La más escandalosa sumisión de Sheinbaum con López Obrador

Mexican President Andres Manuel Lopez Obrador (R) hugs Mexico City's Mayor Claudia Sheinbaum after presenting his government report, at the Zocalo square in Mexico City, on July 1, 2019. - Lopez Obrador celebrates the first anniversary of his election victory with a report that ensures that economy rates will be very positive despite disappointing indicators. (Photo by RONALDO SCHEMIDT / AFP)        (Photo credit should read RONALDO SCHEMIDT/AFP via Getty Images)
Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México y Andrés Manuel López Obrador, presidente de México. | Foto: RONALDO SCHEMIDT /AFP via Getty Images)

´El derrumbe de la Línea 12 del Metro y la pérdida en las elecciones en nueve de las alcaldías de la Ciudad de México son acontecimientos que sacudieron el futuro político de Claudia Sheinbaum. Con uno quedó cuestionada su capacidad administrativa y de gestión para mantener en operación al más importante medio de transporte de la CDMX. Que la oposición le arrebatara nueve alcaldías puso en evidencia el descuido político en el que incurrió en la capital del país, considerada como el más importante bastión electoral de López Obrador.

El saldo de 26 muertos y ochenta heridos significó una carga para el gobierno de Claudia Sheinbaum. Por extensión, afectó a Marcelo Ebrard, promotor de la Obra, y a los gobiernos anteriores, que no destinaron recursos financieros suficientes para la renovación permanente del sistema.

Desde el primer día de la tragedia, la Jefa de Gobierno manifestó que se llevaría a cabo una investigación a fondo para ubicar a los responsables y que estaría a cargo de una empresa internacional, especializada en el análisis de este tipo de eventos. La empresa noruega DNV entregó su primer informe y reveló que había “vicios ocultos”, que apuntaban hacia la responsabilidad de las empresas constructoras.

Una de las empresas constructoras de la Línea 12 es propiedad del empresario Carlos Slim, que se reunió recientemente con el presidente López Obrador y Claudia Sheinbaum y le manifestó su voluntad para rehabilitarla.

La aceptación de Carlos Slim de solventar los “vicios ocultos” de la Línea 12, implican el reconocimiento de la responsabilidad de su empresa, también exculpa de responsabilidad a Claudia Sheinbaum y en menor medida a Marcelo Ebrard, que resulta beneficiado al “diluirse” su responsabilidad política por haber presionado para la pronta terminación de lo obra que, aparentemente, precipitó la mala calidad en su construcción.

El problema no ha terminado, está en las primeras etapas de su solución. La intervención de Claudia Sheinbaum solo será presencial porque el presidente López Obrador ha tomado el asunto en sus manos.

La jefa de gobierno Claudia Sheinbaum informó que será el presidente Andrés Manuel López Obrador el único que dé a conocer los acuerdos que se alcancen con las constructoras para la rehabilitación de la Línea 12 del Metro. “Eso lo va a seguir informando el presidente, es un acuerdo que tenemos entre todos, que sea una sola información, que no demos informaciones por partes”.

Es posible afirmar que la intervención del presidente López Obrador puso a salvo, por el momento, a sus dos cercanos colaboradores. El precio que tienen que pagar es la sumisión, en el caso de Claudia Sheinbaum, significa recibir el trato que hace años daban el Presidente los regentes del Departamento del Distrito Federal. Es como si los ciudadanos de la CDMX no la hubieran elegido. Cosas del presidencialismo.

El otro tema que disgustó al presidente López Obrador fue que Claudia Sheinbaum hubiera fracasado en las elecciones de nueve de las alcaldías de la CDMX. En la mañanera el presidente responsabilizó a los medios y a sus adversarios de llevar a cabo una campaña contra su gobierno y articuló un discurso en contra de las clases medias, que habitan en las alcaldías que votaron por el PAN, PRI y PRD, y les dice insensibles, ambiciosas, faltas de solidaridad, aspiracionistas y demás, por haber validado con su voto la propaganda de sus adversarios.

En los hechos López Obrador está operando para “solucionar” el problema político que significa para él, que la capital del país este dividida y que una mitad sea gobernada por sus opositores. Da la impresión de que Claudia Sheinbaum fue la única que creyó en aquella demanda que hace algunos meses el presidente hizo a los gobernadores para que no intervinieran en las elecciones.

Por estos días se está llevando a cabo una reestructuración de Morena en la CDMX, con la intención de recuperar la plaza. Por instrucciones del presidente López Obrador se incorporarán al equipo de trabajo de Sheinbaum, Víctor Hugo Romo, que perdió en la Miguel Hidalgo, y Vidal Llerenas, de Azcapotzalco, ambos cercanos a Gabriel García Hernández, excoordinador de delegados estatales (deja ese cargo para irse al Senado) y operador electoral del presidente. Asimismo, se anunció el fortalecimiento de las políticas sociales locales y federales en toda la zona metropolitana de la CDMX.

En los hechos, la capacidad de maniobra política de Claudia Sheinbaum quedó disminuida por la intervención presidencial que le puso como enclaves a dos de sus incondicionales con oficio político.

La manera que la jefa de Gobierno encontró para brincar los dos problemas, que pusieron en riesgo sus aspiraciones en la sucesión presidencial, fue aceptar y someterse a las instrucciones del presidente. Equivale a reconocer que su mentor tiene la razón y que está dispuesta a dejarse guiar.

El hecho de que Claudia Sheinbaum aparezca en el tablero político actual como un peón, hace que el voto ciudadano que la llevó al poder no tenga sentido, cuando renuncia a la dignidad que le otorgaron los ciudadanos. El presidente la avasalla y ella sonríe. Es la ambición de poder en acción.

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