El mensaje tras el look militar de Melania Trump en la convención republicana

El discurso principal en el segundo día de la Convención Nacional Republicana le correspondió a Melania Trump, esposa del presidente. Y, además de sus palabras, un elemento singular captó la atención de muchos: la ropa que la primera dama decidió vestir para esa ocasión, que presumiblemente fue la intervención pública más importante que ha hecho en su vida.

Algunos consideraron que iba vestida para entrar en combate. Porque como comentó Vanessa Friedman, crítica de moda del New York Times, el conjunto que portó Melania en el Jardín de Rosas de la Casa Blanca tenía una indiscutible tono militar.

Melania Trump vistió una chaqueta estilo militar al dar su discurso, desde el Jardín de Rosas de la Casa Blanca, en el contexto de la Convención Nacional Republicana  que impulsa la reelección de su esposo, el presidente Donald Trump.(AP Photo/Evan Vucci)
Melania Trump vistió una chaqueta estilo militar al dar su discurso, desde el Jardín de Rosas de la Casa Blanca, en el contexto de la Convención Nacional Republicana que impulsa la reelección de su esposo, el presidente Donald Trump.(AP Photo/Evan Vucci)

Se trató de un conjunto compuesto por una chaqueta de color olivo, con corte estilo militar, de anchos hombros, amplios bolsillos y botones de bronce. Completó el atuendo un cinturón ancho y una falda también de color olivo en sintonía con el look marcial. La chaqueta, indicó Friedman, es de la marca británica Alexander McQueen. Una selección que, para Friedman, resulta inusual al tratarse de un traje para la esposa del protagonista de un evento político-electoral como es una convención partidaria.

La alusión a lo militar fue así clara, y dado que el discurso de Melania se da en el contexto de la nominación oficial de su esposo como candidato presidencial en pos de la reelección, muchos se han preguntado por qué ella eligió un atuendo con tales connotaciones. ¿Trató de enviar un mensaje con ello o fue una cuestión fortuita o irreflexiva?

El hecho de que ella es una exmodelo y la esposa del presidente (y por ello sujeta a un fuerte escrutinio en cuestiones de moda) sugiere que Melania optó conscientemente por esa ropa de tipo militar, quizá para denotar disciplina, lealtad o valor.

El 'look' militar de Melania Trump, con un conjunto color olivo de corte marcial. (Photo by Alex Wong/Getty Images)
El 'look' militar de Melania Trump, con un conjunto color olivo de corte marcial. (Photo by Alex Wong/Getty Images)

Su elección podría haber sido apreciado por muchos, pero otros lo habrán hallado chocante, pues esa alusión a lo militar, y por ende al uso de la fuerza y a la destrucción del enemigo, no es precisamente un mensaje auspicioso en el contexto de una elección democrática, máxime cuando el país se encuentra en un estado de emergencia por la pandemia de covid-19 y sufre severas tensiones por los recientes casos de brutalidad policiaca y por la violencia con la que algunos han tratado de sacar espurio provecho de las legítimas y pacíficas manifestaciones contra el racismo y la injusticia sistémica.

Resulta punzante el hecho, por ejemplo, de que a pocos pasos del Jardín de Rosas en el que Melania Trump portó su chaqueta estilo militar, su marido ordenó hace unos meses que efectivos de la guardia nacional y otras agencias federales dispersaran por la fuerza a manifestantes pacíficos ubicados en la Plaza Lafayette, contigua a la Casa Blanca, para que el presidente pudiera tomarse una provocadora foto frente a una iglesia.

Si a ello se añaden los continuos llamados de Trump para que se desplieguen efectivos militares para acallar las protestas (el presidente con frecuencia y de modo equívoco ha estigmatizado a todos los manifestantes, incluidos los pacíficos, colocándolos en el mismo nivel que los que han cometido vandalismo) y sus desplantes y conductas autoritarias, el look de la primera dama añade a las suspicacias.

Y si, en cambio, ella optó por llevar ese atuendo sin reparar en lo que aludía, eso hablaría de una falta de valoración apropiada de la situación y de su papel.

Es cierto que Melania tiene el derecho a elegir su vestimenta y ha sido un reproche constante que a las primeras damas se les juzgue continuamente por su apariencia y no por su trabajo o su mensaje. En ese sentido, si bien el discurso que emitió ha recibido críticas, también ha sido señalado por ser de los pocos que en la Convención Nacional Republicana han hecho alusión a las casi 180,000 muertes que ha provocado la pandemia del coronavirus mostrando empatía hacia las víctimas, sus familiares y amigos.

En contraste, otros participantes han hablado como si la pandemia fuera ya cosa del pasado o han exaltado el cuestionado desempeño del presidente y su administración ante ella. Y ante las tensiones y polarizaciones sociales, Melania llamó a la unidad y a la reflexión, una posición ciertamente diferente de la de republicanos que han estigmatizado la protesta social e incluso afirmado de modo equívoco –entre ellos el propio presidente Trump– que los demócratas incendiarán el país y promoverán el caos.

Melania no incurrió en el recurso al miedo y el catastrofismo, pero sí se le ha criticado por actitudes hipócritas: hacer una campaña contra el bullying en línea cuando su marido es el máximo bully de las redes sociales, o hablar de que reflexiona sobre la tensión racial que sufre el país cuando ella apoyó la falsa y ofensiva teoría racista de que Barack Obama no nació en Estados Unidos que su marido, Donald Trump, propagó con intensidad.

Así, esas tensiones y contradicciones resultan en una suerte de combate entre la apariencia y la realidad que cunde en la Casa Blanca, situación que tiene un curioso correlato en la selección que Melania hizo de un atuendo de estilo militar. Si solo fuese una cuestión de moda ello sería probablemente una mera anécdota. Y hay quien dirá que el afán de denigrar a Trump y su esposa es tal que se recurre a cualquier elemento, incluso la selección de su ropa, para llevar agua a ese molino.

Pero en la presente situación de ruda polarización y desasosiego social, con un presidente que no ha dicho que reconocería, de suceder, su derrota electoral y que ha lanzado un incendiario ataque para deslegitimar el voto por correo en la elección de noviembre, ese look militar ciertamente dio pie a reproches y suspicacias.

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