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Gimnasia - Newell’s, por la Copa de la Liga: el Lobo ganó, se quedó con el invicto que tenía la Lepra desde la llegada de Burgos y se ilusiona con la clasificación

Johan Carbonero se tropezó en el área y la pelota ingresó al arco; llegó a puntear la pelota justo antes de caer
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En el cierre de la fecha 11 de la Copa de la Liga, Gimnasia se recuperó tras cuatro juegos sin poder ganar y venció a Newell’s por 2 a 1. Con este resultado, el Lobo se ilusiona con seguir subiendo en la Zona 2 y avanzar a la próxima ronda del torneo. Además, el equipo de Rosario se quedó sin el invicto que tenía desde la llegada de Germán Burgos como entrenador.

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“Buscaremos sumar los nueve puntos que nos quedan, para tratar de cumplir el objetivo que es la clasificación”, expresó Mariano Messera hace una semana, después del clásico platense. En ese momento, la frase del técnico del Lobo resultó demasiado osada. Su equipo estaba lejos. ¡Muy lejos! Pero ahora el escenario es diferente. Gimnasia derrotó a Newell’s con los goles de Johan Carbonero y Matías Pérez García (descontó Luciano Cingolani), y quedó a tres del último que por ahora avanza a los cuartos de final de la Copa de la Liga. En el 97° aniversario de su estadio, el Tripero se hizo un regalo que enciende la esperanza.

Lo mejor del partido

Los primeros minutos de Gimnasia fueron casi perfectos. Tuvo intensidad, precisión y voracidad. Acorraló a Newell’s contra su arco y generó dos situaciones nítidas. En las dos chocó contra un notable Alan Aguerre, quien primero le ahogó el grito a Eric Ramírez y después le atajó un mano a mano a Carbonero. En ese tramo, el Lobo solo careció de justeza en la definición.

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El problema, en el primer tiempo, resultó su falta de constancia. Todo lo bueno que realizó en el inicio del juego, el local no lo pudo sostener. Conservó su intención de ser protagonista, pero perdió conexión en ataque.

Escena del partido que disputan Gimnasia y Esgrima de La Plata y Newell's Old Boys de Rosario.
FotoBAIRES


Escena del partido que disputan Gimnasia y Esgrima de La Plata y Newell's Old Boys de Rosario. (FotoBAIRES/)

Del otro lado, todo muy previsible. Newell’s lució como una estructura demasiado rígida, sin cambios de ritmo. Maximiliano Rodríguez, el más claro del conjunto rosarino, careció de socios. La primera llegada de la visita fue al inicio de la segunda etapa (un cabezazo de Cristian Lema que contuvo Rodrigo Rey con cierta facilidad).

Tan tibio era lo de la Lepra en ese segmento del encuentro que no sorprendieron los dos goles que convirtió el Lobo. El primero, un tanto insólito: pase profundo de Ramírez para Carbonero y definición desde el piso del colombiano para que, al fin, Gimnasia pudiese vulnerar al arquero Aguerre. El segundo, un buen gol de Pérez García desde afuera del área, tras una excelente jugada de Marcelo Weigandt (la figura).

Johan Carbonero festeja su gol durante el partido que disputan Gimnasia y Esgrima de La Plata y Newell's Old Boys de Rosario.
FotoBAIRES


Johan Carbonero festeja su gol durante el partido que disputan Gimnasia y Esgrima de La Plata y Newell's Old Boys de Rosario. (FotoBAIRES/)

En el momento del segundo gol, en el Bosque, hubo sensación de historia concluida. A las complicaciones del elenco de Germán Burgos, se le sumaba una diferencia que parecía irremontable. Sin embargo, Newell’s reaccionó. Se repuso. Llegó al descuento (pase profundo de Diego Calcaterra y precisa definición de Cingolani) y se atrevió a buscar la igualdad. Por primera vez, se animó. El inconveniente fue que lo hizo tarde. El Lobo se defendió con solidez, el tiempo transcurrió y Gimnasia volvió al triunfo tras cuatro fechas sin victorias.

Las realidades son bien distintas. Gimnasia, a tres puntos de la zona de clasificación con seis en juego, todavía sueña. En Newell’s, en cambio, el Mono Burgos perdió el invicto justo a una semana del clásico rosarino.