Hinchas ingleses celebran la victoria contra Suecia atacando un IKEA

El fútbol es un deporte maravilloso que nos genera emociones sin igual, que nos da alegrías y tristezas… y que a veces, lamentablemente, saca el lado más turbio del ser humano. Un hincha exaltado es capaz, suponemos que con la ayuda de su inevitable compañero el alcohol, de transformar un momento de celebración en un espectáculo lamentable y vergonzoso. Por supuesto, no hay ningún país libre de pecado en este sentido, pero es de justicia indicar que los hooligans ingleses se han ganado una reputación de la que les va a costar mucho librarse.

El último ejemplo lo hemos presenciado tras la victoria de la selección británica sobre Suecia en cuartos de final del Mundial 2018 que se está disputando en Rusia, y que da a los pross su primera clasificación para semifinales desde 1990. Los ingleses se impusieron por un claro 2-0, goles de Maguire y Dele Alli, y desataron la euforia de su afición, que ve razonable la posibilidad de repetir el campeonato que solo han logrado una vez, allá por 1966. Pero algunos hinchas tuvieron la ocurrencia, ya que habían ganado a los nórdicos, de irse a celebrarlo a una tienda IKEA.

El establecimiento de la popular cadena de venta de muebles situado en el centro comercial Westfield de Stratford, al este de Londres, recibió la visita de decenas de exaltados que, al ritmo de “It’s coming home” (la canción que se ha puesto de moda para animar a su equipo), se dedicaron a destrozar algunos de los productos de exposición del comercio. En varios vídeos que circulan por redes sociales se puede ver a los exaltados saltando sobre mesas y sofás, ante la mirada aterrorizada de algunos empleados.

La cuenta de Twitter oficial de Ikea en el Reino Unido ha reaccionado con elegante diplomacia, intentando quitarle hierro al asunto: “Somos conscientes de un pequeño grupo de aficionados celebrando el resultado en una de nuestras tiendas. Nosotros somos tanto británicos como suecos, así que estábamos muy nerviosos durante el partido, y queremos dar la enhorabuena” (“grattis” significa “felicidades” en sueco).

No es el único sitio donde los ingleses causaron disturbios. Sin ir más lejos, actualmente en la costa española hay una cantidad bastante importante de súbditos de Su Graciosa Majestad disfrutando de sus vacaciones de verano. Los visitantes de Benidorm organizaron tal tumulto que la policía tuvo que intervenir para evitar males mayores.

En esta improvisada rivalidad Inglaterra-Suecia hay un punto cómico que no ha pasado desapercibido. Se trata de la apuesta que hicieron David Beckham y Zlatan Ibrahimovic y que, precisamente, involucra a IKEA: el segundo retó al primero a comprarle todos los muebles que necesitara para la casa que se ha comprado en Los Ángeles. Pero como quienes vencieron fueron los ingleses, ahora Ibra tendrá que acudir a Wembley a ver un partido enfundado en la camiseta blanca de la selección… y a comerse un fish and chips en el descanso.

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