La desgarradora decisión de un hospital de Texas de enviar a casa a pacientes de covid-19 sin opción de sobrevivir

El Condado Starr, en Texas y fronterizo con México, se encuentra en una situación desesperada a causa de la rudeza de la pandemia de covid-19. Allí, un área mayormente rural y con escasa infraestructura hospitalaria, los casos de coronavirus se han disparado, saturado la capacidad para atender a los pacientes y forzado a los médicos a tomar la durísima decisión de elegir, a quienes sí y a quienes no, atender en función de sus posibilidades de supervivencia.

La situación en el Condado Starr, que tiene una población 95% hispana, era muy diferente hasta hace algunos meses. Como relata el periódico Fort Worth Star-Telegram, en los primeros momentos de la pandemia el Condado de Starr manejó de modo exitoso al covid-19 y por decisión de las autoridades locales se estableció un plan de quedare en casa, con uso de mascarillas y distanciamiento social a amplia escala y aplicación de exámenes de diagnóstico a todo el que lo solicitara, lo que mantuvo los casos de coronavirus allí en cantidades mínimas.

Personal médico atiende a un paciente de covid-19 en un hospital en la región del Valle Rio Grande, en el sur de Texas y fronteriza con México, donde la capacidad hospitalaria se ha saturado ante el auge de la pandemia, (Getty Images)
Personal médico atiende a un paciente de covid-19 en un hospital en la región del Valle Rio Grande, en el sur de Texas y fronteriza con México, donde la capacidad hospitalaria se ha saturado ante el auge de la pandemia, (Getty Images)

De acuerdo al Texas Observer, meses atrás se registraron solo unos cuantos casos de covid-19 y la enfermedad se encontraba contenida.

Tanto que abril pasado, mientras en ciudades como Nueva York se vivía el impacto terrible de la pandemia, el Condado Starr fue destacado como un modelo a seguir. “Estamos muy orgullosos en este momento de que nuestros números [de contagios de covid-19] son muy bajos, considerando que somos una población en riesgo, hay disparidad de los servicios médicos y nuestra población es de bajo nivel socioeconómico”, dijo entonces a NBC News Joel Villarreal el alcalde de Rio Grande City, la principal ciudad en esa región fronteriza con México.

Solo unos 30 casos de coronavirus se contabilizaron en el Condado Starr hasta mayo.

Pero luego el gobernador de Texas, Gregg Abbott, ordenó la reapertura de las actividades en el estado, y su autoridad suplantó las decisiones de los gobiernos locales. Así, las medidas contra el covid-19 se relajaron y los contagios comenzaron a subir aceleradamente en junio y julio.

La pandemia pronto se agudizó en el Condado Starr, uno de los más pobres de Texas, y los contagios se volvieron un incendio imparable. De acuerdo al Star-Telegram, el único hospital en la región está desbordado. En las últimas semanas los casos registrados se han incrementado en 3000%, según el Observer.

De acuerdo al Star-Telegram, con una población de 61,000 personas se han registrado en esa localidad más de 1,700 casos y los enfermos rápidamente saturaron la capacidad hospitalaria local, que era tenía solo 8 camas para atención de pacientes con covid-19 que luego expandió hasta 29 camas.

El Condado ha ordenado de nuevo a la población quedarse en casa y las escuelas no abrirán sino hasta el 27 de septiembre.

Pero todo ello ha resultado insuficiente y las autoridades sanitarias locales han debido establecer lineamientos especialmente dramáticos. Ante la escasez de recursos y la oleada de enfermos, se ha decidido que un comité de médicos evalúe a los pacientes, para determinar quiénes tienen más posibilidad de sobrevivir, y enfocar en ellos su atención, ya sea en su hospital local o transfiriéndolo a otra ciudad u otro estado con mayores recursos médicos.

Las personas que son consideradas sin posibilidad de salvarse son enviadas de vuelta a casa para que pasen sus últimos días con sus familiares.

“La situación es desesperada… No podemos seguir funcionando en el Hospital Memorial de Condado Starr ni en nuestro condado en el modo como las cosas se han dado. Las cifras [de contagios y hospitalizaciones] son pasmosas”, dijo el jefe sanitario del Condado Starr, José Vásquez.

Ante la severidad de la crisis, equipos médicos de la Marina de Estados Unidos acudirán al Condado Starr, y otros condados del sur de Texas, para asistir en la atención de pacientes con covid-19. Y varios pacientes han debido ser trasladados a hospitales en otras ciudades para recibir atención y tratar de salvarles la vida.

Para muchos, con todo, esa ayuda llegará demasiado tarde y, de acuerdo a Vásquez, “para los pacientes que con más certeza no tienen esperanza de mejorar, ellos serán mejor tratados por su propia familia en casa en lugar de morir solos a miles de millas en un cuarto de hospital”.

Una decisión que nadie habría deseado tener que tomar y que es siempre dolorosa, pero que dada la insuficiencia de personal y recursos médicos ha resultado, al parecer, inevitable en el Condado Starr.

No es el único caso. En Arizona también se han establecido lineamientos para que, en caso de desbordamiento de la capacidad hospitalaria, los médicos tomen esas extremas decisiones sobre a quién dar atención y a quién no. Y esa terrible situación pende sobre toda área cuyos hospitales llegan a la saturación mientras los enfermos los desbordan y arrecian los contagios.

Todo ello es una muestra más de la cruda tragedia que ha significado el covid-19 y, para muchos, ello ha sido el ominoso resultado las decisiones de reapertura prematura y acelerada que se han dado en varios estados.

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