Isco vuelve a ser clave en liga para el Madrid como en la 2016-17
La Liga es otra cosa para el Real Madrid esta temporada y por eso Zinedine Zidane no hace rotaciones en esta competición. Tras el batacazo en Copa ante la Real, Osasuna se presentaba como un rival incómodo, de los que meten la pierna dura y se le suelen atragantar al Real Madrid por su tendencia a desconectar en partidos contra rivales que no están entre los primeros de la tabla.
Pero el técnico francés no hizo concesión alguna: le dio minutos a Gareth Bale por delante de un Vinicius que venía enrachado, pero más allá de eso no hubo pruebas. Volvieron Courtois, Carvajal, Mendy, Casemiro y, sobre todo, Isco. El malagueño parece empeñado en levantar su segunda liga de blanco y cada vez que puede demuestra que su nivel ha subido como la espuma en los últimos meses.
La semana pasada fue uno de los "señalados" por Zidane en el derbi, pues junto a Kroos fue cambiado al descanso para desatascar el encuentro. Su primera parte en el Bernabéu fue algo imprecisa, pero ya dijo Zizou que el cambio no obedeció a una mala actuación del malagueño, sino a una necesidad de libreto.
Entre semana no fue de la partida ante la Real, por eso saltó a El Sadar con ganas de demostrar su valor. Isco coronó un partido perfecto, en el que fue de menos a más, pero en el cual le dio tiempo a marcar un gol, dejar dos pases en profundidad exquisitos y echarse al equipo a la espalda para amarrar la victoria.
Parece claro que Isco quiere la Liga y está siendo uno de los jugadores clave de la temporada merengue. Se ha hablado mucho de la explosión de Fede Valverde, pero el renacimiento de Isco Alarcón --tal vez de forma más constante desde el encuentro en el Camp Nou-- es sin duda uno de los mayores méritos que puede apuntarse Zinedine Zidane este curso.
Su despliegue técnico, y sobre todo su pujanza en el juego del equipo, recuerda muchísimo al rendimiento que dio el malagueño en 2017, cuando se convirtió en el rostro del título de Liga de los blancos. Isco era entonces parte de esa unidad B en el cual Zidane apostó en la gran mayoría de partidos fuera de casa de la segunda vuelta de aquel torneo que continúa siendo el último título nacional en las vitrinas de Concha Espina. Tal nivel llegó a alcanzar el malagueño en aquella Liga que fue el único jugador de aquella unidad B que alcanzó la titularidad en la unidad A antes del final de temporada.
Ni Marco Asensio, ni Álvaro Morata, ni Mateo Kovacic ni mucho menos James Rodríguez lograron lo que si hizo Isco: quitarle el puesto a uno de los intocables de la BBC, Gareth Bale.
Isco fue titular en Cardiff y se convirtió en parte capital del equipo que también conquistaría la Champions League al año siguiente en Kiev. Solo la pésima temporada general del año pasado y sus problemas con Santiago Solari pudieron hacerle caer en el ostracismo competitivo, pero Zidane confió en él desde su vuelta y la apuesta está dando resultados.
En Pamplona Isco fue el hombre del partido y su concurso de aquí a final de temporada se antoja indispensable si el Real Madrid pretende ganar la Liga. El 22 tiene hambre y con tardes como la de El Sadar, no tendrá problema ninguno para acabar asentándose en el once merengue y en el de La Roja de nuevo.