Jaguares XV. El bote al que apela el rugby profesional argentino en la pandemia

Jaguares XV, durante una de las sesiones de entrenamiento; la Súper Liga comenzará el 16 de marzo.
Jaguares XV, durante una de las sesiones de entrenamiento; la Súper Liga comenzará el 16 de marzo.

La imposición del sufijo “XV” al nombre de un seleccionado o combinado denota, en el rugby, un carácter excepcional, temporario. Sudamérica XV fue la denominación del combinado con que la Argentina viajó a Sudáfrica en 1982 y derrotó por primera vez a los Springboks, en medio del boicot de la IRB al Apartheid. Muchos de los primeros seleccionados que visitaron nuestro país lo hacían bajo ese título (Irlanda XV, Nueva Zelanda XV), porque para ellos no representaba un partido oficial. En 10 días comenzará la Súper Liga Americana de Rugby (SLA) y la Argentina tendrá como representante a Jaguares XV. Se entiende que no es el mismo equipo que participó los últimos cinco años del Súper Rugby. No es más el equipo que reunía a los mejores y determinaba, salvo excepciones, al seleccionado de los Pumas. No obstante, no deja de ser el único equipo profesional del país, con todo lo que ello implica.

La existencia de Jaguares XV apuntala varios objetivos que persigue el rugby argentino aunque acarrea, desde su gestación, algunos inconvenientes. Se trata de un equipo signado por la pandemia. Como tal, es de carácter transitorio.

De un lado, a partir del desmembramiento de Jaguares y la partida de la gran mayoría de sus jugadores al rugby ultraprofesional europeo, Jaguares XV resulta fundamental para dotar a los mejores jugadores que quedaron en país de un nivel de competencia superior al que obtienen en el rugby de clubes, de una dedicación full-time al entrenamiento físico y técnico y de un estilo de vida afín al de un jugador de rugby profesional. Y si bien la base del seleccionado de los Pumas quedó conformada por aquellos que actúan en clubes de Europa, no alcanza para conformar un plantel completo, por lo que es necesario tener a un un grupo de recambio listo para entrar en acción en el máximo nivel. Además, cumple un rol clave en la formación y desarrollo de jugadores jóvenes, potenciado en este momento todavía más por la ausencia de competencia internacional en la categoría de menores de 20. Finalmente, es clave en el impulso al desarrollo de la región de Sudamérica, que podría ser favorable en el largo plazo.

Nacho Fernández Lobbe, ante la misión de darle rodaje a Jaguares XV
Nacho Fernández Lobbe, ante la misión de darle rodaje a Jaguares XV


Nacho Fernández Lobbe, ante la misión de darle rodaje a Jaguares XV

“Mi equipo tiene como primera función formar jugadores”, afirmó el entrenador Carlos Ignacio Fernández Lobbe. “Buscamos desarrollar jugadores jóvenes pensando en que, en algún momento, puedan vestir la camiseta de los Pumas. Entre los 30 elegidos hay muchos jóvenes que están dando sus primeros pasos”.

No obstante, la creación de este equipo, denominado Ceibos en el inconcluso 2020, también despertó resistencia en varios sectores. Las facciones más tradicionalistas aducen que, al representar un incentivo para que los jugadores se orienten al rugby profesional, socava los valores del amateurismo. Los clubes, especialmente de Buenos Aires, protestaron por la sangría de jugadores que les provocaba. Además, la crisis económica que atraviesa la Unión Argentina de Rugby hizo que el carácter profesional quedara relativizado.

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Jaguares XV comenzará el 16 del corriente su participación en la Súper Liga Americana. La versión 2020 quedó trunca apenas disputada una fecha y media (tres partidos en total). La Argentina se había presentado con Ceibos, un equipo con gerenciamiento mixto: la parte deportiva a cargo de la UAR, la comercial a cargo de un privado (Fernando Riccomi) y la sede en Córdoba. La sociedad terminó con un rompimiento unilateral del contrato y un juicio en puertas. Ahora la UAR tiene el control absoluto, aunque también debe afrontar todos los gastos.

Los dos partidos que disputó Ceibos dejaron en evidencia que estaba un escalón por encima del resto. Esta vez, se espera que el nivel general se eleve: Jaguares XV tiene el refuerzo de un puñado de jugadores con experiencia en Pumas y el Súper Rugby y los demás equipos se nutrieron de un buen número de argentinos. La reglamentación que impedía a los equipos extranjeros contratar a más de dos jugadores de cada club de Argentina quedó trunca. Jaguares XV es amplio favorito a quedarse con el título.

“Somos la cara visible de la región”, aceptó el ex segunda línea de los Pumas. “La idea es dar un lindo espectáculo, con un rugby dinámico. Que sea lo más llamativo para poder ver”.

Con la ruptura con Ceibos, la UAR logró conservar viva la marca Jaguares, que comercialmente resultó redituable en el marco del Súper Rugby, aunque entre la pandemia y los affaires por el asesinato de Fernando Báez Sosa y los tweets racistas de los Pumas, los sponsors están en fuga. El presupuesto de la UAR se achicó aproximadamente en un 66% respecto del de 2019 y se vio forzada a hacer recortes. Así, de los 42 jugadores que participaron la pretemporada sólo percibieron ingresos los que venían del Jaguares original y ya tenían contrato firmado con la UAR (Ezcurra, Gorrissen, Ortega Desio, por citar algunos). Las jornadas de entrenamiento comienzan bien temprano a la mañana y al mediodía los jugadores quedan liberados, de modo de no tener que costear el almuerzo. Los 30 seleccionados por Fernández Lobbe para viajar a Chile y Uruguay, donde se jugará encapsulada la Súper Liga, cobrarán sólo por el lapso que se prolongue el certamen; la final está estipulada para el 15 de mayo.

Martín Vaca trata de escapar de un tackle de Sebastián Cancelliere, en una práctica.
Martín Vaca trata de escapar de un tackle de Sebastián Cancelliere, en una práctica.


Martín Vaca trata de escapar de un tackle de Sebastián Cancelliere, en una práctica.

El fortalecimiento de la región es un objetivo accesorio y cuyos beneficios recién se apreciarán en el largo plazo. El certamen contará con equipos de Uruguay (Peñarol), Chile (Selknam), Brasil (Cobras), Paraguay (Olimpia) y Colombia (Cafeteros Pro). Todos países que, en distinto grado, han crecido mucho en los últimos años. La Súper Liga Americana representa un paso más en este ascenso.

El objetivo final es que no sea necesario tener un segundo equipo instalado en Sudáfrica u Oceanía, como ocurrió con Pampas XV entre 2009 y 2015, o como Jaguares XV en la segunda división de la Currie Cup sudafricana en 2019. Entretanto, esta copa sigue siendo una buena alternativa para que estos jugadores tengan competencia en la segunda mitad del año. En cambio, la posibilidad de instalarse en la Liga Celta (o Pro14), resulta utópica. A menos que se lo haga con un socio capitalista, difícil después de la experiencia de Ceibos.

Felipe Ezcurra, uno de los integrantes de Jaguares XV para la Súper Liga.
Felipe Ezcurra, uno de los integrantes de Jaguares XV para la Súper Liga.


Felipe Ezcurra, uno de los integrantes de Jaguares XV para la Súper Liga.

Desde que en 2007 se aceptó el profesionalismo en la Argentina, el mayor problema fue encontrar competencia para los jugadores que se entrenan en las Academias. Aun durante el Súper Rugby, se formó un agujero negro para los jugadores que completaban el proceso de Pumitas y no entraban en Jaguares/Pumas. Argentina XV, Ceibos, Jaguares XV, tal su denominación según la competencia que disputara, es una forma de impulsar el desarrollo de este segmento.

La Súper Liga se autopercibe, al mismo tiempo, como una salida para jugadores con aspiraciones de profesionalismo, sin salirse del radar de los seleccionadores nacionales, como ocurriría si recayeran en ligas de segundo orden de Europa.

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Que vuelva el Súper Rugby, que Jaguares vuelva a emocionar como en 2019, es el anhelo máximo. Aun sin pandemia, esto parece difícil. El rugby profesional argentino busca reinsertarse en el mundo. Jaguares XV en Sudamérica no es el escenario ideal. En este contexto, tampoco está nada mal.