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El Tour confinado

Mont Aigoual (Francia), 3 sep (EFE).- El Tour de la COVID-19 tarda en salir del letargo y, a punto de completar su primer tercio, parece confinado, con la brega de los favoritos en cuarentena y sin dejar el espectáculo que se espera.

Pese a que los organizadores habían ideado una primera semana llena de montaña, con oportunidades para ataques y aventuras, los pretendientes al podium de París han preferido mantener sus cartas a salvo y no gastar fuerzas.

Los Pirineos, con dos etapas de alta montaña pero sin final en alto, aparecen en el horizonte como una nueva oportunidad para comenzar las hostilidades y sacar del confinamiento a la carrera que, por ahora, ha dejado pocas señales.

La carrera llegará a su primer gran macizo con un líder de circunstancias, el británico Adam Yates, que confiesa que no aspira a ganar el Tour, solo etapas.

A 3 segundos está el esloveno Primoz Roglic, el único que ha dejado constancia de sus fuerzas, con su triunfo en Orcières-Merlette, un ataque tardío y poco concluyente que, sin embargo, demostró que atrás quedaron los problemas físicos que le obligaron a abandonar en la pasada Dauphiné.

LOS FAVORITOS EN 20 SEGUNDOS

El resto de los rivales para la general están en un margen de 20 segundos, una clasificación esculpida más por las bonificaciones que por auténticas diferencias en la meta.

En ese paquete están el esloveno Tadej Pogacar, los colombianos Egan Bernal, Nairo Quintana, Miguel Ángel López y Rigoberto Urán, el francés Thibaut Pinot y los españoles Mikel Landa y Enric Mas.

Ninguno ha movido por ahora la carrera, en la que los pocos movimientos que se han visto han demostrado que el Ineos de Bernal y el Jumbo de Roglic rebosan de energía y no están dispuestos a permitir que la carrera se descontrole.

El Tour, que tuvo que retrasar dos meses su salida por culpa de la pandemia, se ha lanzado sin evidencias sobre el estado de forma de los ciclistas, porque apenas han podido competir antes de su inicio.

Frente a las acusaciones de exceso de tacticismo, los ciclistas se defienden y aseguran que el pelotón rueda a un ritmo muy rápido, lo que dificulta los ataques.

SIN REFERENTES TRAS EL CONFINAMIENTO

"Es difícil seguir el ritmo, tras el confinamiento todas las carreras están siendo muy agresivas", aseguró el kazako Alexey Lukasenko tras imponerse en el Mont Aigoual.

Una sensación que el ciclista de Astana ya tuvo en la pasada Dauphiné y que le lleva a pensar que los corredores desconocen las reservas que tienen para aguantar las tres semanas de carrera, por lo que prefieren economizar fuerzas mientras puedan.

Lo mismo piensa el británico Yates, que pese a ir vestido de amarillo sigue repitiendo que su objetivo pasa por ganar etapas, pero que para lograrlo no quiere dar ni una pedalada de más en las etapas donde no sea necesario.

"Hay miedo a precipitarse, pegarse un calentón y perder tiempo", aseguró Landa, que también considera que el pelotón está rodado "a toda velocidad", lo que atenaza los ataques.

"Cuanto menos se desgasten ahora los equipos, mucho mejor", indica el experto Alejandro Valverde, mientras que su compañero en el Movistar Enric Mas se solivianta contra quienes sostienen que en el Tour se está rodando despacio: "Si estuvieran encima de la bici no dirían eso".

Pirineos aportará, de nuevo, elementos sobre este Tour que la pandemia ha convertido en el más peculiar de la historia. Tras un primer contacto con las cumbres, la alta montaña impedirá que nadie se esconda detrás de la mascarilla y el Tour tendrá que empezar algún día a desconfinarse.

Luis Miguel Pascual

(c) Agencia EFE