe. Con Isco y Modric en el banquillo, el equipo comandado por Kroos y Casemiro, y las bandas bien pobladas con Lucas y Asensio, el francés campó a sus anchas por el terreno del mediapunta, se asoció con todos, encontró a Ronaldo, y se sintió pletórico de fuerzas para inventar cerca del área y llegar inspirado al remate.

Tottenham coach Mauricio Pochettino applauds next to Real Madrid’s head coach Zinedine Zidane during a Group H Champions League soccer match between Real Madrid and Tottenham Hotspur at the Santiago Bernabeu stadium in Madrid, Tuesday Oct. 17, 2017. (AP Photo/Paul White)
Tottenham coach Mauricio Pochettino applauds next to Real Madrid’s head coach Zinedine Zidane during a Group H Champions League soccer match between Real Madrid and Tottenham Hotspur at the Santiago Bernabeu stadium in Madrid, Tuesday Oct. 17, 2017. (AP Photo/Paul White)

Zidane tiene ahora que tomar cartas en el asunto. En sus dos años al frente del club ha mostrado una gran capacidad de autocrítica, encontrando siempre soluciones tácticas a los problemas más complicados. Nada más llegar gestionó a la perfección la salida del once de James Rodríguez y la explosión de Casemiro como titular indiscutible. El año pasado se sacó al mejor Isco de la chistera para balancear al equipo en lo táctico. Incluso ha sabido reacomodar a Ronaldo más cerca del área para que no sufra tanto desgaste jugada a jugada.

En estos momentos, el desajuste táctico de los blancos es evidente y la presencia de Benzema como quinto centrocampista complica la labor de todos en ataque y les frustra a la hora de replegarse en defensa.

Por supuesto que todo podría excusarse con las pifias frente al arco contrario de Benzema e incluso de Ronaldo, pero eso sería hacer de menos el problema evidente que se le presenta al Real Madrid. Por esa regla de tres, también se podría alegar que el partido ante el Tottenham pudo acabar en sonrojante derrota para los blancos de pitar el árbitro el penalti de Casemiro sobre Llorente con 0-0 en el marcador, o de haber acertado los Spurs en alguno de los mano a mano que salvó Navas.

Es el momento de actuar, pues la Liga aun está a tiro y en la Champions la clasificación está más que encarrilada. Zinedine Zidane lo ha hecho antes y ahora debe volverlo a hacer.

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