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Los "golazos" del Nº 1 Jon Rahm: cómo se maneja el golfista vasco bajo presión

Un putt desde el límite del green para lograr un águila y ganar en Estados Unidos su primer torneo profesional. El golpe con el que derrota a Tiger Woods y le da a Europa un punto decisivo en su debut en la Ryder Cup. Un approach imposible para llevarse el torneo de Jack Nicklaus y convertirse en número uno del mundo. Un putt desde 20 metros con varias caídas diferentes con el que imponerse a Dustin Johnson en el desempate y estrenar palmarés en un playoff de la FedEx Cup.

Jon Rahm: la fiera incontrolable que se calmó y alcanzó la cima del golf mundial

Jon Rahm ya tiene a los 25 años una pequeña colección de joyas, golpes para el recuerdo como el que este domingo le dio la victoria en el BMW Championship, su quinto triunfo en el circuito estadounidense, adornado con el segundo puesto en la clasificación de los mejores, la FedEx, cuya final, el Tour Championship, se disputa entre el viernes y lunes próximos.

A la belleza y dificultad de mucho de esos aciertos, Rahm ha unido otro elemento que redobla el mérito. Todos han sido golpes en situaciones de gran presión, para superar una histórica barrera (el primer título profesional con solo 22 años y poco más de media temporada en la élite; convertirse en número uno del mundo y suceder a Seve Ballesteros como únicos españoles en el trono) o ante adversarios de enorme talla: un mito como Tiger Woods y el número uno mundial actual, Dustin Johnson. Como si marcara los mejores goles en las finales.

"Son momentos en los que Jon se crece ante la adversidad", explica Eduardo Celles, el entrenador que forjó a Rahm en la adolescencia hasta que dejó Barrika para ir primero a la residencia Blume y luego a la Universidad de Arizona; "lo he visto desde niño. Es como Nadal. No es suerte, no surge de la nada. Está basado en su fortaleza mental. Para mí hay otro momento que lo resume: cuando en la tercera jornada recibe un golpe de penalidad por tomar la bola sin marcarla y a continuación mete el putt. Eso es de ser duro de cabeza, demostrar personalidad. Y es un don con el que se nace, aunque luego se pueda entrenar", añade Celles.

Tiger Woods es seguramente el máximo ejemplo de fortaleza mental. La realidad se confunde con la leyenda en el caso del ganador de 15 grandes. Su padre era un boina verde que acabó como profesor de Ciencias Militares. La asignatura que impartía era Guerra Psicológica. Earl no dudó en utilizar toda clase de artimañas con su hijo hasta rozar el maltrato psicológico. El resultado fue un golfista que en el campo de golf se mueve y juega como si estuviera completamente solo. Un robot.

El camino de Rahm hacia es estado ha sido más académico. Trabaja con un preparador mental, Joseba del Carmen, practica la meditación y se evade escribiendo un diario cuando se levanta temprano. "Cuando está en esos momentos de máxima presión, es como si se metiera en una burbuja", analiza Eduardo Celles; "hay jugadores a los que esa presión les lleva a un estado negativo. Rahm es al revés. Entonces es capaz de sacar lo mejor de sí mismo".