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#JuegaComoNina, la niña mexicana que cautivó a la gente por una beca del Barça

Imagen tomada de Twitter
Imagen tomada de Twitter vía @adriana_patlan

Por Estefanía Camacho

Es el día 11 del Mundial de Futbol Femenino 2019 en Francia y aún hay personas despistadas en las redes sociales que preguntan quién juega, si se transmite en vivo, dónde los pueden ver y si México clasificó.

México, sin representación en Francia, ha vivido una inusual semana en el deporte femenil:

Primero, la emoción por Nina: una niña en San Luis Potosí que competía con tres niños más de manera virtual en la revista Qué Tal por una beca para una clínica del Barcelona. En redes sociales todas se movilizaron para votar por ella e hicieron el Hashtag #JuegaComoNina.

En los últimos días de la votación, la campaña se reforzó porque los votos para ella y por otro contrincante se dispararon, lo que la posicionaba en segundo lugar.

Algunas mujeres en redes sociales le dieron seguimiento y dijeron que reportaron anomalías en los votos que recibía el otro contrincante, así que mantuvieron registros para tener pruebas en caso de que se tratara de trampa.

Trampa: esa palabra tan tabú en el deporte. Al final, Nina ganó. Miles de personas votaron por ella y creyeron en su capacidad futbolística. Ella emitió un video en donde agradece a todas las personas que hicieron posible eso.

Segundo: en esos mismos días en redes sociales las mujeres ejercieron presión contra la marca Vans en México porque la marca de artículos para skating ofrecía a las mujeres 88 mil pesos menos en primeros lugares en comparación con los hombres en una competencia de skate. A estas alturas es una vergüenza. La categoría varonil ganaría 100 mil pesos y la femenil 12 mil pesos.

La peor parte fue que salieron varios hombres a defender esta decisión (no trabajan en Vans ni son sus voceros) justificando -lo mismo que en el futbol- que las personas veían menos las categorías femeniles y que los patrocinadores apoyaban más a los hombres que a las mujeres y por eso recibirían menos dinero. ¿Cómo va a ser ese un argumento válido? ¿Entonces habrá que voltear a verlas? ¿Y a los patrocinadores exigirles igualdad? ¿Por qué el triunfo de un hombre valdría monetariamente más que el de una mujer?

De nuevo se crearon campañas para cuestionar a Vans por esta medida tan sexista y finalmente rectificaron. Vans México admitió que fue un "error en la distribución de los premios de los primeros tres lugares entre géneros". La marca ofreció una disculpa y sólo hasta después de las críticas decidieron dar 100 mil pesos a los ganadores de ambas categorías.

Es cierto que no llevamos la ventaja que la historia varonil en los deportes y que eso ha rezagado el apoyo económico en las mujeres en los deportes, pero también es cierto que la euforia de jugar y de verlas en las contiendas deportiva ya sobrepasaron a ese presupuesto destinado, a los patrocinadores y a las credenciales de transmisión. Se durmieron creyendo que por más décadas no íbamos a prestarles atención y ahora los patrocinadores, las marcas y los medios tienen que apresurarse a cerrar esa brecha.

Hay, sin embargo, argumentos obsoletos que muchas personas creen que justifica su machismo y que increíblemente se siguen repitiendo: que la biología nos hizo diferentes y por eso las mujeres jugamos -a sus ojos- mal, lento o poco asertivas. Que el Mundial Femenino no es de calidad. Que nadie lo está mirando. La crítica siempre se vale, pero así como quieren elevar (más) el nivel de juego, eleven su calidad de debate.