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El boleto de Gerard Moreno en la España del Euromillón

SEVILLE, SPAIN - JUNE 19: Gerard Moreno of Spain laments during the UEFA EURO 2020 Group E football match between Spain and Poland at La Cartuja stadium on June 19, 2021 in Seville, Spain. (Photo by Joaquin Arcos/Anadolu Agency via Getty Images)
Joaquin Arcos/Anadolu Agency via Getty Images.

No. Gerard Moreno no es la solución de España. Ni Ferrán. Ni Sarabia. Ni Fabián. Podrían serlo, claro, porque este juego tiene poco de ciencia y mucho de imprevisibilidad, pero la Selección española seguiría teniendo un mal endémico: la escasez de talento.

Subyacentes al problema troncal, España muestra dolencias como la falta de jerarquía, de liderazgo, de gol, de experiencia, de determinación, de contundencia, de certezas, de estructura colectiva y de sensatez desde el banquillo que acrecentan su vulnerabilidad. No quedan reminiscencias de aquella generación histórica, pero tampoco se aprecian evidencias que inviten a pensar que hemos superado, no ya a aquellos jugadores, sino también al estilo que les daba sentido. Un modelo que murió en Rusia, pero al que le damos alguna que otra patadita a ver si todavía se mueve.

Y eso que, contra todo pronóstico, Luis Enrique ha conseguido que España arranque los partidos camuflado bajo una insospechada apariencia de equipo. Con cuerpo y rostro. Con un plan, limitado de antemano por su tozudez y por el nulo rodaje previo, pero suficiente para ordenar sus mejores piezas y dominar a rivales que, siendo sinceros, tampoco han puesto grandes impedimentos.

España es el equipo líder en posesión de balón de entre todos los equipos de la Eurocopa, con un 80,1%, 20% más que el segundo en la lista, Bélgica (59,7%). También el equipo que más pases ha completado durante las dos primeras jornadas de torneo, con 726, dice Opta. Sin embargo, hasta 15 selecciones han ganado más partidos y todas han marcado los mismos o más goles, a excepción de Escocia y Turquía, que no han conseguido inaugurar su marcador.

Ahora que sabemos que tiene cuerpo, vemos que el traje que Luis Enrique ha confeccionado para vestir a su España le queda justito. Si levanta los brazos, se le ve el ombligo. Si hace un movimiento brusco, se le saltan las costuras. Por si fuera poco, juega en el alambre, tentando al enganchón. Y si se queda enganchado, lo que faltaba, se deshilacha por completo hasta terminar desnudo.

Toda vez que, aseadito y apañado, cumple con las normas mínimas de civismo para presentarse en una gran torneo, España se va a por su Euromillón. Porque necesita poco menos que le toque la lotería para ganar y tampoco te creas que saca demasiados boletos. No tiene una pegada aplastante ni un plan arrollador, atrevido, enérgico. Puede marcar y puede no hacerlo. Enfrente, rivales inferiores, pero que se saben capaces de aguantar. Que si "Olsen las sacas todas", "Morata no da una", "muchos xG (expected goals) pero nadie se espera que metamos un gol, "es que se encierran con tres centrales y no hay manera", "tela Glik como rasca", "Gerard había metido todos los penaltis este año y justo tiene que fallar hoy"... pero España no gana. Primero, porque no deja el partido ganado cuando puede ganarlo y, segundo, porque superado ese momento ya no puede ganarlo más.

Spain's forward Alvaro Morata reacts after falling during the UEFA EURO 2020 Group E football match between Spain and Poland at La Cartuja Stadium in Seville, Spain, on June 19, 2021. (Photo by THANASSIS STAVRAKIS / POOL / AFP) (Photo by THANASSIS STAVRAKIS/POOL/AFP via Getty Images)
THANASSIS STAVRAKIS/POOL/AFP via Getty Images.

Los jugadores más aptos para darle sentido al plan empiezan a cansarse, a desanimarse porque, por más que hacen, el balón no entra, y a perder confianza en la idea porque cada vez que el rival se acerca el drama se respira. A Luis Enrique no le queda otra que refrescar las energías y ya no hay marcha atrás. La idea inicial pierde su sentido y se desata una oda a la improvisación.

Partiendo del empecinamiento del seleccionador en mantener la rigidez del sistema y de la difícilmente comprensible ausencia de ciertos perfiles, desfilan nombres que desdibujan el fundamento del plan y, además, no terminan de funcionar de manera autosuficiente. España centra más, pero sus delanteros no están en el campo. Y su mejor centrador está de vacaciones, por cierto. Reclama determinación, pero el jugador de mayor impacto sigue jugando de lateral. Necesita regate, velocidad y desborde, pero el segundo máximo regateador de las cinco grandes ligas europeas ni siquiera calienta.

En fin, que España necesita un poco de todo. Que el Euromillón no le toca a casi nadie. Y cuanto antes lo asumamos, mejor.

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